El genial músico, ícono del rock nacional, retornó a los grandes escenarios. 40 mil personas soportaron un diluvio en Vélez y lo ovacionaron.
El regreso de Charly García a los escenarios no pudo ser más emblemático y emocionante, porque una multitud se congregó en el estadio de Vélez Sarsfield, soportó estoicamente un diluvio durante algo más de dos horas y vibró con ese hombre, que más regordete, festejó sus 58 años de la mejor manera.
Su figura flaca, algo más acompasada, pero son ese bigote bicolor característico apareció sobre el escenario y una masa humana le dio la bienvenida, no solo a la música, sino también a la vida.
"Buenas noches. Say no more", fueron las primeras palabras del ex líder de Serú Girán y de ahí en más todo fue "rock and roll", como él mismo define a su música, y llevó a sus fanáticos a puntos de emoción tremendos, en especial con temas archiconocidos y con un piano de cola color negro que ejecutó a la perfección durante toda la noche.
Pero a poco de comenzar el show, la lluvia que se había abatido antes del mismo volvió a hacerse presente y no se fue hasta finalizar el espectáculo, como si el cielo hubiera querido unirse a esta fiesta pagana del rock vernáculo.
"Afuera lluvia", le espetó con complicidad Charly a la cortina de agua que se precipitó sobre el estadio de Liniers, pero que no impidió que la gente disfrutara de un show que fue de menor a mayor y convenció a propios y extraños.
Charly disfrutó realmente con esta presentación, se lo pudo observar cuando departía con sus músicos, el negro García López en la guitarra, Fabián Von Quintiero en el teclado, Hilda Lizarazu en coros y el trío chileno que desde hacer tiempo está con García y que sabe adónde ir con él.
Temas como "Rap del exilio", "Cerca de la revolución", "Chipi chipi", y "Funky", prepararon el terreno para el mítico "Demoliendo hoteles", que hizo vibrar por primera vez de manera fuerte el césped del Amalfitani, para continuar con una excelente versión de "Promesas sobre el bidet", mientras que la naturaleza hacía todo lo contrario y el agua la enviaba desde el cielo.
En un momento Charly se paró frente al micrófono y dijo que iba a invitar a un "amigo" y ahí apareció la longilínea figura de Luis Alberto Spinetta y se fundió en un abrazo con García, para delirio de la multitud.
Ambos interpretaron la versión de "Rezo por vos", cuando el agua arreciaba sobre Liniers, y pegadito llegó "Yendo de la cama al living".
Con un poncho blanco, en recuerdo y homenaje a Mercedes Sosa, García estuvo movedizo sobre el escenario y si bien no se notó todo lo clara que se podía esperar, su música compensó todo lo demás.
Una vez concluído "Nos siguen pegando abajo", Charly dejó una de sus grandes frases de la noche como fue: "Este es el primer concierto subacuático del mundo".
Los temas que eligió Charly en su repertorio de Buenos Aires fueron de una energía tremenda y así hilvanó "Raros peinados nuevos", "Pasajera en trance", "Tu amor", "Buscando un símbolo de paz" y "No voy en tren", que dejó a la gente perpleja y extasiada por lo que había vivido.
"Qué linda noche!", reconoció García antes del primer bis, que llegó de la mano de "Deberíamos hacerlo bien", entre otros temas.
"El rock es más poderoso que la lluvia", comentó Charly, uno que està totalmente recuperado, ganó en movilidad, mantiene su música inalterable y ratificó su poder de convocatoria.
"Nos vemos en la próxima tormenta", tiró Charly antes de irse a su camarín, pero cuando la gente se estaba yendo, llegó el tema "Oh mi amor", y ahí -con la lluvia como fiel compañía- los más jovenes pudieron ver en vivo a una gloria del rock nacional que tras los excesos puede demostrar que sigue peleandole a la vida.
El regreso de Charly García a los escenarios no pudo ser más emblemático y emocionante, porque una multitud se congregó en el estadio de Vélez Sarsfield, soportó estoicamente un diluvio durante algo más de dos horas y vibró con ese hombre, que más regordete, festejó sus 58 años de la mejor manera.
Su figura flaca, algo más acompasada, pero son ese bigote bicolor característico apareció sobre el escenario y una masa humana le dio la bienvenida, no solo a la música, sino también a la vida.
"Buenas noches. Say no more", fueron las primeras palabras del ex líder de Serú Girán y de ahí en más todo fue "rock and roll", como él mismo define a su música, y llevó a sus fanáticos a puntos de emoción tremendos, en especial con temas archiconocidos y con un piano de cola color negro que ejecutó a la perfección durante toda la noche.
Pero a poco de comenzar el show, la lluvia que se había abatido antes del mismo volvió a hacerse presente y no se fue hasta finalizar el espectáculo, como si el cielo hubiera querido unirse a esta fiesta pagana del rock vernáculo.
"Afuera lluvia", le espetó con complicidad Charly a la cortina de agua que se precipitó sobre el estadio de Liniers, pero que no impidió que la gente disfrutara de un show que fue de menor a mayor y convenció a propios y extraños.
Charly disfrutó realmente con esta presentación, se lo pudo observar cuando departía con sus músicos, el negro García López en la guitarra, Fabián Von Quintiero en el teclado, Hilda Lizarazu en coros y el trío chileno que desde hacer tiempo está con García y que sabe adónde ir con él.
Temas como "Rap del exilio", "Cerca de la revolución", "Chipi chipi", y "Funky", prepararon el terreno para el mítico "Demoliendo hoteles", que hizo vibrar por primera vez de manera fuerte el césped del Amalfitani, para continuar con una excelente versión de "Promesas sobre el bidet", mientras que la naturaleza hacía todo lo contrario y el agua la enviaba desde el cielo.
En un momento Charly se paró frente al micrófono y dijo que iba a invitar a un "amigo" y ahí apareció la longilínea figura de Luis Alberto Spinetta y se fundió en un abrazo con García, para delirio de la multitud.
Ambos interpretaron la versión de "Rezo por vos", cuando el agua arreciaba sobre Liniers, y pegadito llegó "Yendo de la cama al living".
Con un poncho blanco, en recuerdo y homenaje a Mercedes Sosa, García estuvo movedizo sobre el escenario y si bien no se notó todo lo clara que se podía esperar, su música compensó todo lo demás.
Una vez concluído "Nos siguen pegando abajo", Charly dejó una de sus grandes frases de la noche como fue: "Este es el primer concierto subacuático del mundo".
Los temas que eligió Charly en su repertorio de Buenos Aires fueron de una energía tremenda y así hilvanó "Raros peinados nuevos", "Pasajera en trance", "Tu amor", "Buscando un símbolo de paz" y "No voy en tren", que dejó a la gente perpleja y extasiada por lo que había vivido.
"Qué linda noche!", reconoció García antes del primer bis, que llegó de la mano de "Deberíamos hacerlo bien", entre otros temas.
"El rock es más poderoso que la lluvia", comentó Charly, uno que està totalmente recuperado, ganó en movilidad, mantiene su música inalterable y ratificó su poder de convocatoria.
"Nos vemos en la próxima tormenta", tiró Charly antes de irse a su camarín, pero cuando la gente se estaba yendo, llegó el tema "Oh mi amor", y ahí -con la lluvia como fiel compañía- los más jovenes pudieron ver en vivo a una gloria del rock nacional que tras los excesos puede demostrar que sigue peleandole a la vida.
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