domingo, enero 17, 2010

Avellaneda: la fragmentación opositora favorece al PJ

(La Política OnLine). Luego de una serie de resultados electorales auspiciosos, la oposición en Avellaneda entró en una vorágine de internas, que aleja las chances de que logren arrebatarle al peronismo la intendencia en el 2011. Los conflictos que atizan los enfrentamientos en Unión-PRO y la Coalición Cívica.
Por el lado macrista, la oposición debutó en el 2005 con una representación de sólo 2 concejales que venían de dos espacios políticos distintos (Recrear y Compromiso para el Cambio), pero que pese a esta exigua representación consiguieron la vicepresidencia del Concejo Delibernate para Sebastián Vinagre. En ese momento se evaluó que Vinagre podía ser una opción a futuro para ese espacio.
De hecho, cuando llegó el momento de designar al primer Defensor del Pueblo de Avellaneda, Vinagre logró que lo eligieran por unanimidad todos los bloques del Concejo Delibernate y hasta contó con el apoyo de cientos de ONGs de este municipio estratégico.
Sin embargo, las internas prevalecieron y en el 2007 los dos concejales del Pro, Vinagre y Marcelo Marciano concurrieron en listas separadas. Así, entre desacuerdos y diferencias conceptuales llegaron a 2009, donde si bien se consiguieron votos, la representación cabal del espacio está por verse.
Hoy el espacio de Unión-PRO está liderado por Daniel García, opositor acérrimo de Marciano y de Vinagre, a quien en su momento intentó bloquear su acceso a la Defensoría del Pueblo local.
Se suman al variopinto espacio de Unión-PRO los concejales Rubén Alice; Beto Silva, muy vinculado al PJ al punto que llegó a pedir permiso al intendente Jorge Ferraresi para presentar una propuesta de rebaja de tasas; y Martín Saraco, quien se autocalifica como heredero de Herminio Iglesias.
Sin embargo, pese a duplicar la representación que tenían en el 2005, en Unión-PRO sólo alcanzaron con acuerdo del oficialismo la vicepresidencia segunda del Concejo Deliberante, un cargo casi testimonial.
Pero el escenario e sincluso más complejo. Porque se suman a este mosaico dos dirigentes alineados con Francisco de Narváez. El concejal José Alessi de Unión Celeste y Blanco; y la diputada provincial Mónica López que viene desplegando una intensa campaña publicitaria y cuenta con el respaldo de la poderosa estructura del Sindicato de Petroleros Privados que dirige su esposo Alberto Roberti, cercano a Eduardo Duhalde.
En este marco, los distintos sectores de Unión PRO de Avellaneda apuestan a una normalización partidaria previta para mayo, para que las nuevas autoridades que resulten electas logren una síntesis política que permita a esa fuerza volver a ser una opción de gobierno.

El escenario en el Acuerdo Cívico y Social
En este espacio las posiciones son más claras, pero en principio menos auspiciosas. La representación está conformada por los concejales del ARI Rodríguez y Pineda que responden a Carrió; Paz y Conde que integran el GEN de Margarita Stolbizer y el radical puro Galetovich, que se encolumna detrás del histórico Juan Manuel Casella.
Si bien ene ste espacio durante los últimos años mantuvieron una actitud opositora permanente en el discurso -aunque no tanto en las votaciones en el Concejo Deliberante-, nunca lograron conformar un espacio político unificado.
El problema se agravó en las últimas semanas, con la creciente tensión que se está desarrollando entre Carrió, Stolbizer y la conducción de la UCR, con el propio Julio Cobos a la cabeza. Esta pelea nacional repercute de inmediato en Avellaneda y dificulta un acuerdo distrital en este sector de la oposición.
Así las cosas, si bien la oposición tiene una chance de arrebatarle la intendencia al peronismo, la fragmentación actual indica que sólo una síntesis muy inteligente y bien resuelta evitará una atomización que termine favoreciendo al PJ.

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