(La Política OnLine). Se trata de César Robatto, fiscal de Cañuelas, quien tardó poco más de una semana en elevar a juicio una causa por un robo calificado en un almacén de la localidad de Máximo Paz. "Es lo que debería suceder siempre", le aseguró el fiscal a LPO.
Cuando el cliente se somete –o en el peor de los casos, es sometido- a un proceso judicial, en realidad se resigna primero al criterio de un magistrado que simpatizará con la posición de uno, o bien, discrepará por completo. Además, necesitará paciencia para afrontar un proceso que con muchísima suerte durará meses, pero que puede llegar a prolongarse durante años.
Un fiscal de Cañuelas es el último antecedente que desafía el mito de los ineludibles tiempos densos en la Justicia: en tan solo ocho días, se denunció, identificó, ordenó prisión preventiva y elevó a juicio una causa por robo calificado por uso de armas.
Se trata de César Robatto, de 42 años: uno de los dos abogados al frente de la fiscalía descentralizada de Cañuelas, dependiente de La Plata. El fiscal Robatto trabaja en la descentralizada desde hace un año y dos meses, y no encuentra gran sorpresa en haber reducido en forma notoria los tiempos del proceso.
“Es lo que debería suceder siempre”, asegura Robatto. El caso comenzó el 7 de enero, cuando dos hombres ingresaron en un almacén de la localidad de Máximo Paz. Si bien no hubo heridos, la utilización de un arma de fuego –y la amenaza con el arma- constituye un agravante al delito.
Luego del robo al dueño del almacén y a sus dos empleados, el titular del comercio “hizo la denuncia, una de las víctimas conocía al delincuente del barrio, dio las características, se pidió la detención, el registro domiciliario, se recuperaron los elementos robados y detuvo a uno de ellos -el otro se dio a la fuga-. Luego se pidió la prisión preventiva y se elevó a juicio la causa”, detalla Robatto.
El fiscal tiene una modesta explicación para la velocidad con la que se obró: “Al ser una fiscalía descentralizada en una pequeña jurisdicción, podemos dedicarnos aún más a otras causas”. De todas formas, el hecho de que se haya elevado a juicio una causa en tan sólo ocho días, computa un récord, por un lado interesante, y por el otro, preocupante.
“Por cuestiones ajenas a nosotros, suele elevarse a juicio en dos o tres meses”, asegura Robatto, que afirma no conocer los tiempos manejados en otras fiscalías, aunque reconoce que “en el resto de la Provincia no debe ser así porque hay jurisdicciones más grandes”. “En este caso había demasiados elementos como para condenar al acusado, y la defensa no planteó cuestionamientos”, asevera.
Cabe aclarar que en Provincia, a diferencia de en Capital, los fiscales hacen de juez de instrucción, “somos fiscales del juicio y vamos a juicio oral, y en el proceso somos fiscales de la causa”, explica Robatto. Esto implicaría que las causas las instruyen los fiscales, no los jueces de instrucción como en Capital, lo cual podría ser una de las razones que agilizan y vuelven más ordenado al proceso.
Antes de volver a su fiscalía, Robatto resume el asunto exponiendo su modalidad de trabajo: “A mí nadie me apura, el tema es que no me gusta tener las cosas ahí paradas, por eso es que intento darle curso a los casos”.
Cuando el cliente se somete –o en el peor de los casos, es sometido- a un proceso judicial, en realidad se resigna primero al criterio de un magistrado que simpatizará con la posición de uno, o bien, discrepará por completo. Además, necesitará paciencia para afrontar un proceso que con muchísima suerte durará meses, pero que puede llegar a prolongarse durante años.
Un fiscal de Cañuelas es el último antecedente que desafía el mito de los ineludibles tiempos densos en la Justicia: en tan solo ocho días, se denunció, identificó, ordenó prisión preventiva y elevó a juicio una causa por robo calificado por uso de armas.
Se trata de César Robatto, de 42 años: uno de los dos abogados al frente de la fiscalía descentralizada de Cañuelas, dependiente de La Plata. El fiscal Robatto trabaja en la descentralizada desde hace un año y dos meses, y no encuentra gran sorpresa en haber reducido en forma notoria los tiempos del proceso.
“Es lo que debería suceder siempre”, asegura Robatto. El caso comenzó el 7 de enero, cuando dos hombres ingresaron en un almacén de la localidad de Máximo Paz. Si bien no hubo heridos, la utilización de un arma de fuego –y la amenaza con el arma- constituye un agravante al delito.
Luego del robo al dueño del almacén y a sus dos empleados, el titular del comercio “hizo la denuncia, una de las víctimas conocía al delincuente del barrio, dio las características, se pidió la detención, el registro domiciliario, se recuperaron los elementos robados y detuvo a uno de ellos -el otro se dio a la fuga-. Luego se pidió la prisión preventiva y se elevó a juicio la causa”, detalla Robatto.
El fiscal tiene una modesta explicación para la velocidad con la que se obró: “Al ser una fiscalía descentralizada en una pequeña jurisdicción, podemos dedicarnos aún más a otras causas”. De todas formas, el hecho de que se haya elevado a juicio una causa en tan sólo ocho días, computa un récord, por un lado interesante, y por el otro, preocupante.
“Por cuestiones ajenas a nosotros, suele elevarse a juicio en dos o tres meses”, asegura Robatto, que afirma no conocer los tiempos manejados en otras fiscalías, aunque reconoce que “en el resto de la Provincia no debe ser así porque hay jurisdicciones más grandes”. “En este caso había demasiados elementos como para condenar al acusado, y la defensa no planteó cuestionamientos”, asevera.
Cabe aclarar que en Provincia, a diferencia de en Capital, los fiscales hacen de juez de instrucción, “somos fiscales del juicio y vamos a juicio oral, y en el proceso somos fiscales de la causa”, explica Robatto. Esto implicaría que las causas las instruyen los fiscales, no los jueces de instrucción como en Capital, lo cual podría ser una de las razones que agilizan y vuelven más ordenado al proceso.
Antes de volver a su fiscalía, Robatto resume el asunto exponiendo su modalidad de trabajo: “A mí nadie me apura, el tema es que no me gusta tener las cosas ahí paradas, por eso es que intento darle curso a los casos”.
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