La presidenta desplazó al candidato kirchnerista en la CIudad de la toma de decisiones y a través del vocero presidencial le impuso al publicista en lugar de "Pepe" Albístur y le asignó un polémico jefe de campaña. Las críticas del justicialismo porteño.
La campaña porteña dejó de manifiesto el acotado poder de decisión que Cristina Kirchner le otorgó a Daniel Filmus, que se tuvo que resignar a ser solamente la cara visible de una cruzada nacional.
El acto de lanzamiento de la fórmula Filmus-Tomada del pasado 21 de mayo fue una muestra nítida de la intervención total que desde Casa Rosada hicieron de la campaña porteña. Ese día, en el Teatro ND Ateneo, la presidenta irrumpió en el acto y no dejó hablar al senador nacional en su propio lanzamiento, que incluso tuvo que tolerar que la locutora del evento lo cortara de mala manera: "Filmus llegó la Presidenta", lo conminó.
Luego de ese suceso y tras armarle la lista de legisladores a su gusto, Cristina se adueñó de la campaña a través del vocero presidencial, Alfredo Scoccimaro, que logró desplazar al histórico publicista Enrique “Pepe” Albístur, que había trabajado con Filmus en la "precampaña" que lo enfrentó al ministro de Economía, Amado Boudou.
Scoccimaro impuso a su preferido, Fernando Braga Menéndez, un viejo rival de Albístur y kirchnerista ortodoxo. Pero no sólo le impusieron a Braga Menéndez, sino que, como pudo saber este medio, el material que había preparado Albístur para esta nueva etapa fue desechado, incluyendo los afieches callejeros, expertisse del ex secretario de Medios.
Mal paso con los medios
La intervención de Scoccimaro no termina allí: el vocero presidencial también consiguió asignarle a Filmus al antiguo vocero de Carlos Tomada, Diego Mandelman, como vocero, lo que generó rispideces en el kirchnerismo de la Ciudad y augura una relación borrascosa entre el candidato y los medios independientes.
LPO tuvo una experiencia del tono que el vocero plantea imprimirle a su relación con los medios. Esta tarde, ante la pregunta de por qué se estaba demorando la aparición de los afiches de Filmus en las calles de la Ciudad, Mandelman acusó a LPO de querer “generar una interna” entre Braga Menéndez y Albístur y evitó decir cuál era el elegido para publicitar la campaña, pese a que ya estaba definido.
En pocos días, Mandelman logró levantar polémica y críticas internas. Es que la semana pasada Filmus impidió el ingreso de periodistas de las agencias DyN y NA, Clarín y la revista El Parlamentario a una reunión entre Filmus y León Arslanián a la que sí pudieron entrar a los enviados de la agencia oficial Télam.
Incluso se deslizó que Filmus concentraría su comunicación con los medios a traves de Télam, en un rumor que de confirmarse lo emparentaría con las prácticas comunicacionales de regímenes autoritarios.
En el PJ porteño vieron esa actitud como una negligencia y un reflejo del talante conflictivo del nuevo vocero, incluso recordaron que años atrás Mandelman se habría agarrado a las trompadas con un custodio del Ministerio de Trabajo y tuvo que ausentarse por un tiempo del edificio de la calle Alem.
Incluso, mandelman tiene el honor de ser uno de los pocos voceros gubernamentales que mereció un repudio con nombre y apellido de La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA), cuando condenó que haya excluido de una conferencia de prensa realizada en el Ministerio de Trabajo al periodista de Clarín, Ismael Bermúdez. Ejercicio de censura que parece ser habitual en su manera de entender la comunicación.
"Así vamos mal, lo ponen a manejar la prensa al mismo que fue 8 años vocero de Tomada y no logró que lo conozcan ni en el Subte B", afirmo a LPO entre contemplativo y apesadumbrado un experimentado operador del PJ porteño.
La publicidad "nacional"
El ninguneo a Filmus, a quien no le perdonan incontables desobediencias (ley de glaciares, resistencia a ser candidato en el 2009) y su pasado albertista se extiende al formato propagandístico que adoptará la campaña. Los afiches y spots televisivos y radiales que, como pudo saber en exclusiva este medio circularán a partir de mañana o pasado, tienen un enfoque nacional.
El mensaje que se quiere transmitir es que la elección porteña no es de un nombre propio sino que es la puesta en juego del modelo kirchnerista.
“La campaña publicitaria va a descansar en los logros a nivel país en los últimos 8 años y la aparición de Filmus y Tomada se sustentará en la credibilidad que brinda el Gobierno nacional”, graficó a LPO una fuente que está muy al tanto del avance de la publicidad del candidato kirchnerista. (La Política OnLine).
La campaña porteña dejó de manifiesto el acotado poder de decisión que Cristina Kirchner le otorgó a Daniel Filmus, que se tuvo que resignar a ser solamente la cara visible de una cruzada nacional.
El acto de lanzamiento de la fórmula Filmus-Tomada del pasado 21 de mayo fue una muestra nítida de la intervención total que desde Casa Rosada hicieron de la campaña porteña. Ese día, en el Teatro ND Ateneo, la presidenta irrumpió en el acto y no dejó hablar al senador nacional en su propio lanzamiento, que incluso tuvo que tolerar que la locutora del evento lo cortara de mala manera: "Filmus llegó la Presidenta", lo conminó.
Luego de ese suceso y tras armarle la lista de legisladores a su gusto, Cristina se adueñó de la campaña a través del vocero presidencial, Alfredo Scoccimaro, que logró desplazar al histórico publicista Enrique “Pepe” Albístur, que había trabajado con Filmus en la "precampaña" que lo enfrentó al ministro de Economía, Amado Boudou.
Scoccimaro impuso a su preferido, Fernando Braga Menéndez, un viejo rival de Albístur y kirchnerista ortodoxo. Pero no sólo le impusieron a Braga Menéndez, sino que, como pudo saber este medio, el material que había preparado Albístur para esta nueva etapa fue desechado, incluyendo los afieches callejeros, expertisse del ex secretario de Medios.
Mal paso con los medios
La intervención de Scoccimaro no termina allí: el vocero presidencial también consiguió asignarle a Filmus al antiguo vocero de Carlos Tomada, Diego Mandelman, como vocero, lo que generó rispideces en el kirchnerismo de la Ciudad y augura una relación borrascosa entre el candidato y los medios independientes.
LPO tuvo una experiencia del tono que el vocero plantea imprimirle a su relación con los medios. Esta tarde, ante la pregunta de por qué se estaba demorando la aparición de los afiches de Filmus en las calles de la Ciudad, Mandelman acusó a LPO de querer “generar una interna” entre Braga Menéndez y Albístur y evitó decir cuál era el elegido para publicitar la campaña, pese a que ya estaba definido.
En pocos días, Mandelman logró levantar polémica y críticas internas. Es que la semana pasada Filmus impidió el ingreso de periodistas de las agencias DyN y NA, Clarín y la revista El Parlamentario a una reunión entre Filmus y León Arslanián a la que sí pudieron entrar a los enviados de la agencia oficial Télam.
Incluso se deslizó que Filmus concentraría su comunicación con los medios a traves de Télam, en un rumor que de confirmarse lo emparentaría con las prácticas comunicacionales de regímenes autoritarios.
En el PJ porteño vieron esa actitud como una negligencia y un reflejo del talante conflictivo del nuevo vocero, incluso recordaron que años atrás Mandelman se habría agarrado a las trompadas con un custodio del Ministerio de Trabajo y tuvo que ausentarse por un tiempo del edificio de la calle Alem.
Incluso, mandelman tiene el honor de ser uno de los pocos voceros gubernamentales que mereció un repudio con nombre y apellido de La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA), cuando condenó que haya excluido de una conferencia de prensa realizada en el Ministerio de Trabajo al periodista de Clarín, Ismael Bermúdez. Ejercicio de censura que parece ser habitual en su manera de entender la comunicación.
"Así vamos mal, lo ponen a manejar la prensa al mismo que fue 8 años vocero de Tomada y no logró que lo conozcan ni en el Subte B", afirmo a LPO entre contemplativo y apesadumbrado un experimentado operador del PJ porteño.
La publicidad "nacional"
El ninguneo a Filmus, a quien no le perdonan incontables desobediencias (ley de glaciares, resistencia a ser candidato en el 2009) y su pasado albertista se extiende al formato propagandístico que adoptará la campaña. Los afiches y spots televisivos y radiales que, como pudo saber en exclusiva este medio circularán a partir de mañana o pasado, tienen un enfoque nacional.
El mensaje que se quiere transmitir es que la elección porteña no es de un nombre propio sino que es la puesta en juego del modelo kirchnerista.
“La campaña publicitaria va a descansar en los logros a nivel país en los últimos 8 años y la aparición de Filmus y Tomada se sustentará en la credibilidad que brinda el Gobierno nacional”, graficó a LPO una fuente que está muy al tanto del avance de la publicidad del candidato kirchnerista. (La Política OnLine).
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