Informe Digital Metropolitano: desde que asumió en 2003 hasta hoy, uno de los cambios más importantes fue en relación al prestador más importante del área metropolitana Buenos Aires, que pasó de ser un operador privado conformado por capitales extranjeros –Aguas Argentinas- a una empresa estatal, Agua y Saneamiento Argentinos. ¿En qué varió la relación de ENOHSA con dicha empresa?
Edgardo Bortolozzi: el hito de la creación de AySA generó que la misma empresa, a diferencia del grupo inversor extranjero, tuviera su propio plan de expansión. Dado que los recursos de los que dispone son los mismos que tenemos en ENOHSA, para evitar una duplicación de esfuerzos después de un proceso de transición donde ejecutamos una serie de obras, la empresa se encargó de sus propias obras y de planificar su crecimiento, dándole especial énfasis al área Matanza Riachuelo, donde en el marco de la sentencia judicial de la Corte la exigencia es muy estricta. Desde ENOHSA colaboramos en lo que sea necesario, pero en líneas generales se ha convenido que sea la empresa la que defina sus propias obras dejando en manos de ENOHSA la interrelación con todo lo que es el área metropolitana fuera de AySA, lo cual hace que trabajemos muy fuerte con los municipios, la Provincia y la empresa ABSA.
IdM: en 2003, la situación sanitaria era bastante tremenda… ¿en qué cambió en estos siete años?
EB: es una buena caracterización hablar de tremenda… En 2004 había 22 millones de argentinos sin cloacas y 8 millones sin agua potable, números escalofriantes para un país como el nuestro. Uno de los desafíos que nos planteamos fue justamente recuperar la vanguardia en saneamiento, por eso en términos de las metas de desarrollo de la Cumbre del Milenio nos propusimos una cobertura del 90% de agua potable y del 75% por lo menos en cloacas, lo que significa que a nivel de urbanizaciones todos tengan agua potable segura, no hay que olvidar que existe un 10% de la población que está dispersa, donde más allá de alguna medida sanitaria es imposible llegar con un esquema de redes. Y que ese 75% de cloacas estuviera aplicado en las áreas periféricas, en las áreas con mayor deficiencia. En base de una serie de estudios en los que se tomó como foco La Matanza - porque más allá de ser un partido del Conurbano tiene presente el primero, segundo y tercer cordón en cuanto a sus características socioeconómicas- desarrollamos el plan Agua + Trabajo. En ese contexto se tomó como meta la universalidad del servicio en ese distrito y se está trabajando en el desarrollo de una estrategia, un antes y un después que conduzca a tener datos precisos del impacto de la infraestructura en la salud en la gente, especialmente en el segundo y tercer cordón donde hay un fuerte porcentaje de población infantil y tercera edad, que son los dos estamentos a los cuales les damos mayor importancia, tanto en estos cordones como en la periferia de las grandes ciudades del país, que son las que tienen los problemas más grandes. Son ciudades que se caracterizan por tener en su núcleo todos los servicios, y esa calidad y cantidad de servicios va disminuyendo muy fuertemente hacia la periferia, ni hablar cuando nos referimos a áreas peligrosas desde el punto de vista ambiental, donde existe alta densidad de radicaciones y grandes cantidades de chicos y gente mayor. La estrategia de ENOHSA se enfocó en la universalidad comenzando en esas áreas críticas, las de mayores dificultades. Para lograrlo, hemos crecido en presupuesto, en el 2003 teníamos 10 millones y hoy estamos en 1400 millones de pesos, lo que habla de la importancia que el Gobierno Nacional le fue dando año tras año al tema de agua y cloacas. A esto tenemos que sumarle el presupuesto de AySA, que se ejecuta plenamente en el área metropolitana, como las plantas de Tigre y Berazategui, y la apertura de licitaciones realizada en estos días para otras dos plantas que van a estar en Lanús y Lomas de Zamora.
IdM: ¿qué otras obras se están realizando en la metrópolis, además de las que lleva adelante AySA?
EB: en el área extra Aysa, estamos desarrollando con la provincia de Buenos Aires un proyecto muy intenso para resolver el tema cloacal en la jurisdicción norte, conformada por José C. Paz, Malvinas Argentinas, Escobar y Pilar, donde todavía tienen un déficit en la cobertura de agua y cloacas. En ese sector junto con el BID estamos desarrollando un programa que se llama Agua y Saneamiento que lo ha encomendado al ENOHSA el Ministerio de Planificación y que está destinado a sectores que tienen muchísima densidad y requieren inversiones muy significativas. Como lógicamente estos proyectos llevan un tiempo importante de desarrollo, para ir paliando los problemas más graves, ENOHSA viene financiando una serie de obras en los sectores más críticos en términos de desagües cloacales, que luego van a ser reemplazadas por una sola planta de tratamiento en Pilar, de manera tal de darle el servicio a los cuatro distritos, y que pasen a integrar el mismo grupo que Campana, que prácticamente está con universalidad de servicios y también Zarate. Además se complementa con lo que estamos haciendo en la cuenca del Reconquista Luján y en el área de la cuenca alta del Matanza – Riachuelo, mientras AySA está trabajando en la parte baja y media de la cuenca. Desde ENOHSA estamos interactuando con los 6 distritos de la cuenca alta, en Merlo donde hemos inaugurado una planta, también en Presidente Perón que prácticamente tenia cero cloacas y el año que viene llegará a la cobertura universal. Y en Marcos Paz, Cañuelas y Las Heras donde estamos presentando junto con la Provincia un plan director para que la Cuenca alta quede saneada en un plazo aproximado de 3 años, por supuesto que es un área de menor dificultad que la cuenca baja y media, que requiere una obra de una complejidad mayor, también por la cantidad de población.
IdM: En el año 2005 la Fundación Metropolitana presentó el mapa de los no usuarios de agua corriente y cloacas, que indicaba que en la zona norte de la metrópolis el 59% de la población no tenía cloacas, en la región oeste este número ascendía a 56% y en la parte sur, el índice era de 62%. En relación al agua corriente, los números eran menores (35, 40 y 23 respectivamente). Con el panorama descrito ¿este déficit estaría cubierto?
EB: tiene distintos niveles de solución, hoy estamos esperando los resultados del Censo Nacional porque lo demás son evaluaciones, presunciones o mediciones parciales y el censo es terminante en relación a la gente efectivamente conectada. Sabemos que en el área de AySA tenemos una incidencia mayor que en las áreas mas relegadas, que no tenían proyecto. A diferencia del área de Aysa, donde Aguas Argentinas con sus más y con sus menos desarrolló un proyecto, el área metropolitana oeste no fue objeto de un desarrollo de proyecto. En esta etapa la Provincia está desarrollando el proyecto integral en forma global para ese sector, para equipararlo al sureste y al suroeste. ENOHSA, como ente nacional que financia proyectos necesita que la jurisdicción (en este caso la Provincia) nos acerque el proyecto y luego es una cuestión de recursos, de establecer pautas y prioridades. Cuando no está el proyecto es más complejo porque no podemos avanzar puntualmente sin tener la visión global. Justamos en este momento, desde ENOHSA estamos desarrollando proyectos que después se van a poder amalgamar, pero en general nos ha sido bastante dificultoso. De todas maneras en Moreno se ha hecho una planta para 200 mil habitantes, y de esa manera Merlo y Moreno van a quedar resueltos. Si a eso le sumamos que también trabajamos bastante fuerte en Tres de Febrero, Hurlingham, Ituzaingó y San Martín y que ahora lo estamos haciendo en José C. Paz y Malvinas, con cloacas y agua potable, vamos avanzando hacia la periferia a medida que tenemos certezas de un proyecto integral que va a contemplar estas obras.
IdM: ¿ENOHSA no está desarrollando proyecto ni asistiendo el desarrollo de proyectos?
EB: Nosotros realmente desarrollamos las obras y no los proyectos, salvo los que tienen financiamiento internacional como es el caso del que se está realizando norte-noroeste de la metrópolis que financia el BID. ENOHSA no financia ni desarrolla proyectos porque nos proponíamos universalizar los servicios o nos proponíamos desarrollar proyectos. Cuando en los ’90 este organismo se dedicó al desarrollo, el resultado fueron proyectos que no representaban la realidad de los lugares y la transformación del ENOHSA en la meca de los consultores, pero no en la meca de las soluciones para la gente, entonces preferimos que las jurisdicciones asuman la responsabilidad de desarrollar lo que necesitan y una vez que ellos tienen por lo menos el nivel base del proyecto, ahí intervenimos. No podemos, ni queremos, ni debemos estar imponiendo soluciones que después fracasan, porque no surgen de la planificación local.
IdM: ¿Cuál es el balance de gestión en estos casi ocho años, los ‘debe y haber’?
EB: estamos muy satisfechos porque hemos llegado a más de 2000 de los 3600 municipios del país con algún tipo de infraestructura. El mayor orgullo es que nuestro trabajo se palpa, se ve, lo usa la gente y de hecho hay casi 5 millones de argentinos que disfrutan de nuestras obras. Estamos hablando de cosas concretas, de ciudades que no tenían servicios y ahora los tienen y eso nos pasa en casi todas las provincias. Lo que nos queda en el ‘debe’ son los tiempos de desarrollo de proyectos en lugares de mayor densidad, son demasiados prolongados para nuestro gusto. Por eso quisimos resolver primero la periferia de las grandes ciudades, lamentablemente por distintas razones es muy difícil a nivel local mover las estructuras de los distintos estados para resolver estos temas, y reitero, no estamos hablando de cuestiones financieras, necesitamos que el nivel local tenga la decisión firme. En todos los estados, en los ‘90, se ha registrado una fuerte reducción de recursos humanos y/o de capacidad para desarrollar proyectos. Hoy por suerte esta situación ha evolucionado pero cuesta y lamentablemente el papel de dueño de casa no se puede reemplazar porque tiene que ver con decisiones políticas locales. Para hablar específicamente del área metropolitana, es donde tenemos superposición de intendentes, que son figuras fuertes porque tienen un territorio con mucha gente y muchas responsabilidades, nosotros trabajamos tanto con ellos como con la provincia de Buenos Aires.
IdM: ¿se ha podido avanzar en el cruce de los datos sanitarios con el impacto en la salud de la población?
EB: desde ENOHSA hemos desarrollado un acuerdo con UNICEF para desarrollar una serie de mediciones, tanto en La Matanza como en Tucumán, tomando ambas como áreas paradigmáticas, y estamos realizando algunas mediciones para ver qué sucede en el antes y después. Con el Ministerio de Salud no hemos logrado articular una medición porque ellos también tienen un problema de territorialidad y por otro lado, también es cierto que los indicadores sanitarios, son los que tienen mayor subdenuncia, no llegan al hospital, es un desafío que nos hemos planteado, el desarrollar aunque sea de manera piloto algunos indicadores, aun sabiendo que en el caso de La Matanza no es representativo de lo que puede pasar en una gran metrópolis como Buenos Aires.
IdM: hoy ¿cuál es el área más crítica de la metrópolis Buenos Aires?
EB: el punto donde más dificultades tenemos para avanzares en el área metropolitana oeste, ni siquiera en Merlo y Moreno, que se ha avanzado, sino en José C. Paz y en los distritos donde estuvo la gestión de Aguas de Barcelona, esa parte quedó desprendida porque los barceloneses nunca tomaron en serio el servicio sanitario, lo que se hizo fue precario y encima el agua es muy mala, es difícil atender esa área y hay que apelar a fuertes decisiones con respecto a los costos de operación. Es un área donde no hubo planificación de ningún tipo. En el tema de cloacas se está proyectando una obra integral, que va a permitir articular el financiamiento de infraestructura macro para esa zona. En relación al agua hay que ver cuáles son los sectores donde es más razonable intervenir, de hecho el 30 de junio vence el plazo para la presentación del plan para esa zona en ACUMAR, y el juez exigió el prestador único, que deberá ser ABSA, que se encargaba de tres de los seis distritos de la cuenca alta del Matanza – Riachuelo y ahora deberá absorber a Marcos Paz, Cañuelas y Las Heras.
IdM: ¿Cual es su evaluación del Plan Agua + Trabajo?
EB: es un plan exitoso porque ha permitido involucrar a la sociedad en un tema tan sensible como es el agua y las cloacas, de hecho AySA lo sigue aplicando en su territorio para expansiones de red y en aquellos sectores donde se ha sido inteligente para elegir una expansión ha sido extremadamente exitoso, nos ha pasado en el interior, en Tucumán, Chaco, Corrientes porque han tenido una productividad muy alta al incorporar gente que antes estaba marginada al mercado laboral. Es una solución en aquellos lugares donde las autoridades locales desarrollan una tarea tutelar, las cooperativas Agua + Trabajo son pymes constructoras y hay que tutelarlas, tienen que tener un permanente acompañamiento local, porque si bien todo lo financiero lo acerca el Gobierno Nacional con el ENOHSA, existe el día a día de las cooperativas.
IdM: ¿Cómo trabajan con los no usuarios?
EB: nuestro desafío es encontrar a los no usuarios y sobre todo a los no usuarios en estado de desprotección, ya sea por su capacidad socioeconómica o política. Buscamos a ese grupo para avanzar, porque mejorar la calidad de servicio nos va a permitir mejorar la calidad sanitaria de la comunidad. Apuntamos a revertir la lógica de los noventa, que era avanzar sobre el que podía pagar, apuntamos a que el agua y las cloacas, lejos de ser un tema económico, mejoren la condición sanitaria, porque son la mejor vacuna. Por eso de diez proyectos, tratamos que la mayoría sea para conectar a los no usuarios en estado de desprotección, y el resto para reforzar la infraestructura que ya está desarrollada.
IdM: en ese sentido existe un ejercicio que contrapone el costo del tendido sanitario versus el costo de la atención hospitalaria… ¿se puede realizar en la Argentina?
EB: este país tiene una gran diversidad, por ejemplo en la Puna el proyecto es carísimo en relación a José C. Paz. Lo que podemos hacer es una consolidación de valor en áreas metropolitanas y otra para áreas urbanas dispersa, por ejemplo en Mendoza, donde estamos avanzando sobre áreas con chacras, con densidad muy baja, y las inversiones son altas porque hay poca gente. Es muy difícil poner un número, y hacer un promedio sería bastante mentiroso, lo ideal sería avanzar en un parámetro adecuado para una ciudad –donde sólo hay que hacer expansión- y otro para áreas menos urbanizadas como la Patagonia. La universalidad es eso, llegar a todos, por eso el Censo es un elemento muy valioso para planificar lo que se viene, necesitamos tener datos concretos de la realidad del país. Una de las cuestiones en las que avanzamos fue con un programa de agua potable en áreas de riesgo sanitario, PROARSA, donde bajamos el nivel técnico de los proyectos, lo pusimos a nivel de las jurisdicciones, e incorporamos herramientas como el Google Earth, que nos permite ver en tiempo real que hay en el terreno y nos ha permitido desenmascarar algunos proyectos. Creemos mucho en un Estado Nacional o Provincial ejecutando las obras macro y después en trabajar con los intendentes las redes finas, y el día a día con el vecino. Defendemos esta metodología, mas allá de que sentamos a todos los actores en la mesa en el momento de decidir y definir la implementación de las obras.
1 Ingeniero en Recursos Hídricos (Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas - Universidad Nacional del Litoral -Santa Fe), Profesor Facultad de Recursos Naturales de la Universidad y Nacional de Formosa, Profesor de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Formosa, desde diciembre de 2003 administra el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento ( ENOHSA).
Edgardo Bortolozzi: el hito de la creación de AySA generó que la misma empresa, a diferencia del grupo inversor extranjero, tuviera su propio plan de expansión. Dado que los recursos de los que dispone son los mismos que tenemos en ENOHSA, para evitar una duplicación de esfuerzos después de un proceso de transición donde ejecutamos una serie de obras, la empresa se encargó de sus propias obras y de planificar su crecimiento, dándole especial énfasis al área Matanza Riachuelo, donde en el marco de la sentencia judicial de la Corte la exigencia es muy estricta. Desde ENOHSA colaboramos en lo que sea necesario, pero en líneas generales se ha convenido que sea la empresa la que defina sus propias obras dejando en manos de ENOHSA la interrelación con todo lo que es el área metropolitana fuera de AySA, lo cual hace que trabajemos muy fuerte con los municipios, la Provincia y la empresa ABSA.
IdM: en 2003, la situación sanitaria era bastante tremenda… ¿en qué cambió en estos siete años?
EB: es una buena caracterización hablar de tremenda… En 2004 había 22 millones de argentinos sin cloacas y 8 millones sin agua potable, números escalofriantes para un país como el nuestro. Uno de los desafíos que nos planteamos fue justamente recuperar la vanguardia en saneamiento, por eso en términos de las metas de desarrollo de la Cumbre del Milenio nos propusimos una cobertura del 90% de agua potable y del 75% por lo menos en cloacas, lo que significa que a nivel de urbanizaciones todos tengan agua potable segura, no hay que olvidar que existe un 10% de la población que está dispersa, donde más allá de alguna medida sanitaria es imposible llegar con un esquema de redes. Y que ese 75% de cloacas estuviera aplicado en las áreas periféricas, en las áreas con mayor deficiencia. En base de una serie de estudios en los que se tomó como foco La Matanza - porque más allá de ser un partido del Conurbano tiene presente el primero, segundo y tercer cordón en cuanto a sus características socioeconómicas- desarrollamos el plan Agua + Trabajo. En ese contexto se tomó como meta la universalidad del servicio en ese distrito y se está trabajando en el desarrollo de una estrategia, un antes y un después que conduzca a tener datos precisos del impacto de la infraestructura en la salud en la gente, especialmente en el segundo y tercer cordón donde hay un fuerte porcentaje de población infantil y tercera edad, que son los dos estamentos a los cuales les damos mayor importancia, tanto en estos cordones como en la periferia de las grandes ciudades del país, que son las que tienen los problemas más grandes. Son ciudades que se caracterizan por tener en su núcleo todos los servicios, y esa calidad y cantidad de servicios va disminuyendo muy fuertemente hacia la periferia, ni hablar cuando nos referimos a áreas peligrosas desde el punto de vista ambiental, donde existe alta densidad de radicaciones y grandes cantidades de chicos y gente mayor. La estrategia de ENOHSA se enfocó en la universalidad comenzando en esas áreas críticas, las de mayores dificultades. Para lograrlo, hemos crecido en presupuesto, en el 2003 teníamos 10 millones y hoy estamos en 1400 millones de pesos, lo que habla de la importancia que el Gobierno Nacional le fue dando año tras año al tema de agua y cloacas. A esto tenemos que sumarle el presupuesto de AySA, que se ejecuta plenamente en el área metropolitana, como las plantas de Tigre y Berazategui, y la apertura de licitaciones realizada en estos días para otras dos plantas que van a estar en Lanús y Lomas de Zamora.
IdM: ¿qué otras obras se están realizando en la metrópolis, además de las que lleva adelante AySA?
EB: en el área extra Aysa, estamos desarrollando con la provincia de Buenos Aires un proyecto muy intenso para resolver el tema cloacal en la jurisdicción norte, conformada por José C. Paz, Malvinas Argentinas, Escobar y Pilar, donde todavía tienen un déficit en la cobertura de agua y cloacas. En ese sector junto con el BID estamos desarrollando un programa que se llama Agua y Saneamiento que lo ha encomendado al ENOHSA el Ministerio de Planificación y que está destinado a sectores que tienen muchísima densidad y requieren inversiones muy significativas. Como lógicamente estos proyectos llevan un tiempo importante de desarrollo, para ir paliando los problemas más graves, ENOHSA viene financiando una serie de obras en los sectores más críticos en términos de desagües cloacales, que luego van a ser reemplazadas por una sola planta de tratamiento en Pilar, de manera tal de darle el servicio a los cuatro distritos, y que pasen a integrar el mismo grupo que Campana, que prácticamente está con universalidad de servicios y también Zarate. Además se complementa con lo que estamos haciendo en la cuenca del Reconquista Luján y en el área de la cuenca alta del Matanza – Riachuelo, mientras AySA está trabajando en la parte baja y media de la cuenca. Desde ENOHSA estamos interactuando con los 6 distritos de la cuenca alta, en Merlo donde hemos inaugurado una planta, también en Presidente Perón que prácticamente tenia cero cloacas y el año que viene llegará a la cobertura universal. Y en Marcos Paz, Cañuelas y Las Heras donde estamos presentando junto con la Provincia un plan director para que la Cuenca alta quede saneada en un plazo aproximado de 3 años, por supuesto que es un área de menor dificultad que la cuenca baja y media, que requiere una obra de una complejidad mayor, también por la cantidad de población.
IdM: En el año 2005 la Fundación Metropolitana presentó el mapa de los no usuarios de agua corriente y cloacas, que indicaba que en la zona norte de la metrópolis el 59% de la población no tenía cloacas, en la región oeste este número ascendía a 56% y en la parte sur, el índice era de 62%. En relación al agua corriente, los números eran menores (35, 40 y 23 respectivamente). Con el panorama descrito ¿este déficit estaría cubierto?
EB: tiene distintos niveles de solución, hoy estamos esperando los resultados del Censo Nacional porque lo demás son evaluaciones, presunciones o mediciones parciales y el censo es terminante en relación a la gente efectivamente conectada. Sabemos que en el área de AySA tenemos una incidencia mayor que en las áreas mas relegadas, que no tenían proyecto. A diferencia del área de Aysa, donde Aguas Argentinas con sus más y con sus menos desarrolló un proyecto, el área metropolitana oeste no fue objeto de un desarrollo de proyecto. En esta etapa la Provincia está desarrollando el proyecto integral en forma global para ese sector, para equipararlo al sureste y al suroeste. ENOHSA, como ente nacional que financia proyectos necesita que la jurisdicción (en este caso la Provincia) nos acerque el proyecto y luego es una cuestión de recursos, de establecer pautas y prioridades. Cuando no está el proyecto es más complejo porque no podemos avanzar puntualmente sin tener la visión global. Justamos en este momento, desde ENOHSA estamos desarrollando proyectos que después se van a poder amalgamar, pero en general nos ha sido bastante dificultoso. De todas maneras en Moreno se ha hecho una planta para 200 mil habitantes, y de esa manera Merlo y Moreno van a quedar resueltos. Si a eso le sumamos que también trabajamos bastante fuerte en Tres de Febrero, Hurlingham, Ituzaingó y San Martín y que ahora lo estamos haciendo en José C. Paz y Malvinas, con cloacas y agua potable, vamos avanzando hacia la periferia a medida que tenemos certezas de un proyecto integral que va a contemplar estas obras.
IdM: ¿ENOHSA no está desarrollando proyecto ni asistiendo el desarrollo de proyectos?
EB: Nosotros realmente desarrollamos las obras y no los proyectos, salvo los que tienen financiamiento internacional como es el caso del que se está realizando norte-noroeste de la metrópolis que financia el BID. ENOHSA no financia ni desarrolla proyectos porque nos proponíamos universalizar los servicios o nos proponíamos desarrollar proyectos. Cuando en los ’90 este organismo se dedicó al desarrollo, el resultado fueron proyectos que no representaban la realidad de los lugares y la transformación del ENOHSA en la meca de los consultores, pero no en la meca de las soluciones para la gente, entonces preferimos que las jurisdicciones asuman la responsabilidad de desarrollar lo que necesitan y una vez que ellos tienen por lo menos el nivel base del proyecto, ahí intervenimos. No podemos, ni queremos, ni debemos estar imponiendo soluciones que después fracasan, porque no surgen de la planificación local.
IdM: ¿Cuál es el balance de gestión en estos casi ocho años, los ‘debe y haber’?
EB: estamos muy satisfechos porque hemos llegado a más de 2000 de los 3600 municipios del país con algún tipo de infraestructura. El mayor orgullo es que nuestro trabajo se palpa, se ve, lo usa la gente y de hecho hay casi 5 millones de argentinos que disfrutan de nuestras obras. Estamos hablando de cosas concretas, de ciudades que no tenían servicios y ahora los tienen y eso nos pasa en casi todas las provincias. Lo que nos queda en el ‘debe’ son los tiempos de desarrollo de proyectos en lugares de mayor densidad, son demasiados prolongados para nuestro gusto. Por eso quisimos resolver primero la periferia de las grandes ciudades, lamentablemente por distintas razones es muy difícil a nivel local mover las estructuras de los distintos estados para resolver estos temas, y reitero, no estamos hablando de cuestiones financieras, necesitamos que el nivel local tenga la decisión firme. En todos los estados, en los ‘90, se ha registrado una fuerte reducción de recursos humanos y/o de capacidad para desarrollar proyectos. Hoy por suerte esta situación ha evolucionado pero cuesta y lamentablemente el papel de dueño de casa no se puede reemplazar porque tiene que ver con decisiones políticas locales. Para hablar específicamente del área metropolitana, es donde tenemos superposición de intendentes, que son figuras fuertes porque tienen un territorio con mucha gente y muchas responsabilidades, nosotros trabajamos tanto con ellos como con la provincia de Buenos Aires.
IdM: ¿se ha podido avanzar en el cruce de los datos sanitarios con el impacto en la salud de la población?
EB: desde ENOHSA hemos desarrollado un acuerdo con UNICEF para desarrollar una serie de mediciones, tanto en La Matanza como en Tucumán, tomando ambas como áreas paradigmáticas, y estamos realizando algunas mediciones para ver qué sucede en el antes y después. Con el Ministerio de Salud no hemos logrado articular una medición porque ellos también tienen un problema de territorialidad y por otro lado, también es cierto que los indicadores sanitarios, son los que tienen mayor subdenuncia, no llegan al hospital, es un desafío que nos hemos planteado, el desarrollar aunque sea de manera piloto algunos indicadores, aun sabiendo que en el caso de La Matanza no es representativo de lo que puede pasar en una gran metrópolis como Buenos Aires.
IdM: hoy ¿cuál es el área más crítica de la metrópolis Buenos Aires?
EB: el punto donde más dificultades tenemos para avanzares en el área metropolitana oeste, ni siquiera en Merlo y Moreno, que se ha avanzado, sino en José C. Paz y en los distritos donde estuvo la gestión de Aguas de Barcelona, esa parte quedó desprendida porque los barceloneses nunca tomaron en serio el servicio sanitario, lo que se hizo fue precario y encima el agua es muy mala, es difícil atender esa área y hay que apelar a fuertes decisiones con respecto a los costos de operación. Es un área donde no hubo planificación de ningún tipo. En el tema de cloacas se está proyectando una obra integral, que va a permitir articular el financiamiento de infraestructura macro para esa zona. En relación al agua hay que ver cuáles son los sectores donde es más razonable intervenir, de hecho el 30 de junio vence el plazo para la presentación del plan para esa zona en ACUMAR, y el juez exigió el prestador único, que deberá ser ABSA, que se encargaba de tres de los seis distritos de la cuenca alta del Matanza – Riachuelo y ahora deberá absorber a Marcos Paz, Cañuelas y Las Heras.
IdM: ¿Cual es su evaluación del Plan Agua + Trabajo?
EB: es un plan exitoso porque ha permitido involucrar a la sociedad en un tema tan sensible como es el agua y las cloacas, de hecho AySA lo sigue aplicando en su territorio para expansiones de red y en aquellos sectores donde se ha sido inteligente para elegir una expansión ha sido extremadamente exitoso, nos ha pasado en el interior, en Tucumán, Chaco, Corrientes porque han tenido una productividad muy alta al incorporar gente que antes estaba marginada al mercado laboral. Es una solución en aquellos lugares donde las autoridades locales desarrollan una tarea tutelar, las cooperativas Agua + Trabajo son pymes constructoras y hay que tutelarlas, tienen que tener un permanente acompañamiento local, porque si bien todo lo financiero lo acerca el Gobierno Nacional con el ENOHSA, existe el día a día de las cooperativas.
IdM: ¿Cómo trabajan con los no usuarios?
EB: nuestro desafío es encontrar a los no usuarios y sobre todo a los no usuarios en estado de desprotección, ya sea por su capacidad socioeconómica o política. Buscamos a ese grupo para avanzar, porque mejorar la calidad de servicio nos va a permitir mejorar la calidad sanitaria de la comunidad. Apuntamos a revertir la lógica de los noventa, que era avanzar sobre el que podía pagar, apuntamos a que el agua y las cloacas, lejos de ser un tema económico, mejoren la condición sanitaria, porque son la mejor vacuna. Por eso de diez proyectos, tratamos que la mayoría sea para conectar a los no usuarios en estado de desprotección, y el resto para reforzar la infraestructura que ya está desarrollada.
IdM: en ese sentido existe un ejercicio que contrapone el costo del tendido sanitario versus el costo de la atención hospitalaria… ¿se puede realizar en la Argentina?
EB: este país tiene una gran diversidad, por ejemplo en la Puna el proyecto es carísimo en relación a José C. Paz. Lo que podemos hacer es una consolidación de valor en áreas metropolitanas y otra para áreas urbanas dispersa, por ejemplo en Mendoza, donde estamos avanzando sobre áreas con chacras, con densidad muy baja, y las inversiones son altas porque hay poca gente. Es muy difícil poner un número, y hacer un promedio sería bastante mentiroso, lo ideal sería avanzar en un parámetro adecuado para una ciudad –donde sólo hay que hacer expansión- y otro para áreas menos urbanizadas como la Patagonia. La universalidad es eso, llegar a todos, por eso el Censo es un elemento muy valioso para planificar lo que se viene, necesitamos tener datos concretos de la realidad del país. Una de las cuestiones en las que avanzamos fue con un programa de agua potable en áreas de riesgo sanitario, PROARSA, donde bajamos el nivel técnico de los proyectos, lo pusimos a nivel de las jurisdicciones, e incorporamos herramientas como el Google Earth, que nos permite ver en tiempo real que hay en el terreno y nos ha permitido desenmascarar algunos proyectos. Creemos mucho en un Estado Nacional o Provincial ejecutando las obras macro y después en trabajar con los intendentes las redes finas, y el día a día con el vecino. Defendemos esta metodología, mas allá de que sentamos a todos los actores en la mesa en el momento de decidir y definir la implementación de las obras.
1 Ingeniero en Recursos Hídricos (Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas - Universidad Nacional del Litoral -Santa Fe), Profesor Facultad de Recursos Naturales de la Universidad y Nacional de Formosa, Profesor de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Formosa, desde diciembre de 2003 administra el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento ( ENOHSA).
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