En 1994 se reformó la Constitución incorporando el Art. 38 referido a los partidos políticos, considerándolos “fundamentales del sistema democrático”, garantizando la “representación de las minorías”, la “postulación de candidatos”, y el “sostenimiento económico”.
Apareció la partidocracia rentable, concretada con la rápida inscripción de cerca de 800 partidos. Están manejados por grupos que declaman defender al pueblo; antes de las elecciones le prometen resolverle los problemas y después de las elecciones lo ignoran. Son una farsa de la democracia y han caído en un generalizado descrédito ciudadano.
El Art. 38 es una ficción adicional a las varias que tiene la Constitución, y no era necesario incorporarlo por ser un tema de legislación, modificable con la evolución de la sociedad y sin la rigidez de una reforma constitucional.
Produce una incomunicación entre el pueblo y el gobierno que imposibilita el gobierno por el pueblo. Los legisladores que vota el pueblo no son sus representantes; son representantes del partido que los postuló como candidatos y no se sienten obligados con la voluntad ciudadana.
Para facilitar el ordenamiento institucional del país, y que los derechos que propugna la democracia tengan vigencia, deben modificarse las normas sobre partidos políticos, el régimen electoral y eliminar el voto obligatorio.
Apareció la partidocracia rentable, concretada con la rápida inscripción de cerca de 800 partidos. Están manejados por grupos que declaman defender al pueblo; antes de las elecciones le prometen resolverle los problemas y después de las elecciones lo ignoran. Son una farsa de la democracia y han caído en un generalizado descrédito ciudadano.
El Art. 38 es una ficción adicional a las varias que tiene la Constitución, y no era necesario incorporarlo por ser un tema de legislación, modificable con la evolución de la sociedad y sin la rigidez de una reforma constitucional.
Produce una incomunicación entre el pueblo y el gobierno que imposibilita el gobierno por el pueblo. Los legisladores que vota el pueblo no son sus representantes; son representantes del partido que los postuló como candidatos y no se sienten obligados con la voluntad ciudadana.
Para facilitar el ordenamiento institucional del país, y que los derechos que propugna la democracia tengan vigencia, deben modificarse las normas sobre partidos políticos, el régimen electoral y eliminar el voto obligatorio.
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