JOSE C. PAZ, Agosto 04, (PUNTO CERO-Diarionp) Numerosos militantes se congregaron a recordar a recordar al militante obrero, cristiano, peronista y montonero.
El único obrero de la primera conducción de la organización guerrillera Montoneros fue José Sabino Navarro, quien luego de la muerte de Fernando Abal Medina y Gustavo Ramus, en William Morris, quedó a cargo de la conducción del grupo. El trabajo durante el breve lapso que está a cargo de la organización político militar fue de difusión, contacto y armado de una estructura de alcance nacional. En julio de 1971, luego de ser perseguido por las fuerzas militares, se pierde en las sierras cordobesas gravemente herido, hasta que es encontrado días más tarde, ya muerto.
Sabino Navarro fue vecino de General Sarmiento, vivió en el barrio Santa Brígida, fue trabajador en la empresa Algodonera Textil Argentina, luego la empresa metalúrgica Deutz, donde fue delegado, mientras militaba en grupos cristianos como la JOC o Cristianismo y Revolución. El sábado se le realizó un homenaje en el cementerio de Olivos, y además de los militantes de la zona norte, concurrieron concejales de Malvinas Argentinas, San Miguel, y dirigentes gremiales municipales y docentes de la zona.
El acto
Las emociones del sábado a la tarde, a pesar del frío helado, se sumaron a la calidez de numerosos militantes que se congregaron junto a Pina, la esposa del Negro Sabino. La mayoría de origen peronista, con exiliados, ex presos políticos, ex detenidos/desaparecidos y jóvenes de distintas agrupaciones, el acto se inició con la lectura de un documento donde se sintetizó la vida del dirigente.
La ciudad de Alvear, en la provincia de Corrientes, fue el lugar donde nació en 1942, llegando a Buenos Aires a los 5 años, instalándose en la localidad de San Martín. Luego del primario empieza la escuela técnica, a la vez que trabajaba en changas, hasta entrar a una empresa textil, donde conoce a Pina, quien será su compañera y madre de sus dos hijos. La vinculación con John William Coocke, Gustavo Rearte, el mayor Alberte y García Elorrio lo van conduciendo hacia un trabajo más revolucionario, conformando un grupo operativo que en el año ´70 se fusiona al núcleo fundacional de Montoneros.
Alguien recordó que luego de muerto, a Navarro le cortaron las manos como al Che Guevara, siendo escondido en un cementerio de Córdoba, de donde fue rescatado en 1974 por el gobernador Oscar Bidegain, quien a través de la familia Lisazo logró el traslado de los restos cerca de su familia, en el cementerio de Olivos. Aquel fue el primer acto homenaje, siendo el segundo hace algunos años cuando se congregó una veintena de amigos, que ayudaron a la familia a pagar para que el cuerpo no fuera retirado del cementerio. El del sábado fue el tercer acto donde se sumaron familiares del Negro Díaz, otro amigo de militancia del comandante homenajeado. También estuvieron presentes funcionarios de Nación, Provincia y la Ciudad de Buenos Aires.
Un testimonio durante el acto fue el de Elbio Alberione, quien no sólo lo conoció y trató asiduamente, sino que pudo rescatar algunos datos sobre su paso por Córdoba, antes del Cordobazo, y también de su trabajo previo a su muerte. Otro testimoniante fue Julio César Urien, quien destacó la militancia de Navarro, además de lo amplia y variada la gama de gente que había logrado aglutinar en torno a la primera estructura de la organización, Por su parte Adriana Lizaso leyó una carta homenaje, firmada por Eduardo Firmenich. Otra carta fue leída por el hijo de Carlos Palacio Otero, otro amigo de Navarro.
Acto fallido
Se mencionó que durante su militancia como delegado, el Negro Sabino trompeó a otro delegado que había boicoteado una huelga, un delegado que luego ascendería al cargo de secretario general de SMATA y que no cambiaría la actitud que el Negro le había intentado corregir.
Pocos lo recordaron, pero la casa de San Miguel fue usada el lugar donde se concentró la primera información sobre los grupos que se sumaban a Montoneros. En esa misma casa se intentó realizar una prueba con pólvora, que resultó fallida, pero que sirvió como experiencia para el armado de los primeros caños montoneros. Es escasa la información sobre la vida del co fundador de Montoneros, pero el acto del sábado demuestra que su figura está metida en la memoria de muchos que quieren que su presencia se prolongue en el tiempo. Los poemas y canciones son herramientas para preservar dicha memoria, por eso fue importante que, en medio del frío, Thono Báez sacara su guitarra y cantara a plena voz la canción que compuso en homenaje a Sabino poco tiempo después de caído. El hijo de Juárez, el hombre que habló y homenajeo a Sabino en 1974 y había creado la JTP (Juventud Trabajadora Peronista), fue el que tomó el micrófono y recordó a su padre, a Navarro y mencionó a Pina cariñosamente como su tía. Nina Brugo pidió el micrófono para destacar la apertura del guerrillero, y finalmente Ernesto Navarro, hijo de Sabino, agradeció a todos los que participaron del acto y recuerdan a su padre. Pina estuvo presente durante el acto, recibió saludos de todos, pero no hizo uso de la palabra. El acto finalizó entonando a capela el himno nacional, y quedó flotando la frase de quien dijo que todas las cosas que se contaron están esperando a alguien que las transforme en historia. (PUNTO CERO-Diarionp).
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