LUJAN, Abril 16, (PUNTO CERO-El Civismo) La medida de fuerza comenzó el miércoles. Al cierre de esta edición las instalaciones continuaban ocupadas por tiempo indeterminado.
Los alumnos que impulsan la toma exigen que las autoridades universitarias soliciten al gobierno nacional la paralización de los trabajos iniciados en enero.
El rector, en tanto, habló de “grupo minúsculo” y dirigió sus críticas al consejero superior Leonardo Moreno.
El miércoles, estudiantes de la Universidad Nacional de Luján (UNLu) tomaron el rectorado en oposición al paso de la autopista por el predio de esa institución. Al cierre de esta edición, la medida de fuerza continuaba vigente y no existían plazos para desalojar las instalaciones.
La protesta se originó luego de un largo proceso de organización estudiantil. Primero a través de volantes aislados y luego mediante asambleas que crecieron en número de asistentes y permitieron difundir la problemática a buena parte de la comunidad universitaria.
La toma fue acordada en una asamblea que tuvo lugar el martes de la semana pasada. Esa resolución también incluía movilización y corte en el sector de la UNLu donde se desarrollan, desde enero, los trabajos de la autopista Luján–Mercedes. Sin embargo, las malas condiciones registradas en la mañana del miércoles obligaron a los estudiantes a descartar esa alternativa y cerca de las 16:30 ocuparon el rectorado.
A partir de ese momento, aparecieron diferentes comunicados a través de los cuales los jóvenes informaron las razones de una decisión que generó un profundo malestar en las autoridades de la UNLu.
En este sentido, el mismo día de la toma, el rector Osvaldo Arizio se comunicó con este medio –a través de intermediarios- para informar la posición que mantiene el gobierno universitario en esta problemática. Cabe aclarar que desde enero hasta la actualidad, el máximo responsable de la UNLu había guardado absoluto silencio sobre el tema, a pesar de la oposición que existía entre algunos estudiantes al paso de la autopista y las denuncias de supuestas irregularidades en los pasos legales que permitieron el inicio de los trabajos viales.
EL CIVISMO dialogó con Arizio en el salón de PAyS durante una colación de grado: “Yo tuve que explicar por qué estoy de esta manera: sin saco, sin corbata, en una fiesta que es la despedida del producto de nuestro accionar. No pude entrar al rectorado a sacar la ropa”.
Para Arizio, la toma es impulsada por “un grupo siempre minúsculo de alumnos que no acata las decisiones de los cuerpos democráticos que tiene la universidad”.
“Nos piden un imposible, porque pretenden parar una obra que no es nuestra en un lugar que tampoco es nuestro, porque por donde pasa la autopista no nos pertenece ni nos perteneció nunca”, argumentó el rector.
En esa breve charla que mantuvo con este bisemanario, Arizio criticó a los estudiantes que llevan adelante la medida de fuerza ya que, según dijo, “no eran ni 20 cuando tomaron el rectorado y se atribuyen una representación en forma autoritaria de una universidad que tiene 18.000 alumnos”.
La cabeza máxima de la UNLu también habló de algunas actitudes agresivas registradas en el momento de la toma “que no habían ocurrido en otras oportunidades”. Además, advirtió que los estudiantes están acompañados “por gente extraña a la universidad”.
Por su parte, las personas que participan del reclamo realizaron, en las últimas horas de la tarde del miércoles, una clase pública que contó con la asistencia de más de 120 jóvenes y algunos docentes para difundir los pormenores del conflicto. Esa iniciativa se repitió en la mañana del jueves.
LA AUTOPISTA
La primera parte de los trabajos en el predio de la UNLu comenzaron en enero de este año. El inicio de las obras pareció reavivar una vieja polémica: la del paso de la autopista Luján–Mercedes, que conectará la ruta 5 con el Acceso Oeste, por terrenos de la universidad local.
La traza definitiva se encuentra a 50 metros de la biblioteca y divide a la UNLu en dos sectores. Si bien en un primer momento se habló de trabajar durante el periodo de receso académico, el plan de obra que se conoció meses atrás establece que las tareas en ese sector de la casa de altos estudios se extenderá ininterrumpidamente durante el corriente año y el próximo.
Las autoridades universitarias argumentan que no tienen herramientas legales para oponerse al paso de la autopista ya que el proyecto es anterior a la creación de la universidad. La puja que durante años mantuvieron distintas gestiones con el gobierno nacional y con el Órgano de Control de Concesiones Viales (OCCOVI) para evitar que se concrete la propuesta pareció quedar sellada con el anuncio de 16 millones de pesos que llegarán a la UNLu.
En tanto, los estudiantes que se oponen exigen la paralización de los trabajos hasta que se realice una consulta pública a la comunidad universitaria y a los vecinos de Luján.
Además, dicen que “el Estudio de Impacto Ambiental (EsIA) fue aprobado el 27 de diciembre de 2006 sin haber sido leído y analizado correspondientemente”.
En esa misma línea, critican el armado del EsIA, a cargo de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, y solicitan que se efectúe uno nuevo.
EN CONFERENCIA DE PRENSA
El jueves, Arizio encabezó una conferencia de prensa donde volvió a hablar de “grupo minoritario”, en referencia a los alumnos que, según sus palabras, “irrumpieron y desalojaron en forma intempestiva el rectorado de la universidad”.
En ese encuentro con la prensa, el rector confirmó la toma del centro regional de San Miguel, en ese caso con paralización de clases.
“Aparentemente, ya que no tenemos ningún petitorio escrito, esto se produce en función de un tema, que salió en uno de los medios locales, vinculado a la autopista. Suponemos sobre la base de un pedido que uno de los consejeros estudiantiles llevó al Consejo Superior, pidiendo que la Universidad interrumpa las obras de la autopista. Pero después de cinco horas de debate, y por abrumadora mayoría, se desechó su opinión”, explicó Arizio.
En varios tramos de la conferencia, el rector apuntó sus críticas a un consejero superior “que al no poder imponer la opinión que presentó en el Consejo Superior decidió imponerla de manera autoritaria y sin respetar las decisiones que toman democráticamente los órganos de la universidad”.
Sólo cuando el periodista de este medio preguntó si se trataba del consejero estudiantil y miembro del Frente Universitario de Luján (FUL), Leonardo Moreno, Arizio le puso nombre y apellido al blanco de sus acusaciones.
“Lo del consejero estudiantil es más grave porque participa del Consejo Superior y en definitiva cuando le conviene acepta las decisiones de ese órgano y cuando no le conviene recurre a estos métodos autoritarios”, dijo en referencia a Moreno.
También informó que desde el rectorado se presentó una medida judicial en un juzgado en Mercedes con el propósito de salvaguardar los intereses de la UNLu.
“En este momento, este grupo minoritario de alumnos está haciendo un daño importante a la comunidad universitaria ya que en esas oficinas (del rectorado) quedan interrumpidas una serie de proyectos y actividades importantes para la universidad”.
LA OTRA CAMPANA
En uno de los tantos comunicados de prensa, los estudiantes que mantienen tomado el rectorado expresan que “se fueron realizando distintas actividades de difusión y medidas de fuerza como juntas de firmas, presentación de un recurso de amparo, presentación ante la Defensoría del Pueblo de la Nación, movilización al obrador y por último la movilización al Consejo Superior entregando un petitorio acompañado por más de 1500 firmas”.
“Ante la negativa de la actual gestión y de la gran mayoría de los consejeros superiores a realizar una consulta pública, entendemos que esto significa una negativa a asumir la defensa de la autonomía universitaria y la educación pública”, explican en el documento.
Entrevistado por este bisemanario, Leonardo Moreno comentó que “el rector muchas veces ha dicho que para él es un grupo minoritario el que lleva adelante esto. Yo por ejemplo, para ser consejero del Frente Universitario de Luján recibí 1700 votos, no sé cuántos consejeros tienen esa misma representatividad”.
“Lo real es que una semana antes de tomar el rectorado se había anunciado esa medida que no tuvo rechazo entre el estudiantado, al contrario. Esto demuestra que cada vez hay más gente que se está sumando a esta propuesta”.
“Si están tan convencidos de que somos una minoría los que le decimos no al paso de la autopista, ¿por qué se negaron a hacer la consulta pública?”, se preguntó Moreno.
El consejero superior también valoró la medida de fuerza que se desarrolla en la sede de San Miguel ya que “dentro de un pliego de 25 reivindicaciones, una especifica que los compañeros de esa regional no van a aceptar la plata de la autopista para construir las aulas que tanto necesitan”.
“El año pasado, cuando se vivió el proceso de pedido de reparación histórica, se hicieron diferentes actividades para difundir el proyecto. Pero por el tema de la autopista no se hizo ningún tipo de difusión. Eso llama la atención. Esto no termina en la toma, están en juego cuestiones mucho más de fondo que tienen que ver con la autonomía universitaria y con cómo se toman las decisiones”, expresó Moreno.
El integrante del FUL también advirtió que “el rectorado empezó a operar a través de algunos estudiantes sacando algunas solicitadas en contra de la toma”.
Los alumnos que impulsan la toma exigen que las autoridades universitarias soliciten al gobierno nacional la paralización de los trabajos iniciados en enero.
El rector, en tanto, habló de “grupo minúsculo” y dirigió sus críticas al consejero superior Leonardo Moreno.
El miércoles, estudiantes de la Universidad Nacional de Luján (UNLu) tomaron el rectorado en oposición al paso de la autopista por el predio de esa institución. Al cierre de esta edición, la medida de fuerza continuaba vigente y no existían plazos para desalojar las instalaciones.
La protesta se originó luego de un largo proceso de organización estudiantil. Primero a través de volantes aislados y luego mediante asambleas que crecieron en número de asistentes y permitieron difundir la problemática a buena parte de la comunidad universitaria.
La toma fue acordada en una asamblea que tuvo lugar el martes de la semana pasada. Esa resolución también incluía movilización y corte en el sector de la UNLu donde se desarrollan, desde enero, los trabajos de la autopista Luján–Mercedes. Sin embargo, las malas condiciones registradas en la mañana del miércoles obligaron a los estudiantes a descartar esa alternativa y cerca de las 16:30 ocuparon el rectorado.
A partir de ese momento, aparecieron diferentes comunicados a través de los cuales los jóvenes informaron las razones de una decisión que generó un profundo malestar en las autoridades de la UNLu.
En este sentido, el mismo día de la toma, el rector Osvaldo Arizio se comunicó con este medio –a través de intermediarios- para informar la posición que mantiene el gobierno universitario en esta problemática. Cabe aclarar que desde enero hasta la actualidad, el máximo responsable de la UNLu había guardado absoluto silencio sobre el tema, a pesar de la oposición que existía entre algunos estudiantes al paso de la autopista y las denuncias de supuestas irregularidades en los pasos legales que permitieron el inicio de los trabajos viales.
EL CIVISMO dialogó con Arizio en el salón de PAyS durante una colación de grado: “Yo tuve que explicar por qué estoy de esta manera: sin saco, sin corbata, en una fiesta que es la despedida del producto de nuestro accionar. No pude entrar al rectorado a sacar la ropa”.
Para Arizio, la toma es impulsada por “un grupo siempre minúsculo de alumnos que no acata las decisiones de los cuerpos democráticos que tiene la universidad”.
“Nos piden un imposible, porque pretenden parar una obra que no es nuestra en un lugar que tampoco es nuestro, porque por donde pasa la autopista no nos pertenece ni nos perteneció nunca”, argumentó el rector.
En esa breve charla que mantuvo con este bisemanario, Arizio criticó a los estudiantes que llevan adelante la medida de fuerza ya que, según dijo, “no eran ni 20 cuando tomaron el rectorado y se atribuyen una representación en forma autoritaria de una universidad que tiene 18.000 alumnos”.
La cabeza máxima de la UNLu también habló de algunas actitudes agresivas registradas en el momento de la toma “que no habían ocurrido en otras oportunidades”. Además, advirtió que los estudiantes están acompañados “por gente extraña a la universidad”.
Por su parte, las personas que participan del reclamo realizaron, en las últimas horas de la tarde del miércoles, una clase pública que contó con la asistencia de más de 120 jóvenes y algunos docentes para difundir los pormenores del conflicto. Esa iniciativa se repitió en la mañana del jueves.
LA AUTOPISTA
La primera parte de los trabajos en el predio de la UNLu comenzaron en enero de este año. El inicio de las obras pareció reavivar una vieja polémica: la del paso de la autopista Luján–Mercedes, que conectará la ruta 5 con el Acceso Oeste, por terrenos de la universidad local.
La traza definitiva se encuentra a 50 metros de la biblioteca y divide a la UNLu en dos sectores. Si bien en un primer momento se habló de trabajar durante el periodo de receso académico, el plan de obra que se conoció meses atrás establece que las tareas en ese sector de la casa de altos estudios se extenderá ininterrumpidamente durante el corriente año y el próximo.
Las autoridades universitarias argumentan que no tienen herramientas legales para oponerse al paso de la autopista ya que el proyecto es anterior a la creación de la universidad. La puja que durante años mantuvieron distintas gestiones con el gobierno nacional y con el Órgano de Control de Concesiones Viales (OCCOVI) para evitar que se concrete la propuesta pareció quedar sellada con el anuncio de 16 millones de pesos que llegarán a la UNLu.
En tanto, los estudiantes que se oponen exigen la paralización de los trabajos hasta que se realice una consulta pública a la comunidad universitaria y a los vecinos de Luján.
Además, dicen que “el Estudio de Impacto Ambiental (EsIA) fue aprobado el 27 de diciembre de 2006 sin haber sido leído y analizado correspondientemente”.
En esa misma línea, critican el armado del EsIA, a cargo de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, y solicitan que se efectúe uno nuevo.
EN CONFERENCIA DE PRENSA
El jueves, Arizio encabezó una conferencia de prensa donde volvió a hablar de “grupo minoritario”, en referencia a los alumnos que, según sus palabras, “irrumpieron y desalojaron en forma intempestiva el rectorado de la universidad”.
En ese encuentro con la prensa, el rector confirmó la toma del centro regional de San Miguel, en ese caso con paralización de clases.
“Aparentemente, ya que no tenemos ningún petitorio escrito, esto se produce en función de un tema, que salió en uno de los medios locales, vinculado a la autopista. Suponemos sobre la base de un pedido que uno de los consejeros estudiantiles llevó al Consejo Superior, pidiendo que la Universidad interrumpa las obras de la autopista. Pero después de cinco horas de debate, y por abrumadora mayoría, se desechó su opinión”, explicó Arizio.
En varios tramos de la conferencia, el rector apuntó sus críticas a un consejero superior “que al no poder imponer la opinión que presentó en el Consejo Superior decidió imponerla de manera autoritaria y sin respetar las decisiones que toman democráticamente los órganos de la universidad”.
Sólo cuando el periodista de este medio preguntó si se trataba del consejero estudiantil y miembro del Frente Universitario de Luján (FUL), Leonardo Moreno, Arizio le puso nombre y apellido al blanco de sus acusaciones.
“Lo del consejero estudiantil es más grave porque participa del Consejo Superior y en definitiva cuando le conviene acepta las decisiones de ese órgano y cuando no le conviene recurre a estos métodos autoritarios”, dijo en referencia a Moreno.
También informó que desde el rectorado se presentó una medida judicial en un juzgado en Mercedes con el propósito de salvaguardar los intereses de la UNLu.
“En este momento, este grupo minoritario de alumnos está haciendo un daño importante a la comunidad universitaria ya que en esas oficinas (del rectorado) quedan interrumpidas una serie de proyectos y actividades importantes para la universidad”.
LA OTRA CAMPANA
En uno de los tantos comunicados de prensa, los estudiantes que mantienen tomado el rectorado expresan que “se fueron realizando distintas actividades de difusión y medidas de fuerza como juntas de firmas, presentación de un recurso de amparo, presentación ante la Defensoría del Pueblo de la Nación, movilización al obrador y por último la movilización al Consejo Superior entregando un petitorio acompañado por más de 1500 firmas”.
“Ante la negativa de la actual gestión y de la gran mayoría de los consejeros superiores a realizar una consulta pública, entendemos que esto significa una negativa a asumir la defensa de la autonomía universitaria y la educación pública”, explican en el documento.
Entrevistado por este bisemanario, Leonardo Moreno comentó que “el rector muchas veces ha dicho que para él es un grupo minoritario el que lleva adelante esto. Yo por ejemplo, para ser consejero del Frente Universitario de Luján recibí 1700 votos, no sé cuántos consejeros tienen esa misma representatividad”.
“Lo real es que una semana antes de tomar el rectorado se había anunciado esa medida que no tuvo rechazo entre el estudiantado, al contrario. Esto demuestra que cada vez hay más gente que se está sumando a esta propuesta”.
“Si están tan convencidos de que somos una minoría los que le decimos no al paso de la autopista, ¿por qué se negaron a hacer la consulta pública?”, se preguntó Moreno.
El consejero superior también valoró la medida de fuerza que se desarrolla en la sede de San Miguel ya que “dentro de un pliego de 25 reivindicaciones, una especifica que los compañeros de esa regional no van a aceptar la plata de la autopista para construir las aulas que tanto necesitan”.
“El año pasado, cuando se vivió el proceso de pedido de reparación histórica, se hicieron diferentes actividades para difundir el proyecto. Pero por el tema de la autopista no se hizo ningún tipo de difusión. Eso llama la atención. Esto no termina en la toma, están en juego cuestiones mucho más de fondo que tienen que ver con la autonomía universitaria y con cómo se toman las decisiones”, expresó Moreno.
El integrante del FUL también advirtió que “el rectorado empezó a operar a través de algunos estudiantes sacando algunas solicitadas en contra de la toma”.
En este sentido, para el cierre de esta edición estaba anunciada una asamblea presuntamente convocada por alumnos que se oponen a la medida de fuerza. En tanto, para hoy a las 17, el Consejo Superior convocó a una sesión extraordinaria con el propósito de fijar los pasos a seguir. (PUNTO CERO-El Civismo).
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