Los principales indicadores de la industria de la construcción presentan un panorama en el cual se conjugan el amesetamiento de la actividad con una menor dosis de pesimismo en relación a períodos anteriores.
Según un informe de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), en el mercado inmobiliario argentino el nivel de negociación se contrajo durante el primer semestre, destacándose una menor gravitación del público inversor.
Durante los primeros siete meses de 2009 y con respecto del mismo período del año anterior, los principales indicadores relativos a la construcción y el mercado inmobiliario presentaron caídas.
Los precios de departamentos de la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires -tanto nuevos como usados- continuaron a lo largo de los primeros siete meses de 2009, con tasas de crecimiento anual menores a las registradas en 2008.
El incremento anual promedio para los departamentos nuevos durante los primeros siete meses de 2009 fue de 6,4%, cuando para igual período del año anterior había resultado del 18,5% anual.
En ese mismo período, la industria de la construcción vio reducida su actividad en un 3,9%. Los despachos de cemento disminuyeron un 5,7% y la producción de hierro para hormigón lo hizo en un 27,1%.
La excepción provino del mayor ritmo en la obra pública vial gestionada por el Estado, que posibilitó un aumento del 14.4% de las ventas de asfalto.
La opinión de otros expertos
Héctor D'Odorico, de la comisión directiva de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA), y otros expertos consultados coincidieron, por otra parte, en que el amesetamiento del mercado inmobiliario -que con alternativas se mantiene desde marzo- obedece a dos causas principales: la falta de crédito hipotecario accesible a la clase media asalariada y la necesidad de hacer estudios de impacto ambiental para construir edificios.
El mercado "tomó una aceleración muy alta en valores y al no tener la herramienta del crédito, esos precios tocan techo y hoy no hay gente que pueda comprar esas unidades", admitió D'Odorico.
"Además, tras la veda inmobiliaria en diversos barrios de la Capital Federal, los constructores deben hacer ahora estudios de impacto ambiental y certificación técnica de AYSA, lo que retrasa la aprobación de los permisos de construcción", añadió.
José Rozados, director de Reporte Inmobiliario, había observado con anterioridad que "del 2002 en adelante los desarrollos se dirigieron al segmento de más altos ingresos, el ABC1, los que ahora están reduciendo su capacidad de unidades de compra".
En cuanto al interior del país (a excepción de la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires), el 88% de las inmobiliarias encuestadas por Reporte Inmobiliario en agosto en todo el país sostuvieron de manera contundente que las transacciones de compra-venta cayeron un promedio del 30% respecto a igual período de 2008, llegando, en algunos casos, a picos de 50 puntos.
Según un informe de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), en el mercado inmobiliario argentino el nivel de negociación se contrajo durante el primer semestre, destacándose una menor gravitación del público inversor.
Durante los primeros siete meses de 2009 y con respecto del mismo período del año anterior, los principales indicadores relativos a la construcción y el mercado inmobiliario presentaron caídas.
Los precios de departamentos de la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires -tanto nuevos como usados- continuaron a lo largo de los primeros siete meses de 2009, con tasas de crecimiento anual menores a las registradas en 2008.
El incremento anual promedio para los departamentos nuevos durante los primeros siete meses de 2009 fue de 6,4%, cuando para igual período del año anterior había resultado del 18,5% anual.
En ese mismo período, la industria de la construcción vio reducida su actividad en un 3,9%. Los despachos de cemento disminuyeron un 5,7% y la producción de hierro para hormigón lo hizo en un 27,1%.
La excepción provino del mayor ritmo en la obra pública vial gestionada por el Estado, que posibilitó un aumento del 14.4% de las ventas de asfalto.
La opinión de otros expertos
Héctor D'Odorico, de la comisión directiva de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA), y otros expertos consultados coincidieron, por otra parte, en que el amesetamiento del mercado inmobiliario -que con alternativas se mantiene desde marzo- obedece a dos causas principales: la falta de crédito hipotecario accesible a la clase media asalariada y la necesidad de hacer estudios de impacto ambiental para construir edificios.
El mercado "tomó una aceleración muy alta en valores y al no tener la herramienta del crédito, esos precios tocan techo y hoy no hay gente que pueda comprar esas unidades", admitió D'Odorico.
"Además, tras la veda inmobiliaria en diversos barrios de la Capital Federal, los constructores deben hacer ahora estudios de impacto ambiental y certificación técnica de AYSA, lo que retrasa la aprobación de los permisos de construcción", añadió.
José Rozados, director de Reporte Inmobiliario, había observado con anterioridad que "del 2002 en adelante los desarrollos se dirigieron al segmento de más altos ingresos, el ABC1, los que ahora están reduciendo su capacidad de unidades de compra".
En cuanto al interior del país (a excepción de la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires), el 88% de las inmobiliarias encuestadas por Reporte Inmobiliario en agosto en todo el país sostuvieron de manera contundente que las transacciones de compra-venta cayeron un promedio del 30% respecto a igual período de 2008, llegando, en algunos casos, a picos de 50 puntos.
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