Las distorsiones económicas y sociales acumuladas en Argentina sólo se podrán corregir con un ajuste que, socialmente no será tan destructivo como lo fue el “rodrigazo”, en que nadie aceptaba ser Ministro de Economía y terminó con el Gobierno. Eran todos contra todos.
El ajuste de precios de la economía lo sufrirán los asalariados y jubilados por la caída de su capacidad adquisitiva, lo que es socialmente inaceptable y las empresas, por el aumento de costos y caída del consumo, también inaceptable por destruir la base de la prosperidad ciudadana.
Queda como única solución el ajuste de las cuentas del Estado. Nadie sabe el monto total de la dilapidación de riqueza del Estado, pero considerando los sobreprecios en obras públicas, las obras no urgentes, el déficit de empresas estatales, la corrupción en subsidios, las contrataciones y gastos innecesarios, la incorporación política de personal, la ineficiencia de los servicios a la sociedad, etc. etc., podría estimarse un ahorro cercano a los cien mil millones de pesos, que permitiría una rebaja sustancial de impuestos al consumo y a la inversión privada.
No será suficiente. Será necesario un aumento generalizado a los asalariados y jubilados que sea un colchón protector de la inflación que provocará el ajuste de precios y la eliminación de subsidios.
El ajuste de precios de la economía lo sufrirán los asalariados y jubilados por la caída de su capacidad adquisitiva, lo que es socialmente inaceptable y las empresas, por el aumento de costos y caída del consumo, también inaceptable por destruir la base de la prosperidad ciudadana.
Queda como única solución el ajuste de las cuentas del Estado. Nadie sabe el monto total de la dilapidación de riqueza del Estado, pero considerando los sobreprecios en obras públicas, las obras no urgentes, el déficit de empresas estatales, la corrupción en subsidios, las contrataciones y gastos innecesarios, la incorporación política de personal, la ineficiencia de los servicios a la sociedad, etc. etc., podría estimarse un ahorro cercano a los cien mil millones de pesos, que permitiría una rebaja sustancial de impuestos al consumo y a la inversión privada.
No será suficiente. Será necesario un aumento generalizado a los asalariados y jubilados que sea un colchón protector de la inflación que provocará el ajuste de precios y la eliminación de subsidios.
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