(La Política OnLine). El presidente de Radio y Televisión Argentina (RTA) sostiene que "el sistema satelital público termina con la desigualdad, en el marco de una nueva ley de medios" que "representa la voz del pueblo en democracia". A su vez, defiende la innovación tecnológica por parte del Estado y asegura que TV pública y privada no van a competir, sino "convivir".
Derrumbado en un viejo sillón de su oficina en Canal 7, Tristán Bauer, presidente de Radio y Televisión Argentina (RTA), recibe a Página/12 sin ocultar el cansancio acumulado por el trajín cotidiano que acumula desde que asumió como principal funcionario en el área de medios públicos estatales. Una tarea siempre traumática, pero que en este caso recobró una visibilidad extra ante la decisión del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner de abandonar el histórico rol secundario en política comunicacional que supo tener el Estado, para convertirlo en actor protagonista del presente y el futuro mediático del país.
La sancionada Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y la creación de un sistema satelital de televisión pública gratuita, sumado al hecho de que el 7 encabece el paso de la TV analógica a la digital, hicieron del cargo un sillón caliente que exigió que a las ideas se las acompañara con el cuerpo. Y Bauer parece sentir en su humanidad los coletazos de una pelea mediática inédita, no exenta de fuertes intereses políticos y económicos, que modificará el sistema comunicacional argentino para siempre.
Con el orgullo de quien se siente parte de un proyecto en el que cree sin reservas, Bauer acepta la entrevista con el disparador de analizar en profundidad el sistema satelital de TV pública que acaba de inaugurar el gobierno nacional en unas 170 escuelas rurales –pronto se completarán los 12 mil centros educativos previstos– diseminadas en distintos puntos del país, donde ya se puede sintonizar Canal Encuentro, Canal 7 y Radio Nacional. Ese fue el comienzo de un plan comunicacional que prevé corregir las desigualdades respecto del acceso a la TV existente en zonas rurales y de frontera, a la vez que ofrecerles a todos los habitantes del país una mayor cantidad de señales públicas gratuitas.
“Desde el Estado estamos desarrollando la Televisión Digital Terrestre (TDT) y el sistema satelital de TV pública en paralelo para cubrir todo el territorio nacional”, explica el funcionario. “La idea –desarrolla Bauer– es llegar a los grandes centros urbanos con la TDT, que además permite una cierta interactividad. Esa TV llega únicamente al centro urbano alrededor de algún transmisor. En un país tan extenso, ese sistema necesita miles de repetidores a un costo alto. Por eso se optó por llegar con TV satelital a todo el país. Son dos sistemas complementarios, que vienen a garantizar la cobertura total de TV pública en Argentina.”
–¿Este sistema permite que el Estado salde una deuda histórica con los sectores más alejados y desprotegidos del país, siempre y cuando se garantice...?
–El Estado ya saldó esa deuda. Cualquier habitante provisto de TV, decodificador, antena y energía eléctrica ve hoy Canal 7 y Encuentro y escucha Radio Nacional. Esa es una realidad. Ahora: ¿el Estado tiene la función también de entregar a todos los habitantes el equipamiento necesario? Es discutible, contemplamos hacerlo con aquellos más desprotegidos, como los niños que van a escuelas rurales. Hoy, por primera vez en la historia, la señal del 7 llega a todo el país. Hoy es real que el 7 se puede sintonizar en cualquier punto del territorio argentino.
–El sistema de TV satelital hoy contempla Canal 7, Encuentro y Radio Nacional. ¿Qué otros canales tendrá?
–El paquete de señales se va a ir ampliando. De aquí a seis meses, se van a sumar la señal infantil Paka Paka, que es la más avanzada; una señal de ciencia y otra de cine nacional. Y acabamos de tomar la decisión de desarrollar una señal deportiva producida íntegramente en el 7. Va a ser un canal público de deportes, en el que se dará prioridad a los deportistas argentinos compitiendo aquí y en el exterior, cubriendo grandes eventos como lo hace el 7, pero con mayor disponibilidad horaria.
–La señal de deportes, ¿surgió como consecuencia de la cantidad de eventos deportivos que tiene el 7 y la dificultad de compatibilizarlos con el resto de los contenidos que conforman la programación del canal?
–Pensamos que cubriendo el cine con la señal del Incaa, cubriendo la franja infantil con Paka Paka, cubriendo la educación y la cultura con Encuentro, cubriendo la ciencia y la tecnología con otra señal, y sumando un canal deportivo, vamos a brindarles a los argentinos una oferta de TV gratuita muy atractiva. Garantizarles el acceso a la información, el entretenimiento, la educación y la cultura es potestad del Estado. El sistema satelital de TV pública es un paso adelante dado en ese sentido.
–¿El sistema contempla la posibilidad de incorporar canales privados?
–La idea que estamos evaluando es que sea un sistema mixto, formado por señales públicas de producción propia y algunas otras privadas, tanto nacionales como internacionales. Desde la concepción técnica como ideológica el sistema está abierto a un paquete limitado de señales.
–¿Cuántas señales permite técnicamente el sistema?
–Dieciséis. La idea es completar ese número.
–En su momento circuló la versión de que habría una señal informativa estatal. ¿Es un proyecto concreto?
–Yo hablo sobre cosas que cumplimos o que se encuentran en proceso y no sobre especulaciones. De estas señales, me hago responsable de que van a estar al aire y que serán de calidad. En un segundo paso, vamos a ampliar la oferta hasta llegar a las 16 señales. Si va a haber una señal de noticias o una alianza con alguna televisora europea, forma parte de ideas que por ahora no son firmes.
–Cuando el sistema satelital funcione a pleno, con sus 16 señales, ¿Canal 7 va a ver modificada su programación, ante la eventualidad de estar acompañada por señales públicas segmentadas en géneros?
–Creo que por muchos años al 7 le corresponde ser el canal generalista nacional. El apagón analógico se prevé para dentro de diez años, aunque intuyo que va a ser un poco antes, por lo que es necesario tener un canal generalista y otros canales de experimentación que lo acompañen con temáticas específicas. Ese es el modelo.
–¿Qué piensa de aquellos sectores que hablan de este sistema como un “holding estatal”?
–El Estado está cumpliendo con algo que no hacía: brindar contenidos televisivos variados a toda la población. Cuando uno tomaba un mapa de la Argentina y veía adónde llegaba la TV libre y gratuita, lo que devolvía esa imagen era el mapa de la inequidad, de la desigualdad. En buena parte del territorio sólo si se tenían los 200 pesos mensuales para pagar un sistema de TV paga se tenía acceso a la TV. Si no, directamente no veías TV. El sistema satelital público termina con esa desigualdad. Y se da en el marco de una nueva ley de medios, que va a estar funcionando dentro de poco, y en el que ya está funcionando un directorio que no está nombrado por el Ejecutivo. La nueva ley representa la voz del pueblo en democracia.
–¿Cuál es la expectativa sobre la cantidad de habitantes argentinos que en unos años van a terminar optando por el sistema satelital de TV pública? Dada la gratuidad del sistema y la oferta de señales que tendrá, posiblemente vaya a modificar el panorama de TV paga en el país.
–Creo que está naciendo un nuevo paradigma en el mercado televisivo argentino, en el que surgirán nuevos modelos de TV. No es que sólo se modifica la TV libre y gratuita: la TV privada también va a sufrir cambios. Van a surgir nuevos servicios en el mercado de TV paga, como la TV 3D, como una vastísima gama de opciones de Pay Per View, se va a profundizar la alta definición... Si uno imagina una TV pública, libre y gratuita, también imaginemos una TV paga distinta. Eso va a ocurrir. Pero no es que el surgimiento del sistema satelital de TV pública vaya a terminar con el de la TV paga. Los dos sistemas van a convivir: el público tendrá una enorme calidad de contenidos y de técnica, y el de pago va a brindar mayores servicios y opciones a las que brinda hoy en día.
–Es muy interesante cómo para referirse al nuevo paradigma televisivo usted habla de “convivencia” entre sistemas, mientras los voceros de los operadores de cable utilizan el término “competencia”.
–Es que ellos lo ven en este momento como una amenaza. ¿Por qué surgió en su momento la TV por cable aquí? Por lo calamitoso que era al mundo tecnológico la irradiación de lo analógico, donde se veían los canales de aire con fantasmas e interferencias. La mala calidad llevó a la expansión del sistema de TV por cable. El abandono del Estado en ámbitos como la salud, la educación y también la TV hizo que el sector privado creciera sin límites. Ahora eso va a cambiar. Ahora el Estado es el que promueve el avance tecnológico. A mi juicio, tarde, pero tomó la posta para encabezar la renovación tecnológica y regular el espectro. Sistemas de TV satelital gratuitos hay en diferentes países, como México y Japón.
–En los últimos meses los cableoperadores se mostraron muy activos, lanzando una gama de productos inusual, casi como si fuese una respuesta al sistema satelital estatal.
–La TV paga no va a desaparecer: va a cambiar. El rol del Estado es brindar TV libre y gratuita a la población. No creo en la inequidad, en la injusticia, en hospitales para ricos y hospitales para pobres, ni en educación pública abandonada y educación privada de calidad. Sigo el modelo de Eva Perón: para los sectores más vulnerables, para los humildes, lo mejor. El sector privado va a encontrar en este nuevo espacio desarrollos tecnológicos y servicios para ofrecer a un sector de la población. La TV satelital no es confrontativa: es apostar al mejoramiento de la comunicación y de nuestra industria tecnológica. Sabemos que es complejo. Cuando nació Encuentro, la resistencia de las empresas de cable para incorporar la señal a su grilla fue bestial. Y ahí está: es un canal valorado por distintos sectores. Lo nuevo siempre genera temor. Pero los cambios tecnológicos se dan y generan nuevos negocios y medios.
–Como presidente de RTA, ¿no le teme al uso gubernamental de los medios públicos, como sectores políticos y mediáticos pregonan?
–Este es un Estado democrático; no es una dictadura como nos quieren hacer creer. No tengo temor de que haya más y mejores medios estatales. Tengo amor por la tarea que estoy realizando, tratando de ampliar la comunicación. Y se hace desde el voto del pueblo. Porque hay otra falacia acerca de que todo lo que emprende el Gobierno es negativo. ¿Por qué se hizo esa construcción sobre que lo malo es lo estatal y lo bueno el sector privado? El sector privado pertenece a intereses muy particulares y narra la realidad desde sus intereses. La idea es democratizar y pluralizar el espectro. Es un proceso que ojalá decante dentro cincuenta años y a través de distintos gobiernos en un sistema comunicacional que no sea desproporcionado en sus voces.
La sancionada Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y la creación de un sistema satelital de televisión pública gratuita, sumado al hecho de que el 7 encabece el paso de la TV analógica a la digital, hicieron del cargo un sillón caliente que exigió que a las ideas se las acompañara con el cuerpo. Y Bauer parece sentir en su humanidad los coletazos de una pelea mediática inédita, no exenta de fuertes intereses políticos y económicos, que modificará el sistema comunicacional argentino para siempre.
Con el orgullo de quien se siente parte de un proyecto en el que cree sin reservas, Bauer acepta la entrevista con el disparador de analizar en profundidad el sistema satelital de TV pública que acaba de inaugurar el gobierno nacional en unas 170 escuelas rurales –pronto se completarán los 12 mil centros educativos previstos– diseminadas en distintos puntos del país, donde ya se puede sintonizar Canal Encuentro, Canal 7 y Radio Nacional. Ese fue el comienzo de un plan comunicacional que prevé corregir las desigualdades respecto del acceso a la TV existente en zonas rurales y de frontera, a la vez que ofrecerles a todos los habitantes del país una mayor cantidad de señales públicas gratuitas.
“Desde el Estado estamos desarrollando la Televisión Digital Terrestre (TDT) y el sistema satelital de TV pública en paralelo para cubrir todo el territorio nacional”, explica el funcionario. “La idea –desarrolla Bauer– es llegar a los grandes centros urbanos con la TDT, que además permite una cierta interactividad. Esa TV llega únicamente al centro urbano alrededor de algún transmisor. En un país tan extenso, ese sistema necesita miles de repetidores a un costo alto. Por eso se optó por llegar con TV satelital a todo el país. Son dos sistemas complementarios, que vienen a garantizar la cobertura total de TV pública en Argentina.”
–¿Este sistema permite que el Estado salde una deuda histórica con los sectores más alejados y desprotegidos del país, siempre y cuando se garantice...?
–El Estado ya saldó esa deuda. Cualquier habitante provisto de TV, decodificador, antena y energía eléctrica ve hoy Canal 7 y Encuentro y escucha Radio Nacional. Esa es una realidad. Ahora: ¿el Estado tiene la función también de entregar a todos los habitantes el equipamiento necesario? Es discutible, contemplamos hacerlo con aquellos más desprotegidos, como los niños que van a escuelas rurales. Hoy, por primera vez en la historia, la señal del 7 llega a todo el país. Hoy es real que el 7 se puede sintonizar en cualquier punto del territorio argentino.
–El sistema de TV satelital hoy contempla Canal 7, Encuentro y Radio Nacional. ¿Qué otros canales tendrá?
–El paquete de señales se va a ir ampliando. De aquí a seis meses, se van a sumar la señal infantil Paka Paka, que es la más avanzada; una señal de ciencia y otra de cine nacional. Y acabamos de tomar la decisión de desarrollar una señal deportiva producida íntegramente en el 7. Va a ser un canal público de deportes, en el que se dará prioridad a los deportistas argentinos compitiendo aquí y en el exterior, cubriendo grandes eventos como lo hace el 7, pero con mayor disponibilidad horaria.
–La señal de deportes, ¿surgió como consecuencia de la cantidad de eventos deportivos que tiene el 7 y la dificultad de compatibilizarlos con el resto de los contenidos que conforman la programación del canal?
–Pensamos que cubriendo el cine con la señal del Incaa, cubriendo la franja infantil con Paka Paka, cubriendo la educación y la cultura con Encuentro, cubriendo la ciencia y la tecnología con otra señal, y sumando un canal deportivo, vamos a brindarles a los argentinos una oferta de TV gratuita muy atractiva. Garantizarles el acceso a la información, el entretenimiento, la educación y la cultura es potestad del Estado. El sistema satelital de TV pública es un paso adelante dado en ese sentido.
–¿El sistema contempla la posibilidad de incorporar canales privados?
–La idea que estamos evaluando es que sea un sistema mixto, formado por señales públicas de producción propia y algunas otras privadas, tanto nacionales como internacionales. Desde la concepción técnica como ideológica el sistema está abierto a un paquete limitado de señales.
–¿Cuántas señales permite técnicamente el sistema?
–Dieciséis. La idea es completar ese número.
–En su momento circuló la versión de que habría una señal informativa estatal. ¿Es un proyecto concreto?
–Yo hablo sobre cosas que cumplimos o que se encuentran en proceso y no sobre especulaciones. De estas señales, me hago responsable de que van a estar al aire y que serán de calidad. En un segundo paso, vamos a ampliar la oferta hasta llegar a las 16 señales. Si va a haber una señal de noticias o una alianza con alguna televisora europea, forma parte de ideas que por ahora no son firmes.
–Cuando el sistema satelital funcione a pleno, con sus 16 señales, ¿Canal 7 va a ver modificada su programación, ante la eventualidad de estar acompañada por señales públicas segmentadas en géneros?
–Creo que por muchos años al 7 le corresponde ser el canal generalista nacional. El apagón analógico se prevé para dentro de diez años, aunque intuyo que va a ser un poco antes, por lo que es necesario tener un canal generalista y otros canales de experimentación que lo acompañen con temáticas específicas. Ese es el modelo.
–¿Qué piensa de aquellos sectores que hablan de este sistema como un “holding estatal”?
–El Estado está cumpliendo con algo que no hacía: brindar contenidos televisivos variados a toda la población. Cuando uno tomaba un mapa de la Argentina y veía adónde llegaba la TV libre y gratuita, lo que devolvía esa imagen era el mapa de la inequidad, de la desigualdad. En buena parte del territorio sólo si se tenían los 200 pesos mensuales para pagar un sistema de TV paga se tenía acceso a la TV. Si no, directamente no veías TV. El sistema satelital público termina con esa desigualdad. Y se da en el marco de una nueva ley de medios, que va a estar funcionando dentro de poco, y en el que ya está funcionando un directorio que no está nombrado por el Ejecutivo. La nueva ley representa la voz del pueblo en democracia.
–¿Cuál es la expectativa sobre la cantidad de habitantes argentinos que en unos años van a terminar optando por el sistema satelital de TV pública? Dada la gratuidad del sistema y la oferta de señales que tendrá, posiblemente vaya a modificar el panorama de TV paga en el país.
–Creo que está naciendo un nuevo paradigma en el mercado televisivo argentino, en el que surgirán nuevos modelos de TV. No es que sólo se modifica la TV libre y gratuita: la TV privada también va a sufrir cambios. Van a surgir nuevos servicios en el mercado de TV paga, como la TV 3D, como una vastísima gama de opciones de Pay Per View, se va a profundizar la alta definición... Si uno imagina una TV pública, libre y gratuita, también imaginemos una TV paga distinta. Eso va a ocurrir. Pero no es que el surgimiento del sistema satelital de TV pública vaya a terminar con el de la TV paga. Los dos sistemas van a convivir: el público tendrá una enorme calidad de contenidos y de técnica, y el de pago va a brindar mayores servicios y opciones a las que brinda hoy en día.
–Es muy interesante cómo para referirse al nuevo paradigma televisivo usted habla de “convivencia” entre sistemas, mientras los voceros de los operadores de cable utilizan el término “competencia”.
–Es que ellos lo ven en este momento como una amenaza. ¿Por qué surgió en su momento la TV por cable aquí? Por lo calamitoso que era al mundo tecnológico la irradiación de lo analógico, donde se veían los canales de aire con fantasmas e interferencias. La mala calidad llevó a la expansión del sistema de TV por cable. El abandono del Estado en ámbitos como la salud, la educación y también la TV hizo que el sector privado creciera sin límites. Ahora eso va a cambiar. Ahora el Estado es el que promueve el avance tecnológico. A mi juicio, tarde, pero tomó la posta para encabezar la renovación tecnológica y regular el espectro. Sistemas de TV satelital gratuitos hay en diferentes países, como México y Japón.
–En los últimos meses los cableoperadores se mostraron muy activos, lanzando una gama de productos inusual, casi como si fuese una respuesta al sistema satelital estatal.
–La TV paga no va a desaparecer: va a cambiar. El rol del Estado es brindar TV libre y gratuita a la población. No creo en la inequidad, en la injusticia, en hospitales para ricos y hospitales para pobres, ni en educación pública abandonada y educación privada de calidad. Sigo el modelo de Eva Perón: para los sectores más vulnerables, para los humildes, lo mejor. El sector privado va a encontrar en este nuevo espacio desarrollos tecnológicos y servicios para ofrecer a un sector de la población. La TV satelital no es confrontativa: es apostar al mejoramiento de la comunicación y de nuestra industria tecnológica. Sabemos que es complejo. Cuando nació Encuentro, la resistencia de las empresas de cable para incorporar la señal a su grilla fue bestial. Y ahí está: es un canal valorado por distintos sectores. Lo nuevo siempre genera temor. Pero los cambios tecnológicos se dan y generan nuevos negocios y medios.
–Como presidente de RTA, ¿no le teme al uso gubernamental de los medios públicos, como sectores políticos y mediáticos pregonan?
–Este es un Estado democrático; no es una dictadura como nos quieren hacer creer. No tengo temor de que haya más y mejores medios estatales. Tengo amor por la tarea que estoy realizando, tratando de ampliar la comunicación. Y se hace desde el voto del pueblo. Porque hay otra falacia acerca de que todo lo que emprende el Gobierno es negativo. ¿Por qué se hizo esa construcción sobre que lo malo es lo estatal y lo bueno el sector privado? El sector privado pertenece a intereses muy particulares y narra la realidad desde sus intereses. La idea es democratizar y pluralizar el espectro. Es un proceso que ojalá decante dentro cincuenta años y a través de distintos gobiernos en un sistema comunicacional que no sea desproporcionado en sus voces.
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