Es Econométrica, cuyo director es el economista Mario Brodersohn. Indicó que la emisión de pesos para la compra de divisas y, simultáneamente, la transferencia de ganancias al Tesoro vuelve “insostenible” el programa monetario del gobierno argentino, que busca sostener el tipo de cambio a pesar de la inflación.
Un informe de la consultora Econométrica advierte en uno de sus últimos informes que la emisión de pesos que lleva adelante el Banco Central para la compra de dólares y para financiar el Tesoro, combinada a la vez con la expansión del crédito, torna insostenible el actual esquema monetario.
La consultora dirigida por el economista Mario Brodersohn indica que en julio el gobierno expandió la base monetaria en 6.900 millones de pesos como producto de la compra de 1.700 millones de dólares y la transferencia al Tesoro de 2.700 millones de pesos. Todo parcialmente absorbido por Lebacs y pases por 2.300 millones de pesos.
Lo que sostiene Econométrica es que a la "fuerte expansión primaria" de la base monetaria se suma un incremento del crédito (expansión secundaria) por entre el 21 y el 27 por ciento.
No obstante, la entidad reconoce que con política fiscal y monetaria expansiva la economía no se desacelerará como así también la tasa de inflación, pero advierte que para "burlar" el actual esquema, si se quiere mantener quieto al dólar será necesario ahorro público.
Un mecanismo se hizo usual en los últimos años, observó en la víspera el diario La Nación: para cumplir con el objetivo de sumar reservas y mantener el tipo de cambio, el Banco Central (BCRA) se acostumbró a comprar por una ventanilla buena parte de los dólares que ingresan en el país (salvo el sector petrolero y el minero, todas las actividades están obligadas a ingresar y liquidar en determinado plazo todas las divisas que generan) y retirar por otra ventanilla buena parte de los pesos que emitía para realizar esas compras, colocando entre bancos e inversores títulos de deuda. Es lo que en la jerga financiera se conoce como "esterilización".
Otro comentario periodístico señaló recientemente que por lo actuado en lo que va del año, el Banco Central deberá replantear la estrategia monetaria, más allá del cumplimiento o no del programa vigente, si es que el Gobierno aspira a mantener la inflación por debajo del 24% anual. Para ello tendrá que, por lo menos, prácticamente duplicar el ritmo de esterilización de la fuerte emisión proyectada para el segundo semestre.
A lo largo de los primeros siete meses de 2010 la estrategia del BCRA fue esterilizar vía colocación de deuda (Lebac y Nobac) aproximadamente un tercio de la expansión monetaria. Es decir, que cada peso que emitirá en este semestre el BCRA deberá absorber 66 centavos. Será un verdadero reto para el ente monetario porque al margen del programa monetario lo que estará en juego es la aceleración de las expectativas inflacionarias, dijo el comentario, publicado por el diario de Ámbito Financiero.
El dilema es que para el déficit fiscal que habrá que cubrir en este semestre será necesario emitir entre $ 25.000 y $ 27.000 millones vía el giro de utilidades del Central al Tesoro y por medio de adelantos transitorios. A esto se suma la mayor emisión para comprar dólares que implicará otros $ 20.000 millones. Entonces, se enfrenta una situación en la que hasta ahora el BCRA absorbió un 33% y la inflación pasó del 14% al 23% anual. ¿Cómo hará para mantenerla en este nivel? ¿O acaso el clima preelectoral primará por sobre una inflación más o menos bajo control?
Lo cierto es que se corre el riesgo de que la gente perciba esta lluvia de pesos -y menor respaldo de la base monetaria contra reservas- y comience a desprenderse del dinero más rápidamente, con las conocidas consecuencias inflacionarias.
Un informe de la consultora Econométrica advierte en uno de sus últimos informes que la emisión de pesos que lleva adelante el Banco Central para la compra de dólares y para financiar el Tesoro, combinada a la vez con la expansión del crédito, torna insostenible el actual esquema monetario.
La consultora dirigida por el economista Mario Brodersohn indica que en julio el gobierno expandió la base monetaria en 6.900 millones de pesos como producto de la compra de 1.700 millones de dólares y la transferencia al Tesoro de 2.700 millones de pesos. Todo parcialmente absorbido por Lebacs y pases por 2.300 millones de pesos.
Lo que sostiene Econométrica es que a la "fuerte expansión primaria" de la base monetaria se suma un incremento del crédito (expansión secundaria) por entre el 21 y el 27 por ciento.
No obstante, la entidad reconoce que con política fiscal y monetaria expansiva la economía no se desacelerará como así también la tasa de inflación, pero advierte que para "burlar" el actual esquema, si se quiere mantener quieto al dólar será necesario ahorro público.
Un mecanismo se hizo usual en los últimos años, observó en la víspera el diario La Nación: para cumplir con el objetivo de sumar reservas y mantener el tipo de cambio, el Banco Central (BCRA) se acostumbró a comprar por una ventanilla buena parte de los dólares que ingresan en el país (salvo el sector petrolero y el minero, todas las actividades están obligadas a ingresar y liquidar en determinado plazo todas las divisas que generan) y retirar por otra ventanilla buena parte de los pesos que emitía para realizar esas compras, colocando entre bancos e inversores títulos de deuda. Es lo que en la jerga financiera se conoce como "esterilización".
Otro comentario periodístico señaló recientemente que por lo actuado en lo que va del año, el Banco Central deberá replantear la estrategia monetaria, más allá del cumplimiento o no del programa vigente, si es que el Gobierno aspira a mantener la inflación por debajo del 24% anual. Para ello tendrá que, por lo menos, prácticamente duplicar el ritmo de esterilización de la fuerte emisión proyectada para el segundo semestre.
A lo largo de los primeros siete meses de 2010 la estrategia del BCRA fue esterilizar vía colocación de deuda (Lebac y Nobac) aproximadamente un tercio de la expansión monetaria. Es decir, que cada peso que emitirá en este semestre el BCRA deberá absorber 66 centavos. Será un verdadero reto para el ente monetario porque al margen del programa monetario lo que estará en juego es la aceleración de las expectativas inflacionarias, dijo el comentario, publicado por el diario de Ámbito Financiero.
El dilema es que para el déficit fiscal que habrá que cubrir en este semestre será necesario emitir entre $ 25.000 y $ 27.000 millones vía el giro de utilidades del Central al Tesoro y por medio de adelantos transitorios. A esto se suma la mayor emisión para comprar dólares que implicará otros $ 20.000 millones. Entonces, se enfrenta una situación en la que hasta ahora el BCRA absorbió un 33% y la inflación pasó del 14% al 23% anual. ¿Cómo hará para mantenerla en este nivel? ¿O acaso el clima preelectoral primará por sobre una inflación más o menos bajo control?
Lo cierto es que se corre el riesgo de que la gente perciba esta lluvia de pesos -y menor respaldo de la base monetaria contra reservas- y comience a desprenderse del dinero más rápidamente, con las conocidas consecuencias inflacionarias.
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