Se estima que en Argentina alrededor de 40.000 personas padecen algún tipo de distonía. La distonía es una enfermedad neurológica caracterizada por trastornos del movimiento. Se define como un síndrome de contracción involuntaria y sostenida de uno o varios grupos musculares, que provoca posturas y movimientos anormales, tales como sacudidas de cabeza o brazos. En ocasiones son confundidas o subdiagnosticadas; es probable que una parte de la población padezca distonía sin saberlo y no reciben el tratamiento adecuado.
En el caso de la distonía cervical, “afecta principalmente a las mujeres (65% de los casos) de alrededor de 40 años y sus causas aún se desconocen”, sostiene el Dr. Gonzalo Gómez Arévalo, jefe de la unidad de movimientos anormales del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro.
Los cuadros suelen ser severos y las posturas anormales en las que se manifiesta son: torticollis, laterocollis, retrocollis y anterocollis. Se trata de contracciones involuntarias de los músculos del cuello y los hombros, que ocasionan posiciones anormales de la cabeza y la región cervical generando en la mayoría de los casos dolor.
“La experiencia diaria en el consultorio médico muestra fuertes indicios de que la población de pacientes con distonía cervical es mayor de lo que se sospecha y esto trae aparejado severos cuadros de depresión y aislamiento social”, expresó Silvia García, directora de la clínica de control motor y programa de toxina botulínica del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro.
El diagnóstico de la distonía es clínico, es importante que el médico examine al paciente e indague los antecedentes familiares. También deben realizarse algunos estudios, debido que en algunos casos se puede identificar una causa que la produce.
¿Cómo se tratan las distonías cervicales?
Uno de los tratamientos más probados y efectivos es el uso de Botox® (OnabotulinumtoxinA). Se infiltra directamente en los músculos afectados y sus beneficios comienzan a tener efecto entre los cinco y diez días posteriores a la aplicación.
“Las inyecciones se aplican directamente sobre los músculos afectados del cuello y de los hombros; como son varios los músculos comprometidos, en general se hacen múltiples infiltraciones. Siempre deben estar a cargo de profesionales capacitados”, explica Gómez Arévalo.
Los resultados demuestran que BOTOX® mejora la calidad de vida del paciente porque disminuye la frecuencia e intensidad de las contracciones musculares anormales, el dolor, y mejora la incapacidad funcional. “Los porcentajes de éxito de la aplicación de BOTOX® varían de acuerdo con el tipo de distonía, pero oscilan entre el 70 y el 100% de los cuadros más frecuentes”,sostiene Silvia García. (Asteriscos Tv).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario