Dividido en dos sectores bien definidos, el macrismo no logra escapar de las peleas intestinas. Los acuerdos con el denarvaísmo y el justicialismo siguen siendo el motivo principal de la disputa. Cruces por la conducción local y las candidaturas de cara a las elecciones de octubre.
Sin reconciliación posible y con una durísima pelea que ya lleva más de dos años, el PRO de Avellaneda continúa sin resolver su, por momentos, sangrienta interna. A las increíbles tormentas en una fuerza que se dice “preparada” para arrebatarle el gobierno al PJ, se le sumó, además, la llegada de un componente extrapartidario que ahondó las disputas: el acercamiento de un grupo con el ex Recrear Sergio Nahabetian no hizo más que reavivar los resquemores.
El intervenido PRO local tiene hoy dos grupos bien definidos. Uno que se encolumna detrás de la candidatura a intendente del concejal Daniel García y otro que, si bien no tiene una candidato, no ve con malos ojos un respaldo a la diputada provincial Mónica López , compinche de Francisco de Narváez,.
El primer grupo siempre se referenció en Jorge Macri, aún cuando el primo de Mauricio Macri había caído en desgracia y había sido alejado de la conducción provincial. En él confluyen los concejales Alberto Silva y Rubén Alice. El santiagueño Silva viene del peronismo, en tanto que Alice inició sus caminos en el comunismo y terminó en el macrismo.
Los tres aseguran haber “abierto el partido a consensos y mesas de diálogos” y se arrogan la conducción partidaria a pesar de la intervención. Además, critican el acercamiento del otro sector con López de quien consideran que “no conoce lo que es un pobre”.
“Dice que va a trabajar por los pobres pero gasta 300 mil pesos por mes en publicidad y vive en un country en Berazategui. No tiene nada de militante y se gasta la plata de los petroleros”, señaló García a LPO en relación al matrimonio que une a López con el titular de la Federación Argentina de Petroleros y Gas Privados de Avellaneda, Alberto Roberti.
Tampoco digieren que el ex diputado provincial Nahabetian se haya incorporado en el último tiempo al PRO con el objetivo de “servirle en bandeja” la estructura del PRO a López, según estiman.
Sin embargo, los “jorgemacristas” también tienen razones que no hacen públicas para “agrandar el quilombo” aunque nadie de ese sector olvida el atentado a los tiros que Silva sufrió en su local.
En tanto, en la otra vereda se encuentran los que responden al dirigente Walter Tejedor, ex presidente del partido que fue echado porque en 2009 jugó para una de las listas del peronismo disidente –finalmente dada de baja- y no para la nómina del macrismo puro.
Sin un referente nacional definido, en la agrupación 24 de Agosto se mezclan quienes juegan para Diego Santilli y Néstor Grindetti, por ejemplo.
De todos modos, Tejedor no es hoy el líder indiscutido ya que el sector se alió con Nahabetian, que aportó los jirones de su Recrear. No son pocos los que ven al ex legislador como candidato si es que Macri y De Narváez no llegan a un acuerdo.
Con todo, el espacio culpa al sector de García de “colaborar” con el intendente, Jorge Ferraresi. “Le votan todo y un ejemplo es el Presupuesto. Si el macrismo no acompañó a nivel nacional ¿por qué en Avellaneda lo aprobaron sin cambiar una coma?”, se quejó una fuente.
Lo cierto es que la reconciliación entre espacios es “imposible” según alardean desde ambos bandos. “No vamos a acordar con quienes quieren regalar el partido”, dicen unos. “No vamos a permitir un PRO pegado al PJ”, arguyen otros. Y todos con la misma fuerza piden internas para ponerle fin a la guerra de personalismos y egos. (La Política OnLine).
El intervenido PRO local tiene hoy dos grupos bien definidos. Uno que se encolumna detrás de la candidatura a intendente del concejal Daniel García y otro que, si bien no tiene una candidato, no ve con malos ojos un respaldo a la diputada provincial Mónica López , compinche de Francisco de Narváez,.
El primer grupo siempre se referenció en Jorge Macri, aún cuando el primo de Mauricio Macri había caído en desgracia y había sido alejado de la conducción provincial. En él confluyen los concejales Alberto Silva y Rubén Alice. El santiagueño Silva viene del peronismo, en tanto que Alice inició sus caminos en el comunismo y terminó en el macrismo.
Los tres aseguran haber “abierto el partido a consensos y mesas de diálogos” y se arrogan la conducción partidaria a pesar de la intervención. Además, critican el acercamiento del otro sector con López de quien consideran que “no conoce lo que es un pobre”.
“Dice que va a trabajar por los pobres pero gasta 300 mil pesos por mes en publicidad y vive en un country en Berazategui. No tiene nada de militante y se gasta la plata de los petroleros”, señaló García a LPO en relación al matrimonio que une a López con el titular de la Federación Argentina de Petroleros y Gas Privados de Avellaneda, Alberto Roberti.
Tampoco digieren que el ex diputado provincial Nahabetian se haya incorporado en el último tiempo al PRO con el objetivo de “servirle en bandeja” la estructura del PRO a López, según estiman.
Sin embargo, los “jorgemacristas” también tienen razones que no hacen públicas para “agrandar el quilombo” aunque nadie de ese sector olvida el atentado a los tiros que Silva sufrió en su local.
En tanto, en la otra vereda se encuentran los que responden al dirigente Walter Tejedor, ex presidente del partido que fue echado porque en 2009 jugó para una de las listas del peronismo disidente –finalmente dada de baja- y no para la nómina del macrismo puro.
Sin un referente nacional definido, en la agrupación 24 de Agosto se mezclan quienes juegan para Diego Santilli y Néstor Grindetti, por ejemplo.
De todos modos, Tejedor no es hoy el líder indiscutido ya que el sector se alió con Nahabetian, que aportó los jirones de su Recrear. No son pocos los que ven al ex legislador como candidato si es que Macri y De Narváez no llegan a un acuerdo.
Con todo, el espacio culpa al sector de García de “colaborar” con el intendente, Jorge Ferraresi. “Le votan todo y un ejemplo es el Presupuesto. Si el macrismo no acompañó a nivel nacional ¿por qué en Avellaneda lo aprobaron sin cambiar una coma?”, se quejó una fuente.
Lo cierto es que la reconciliación entre espacios es “imposible” según alardean desde ambos bandos. “No vamos a acordar con quienes quieren regalar el partido”, dicen unos. “No vamos a permitir un PRO pegado al PJ”, arguyen otros. Y todos con la misma fuerza piden internas para ponerle fin a la guerra de personalismos y egos. (La Política OnLine).
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