"La mano dura nunca es eficaz", afirmó la ministra de Seguridad durante una visita a la base de Gendarmería en La Matanza. Fue un mensaje por elevación a Daniel Scioli que tiene otra mirada sobre la seguridad. "Hay que lograr el control político de la fuerza", agregó ante la impávida mirada de su par bonaerense, Ricardo Casal.
Nilda Garré se encargó hoy de trazar una gruesa línea demarcatoria sobre lo que el gobierno nacional considera que debe ser la política de seguridad y lo hizo en la zona más caliente: en el corazón del Conurbano, en el partido de La Matanza.
Sin ninguna inocencia, la ministra de Cristina Kirchner expuso ante los medios su visión sobre seguridad, que contradice abiertamente la política de Daniel Scioli, gobernador del territorio que estaba visitando.
Y lo hizo frente al propio ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, y durante una visita a la base local de Gendarmería, en el marco del "Operativo Centinela" que Cristina Kirchner desplegó en la provincia, en una cuasi intervención a la provincia en materia de seguridad.
Garré afirmó que "ya están en función los 6 mil efectivos del Operativo Centinela", durante la visita de control a la base Virrey del Pino, en el partido bonaerense de La Matanza. La aclaración no fue ociosa.
Fuentes oficiales confirmaron a LPO que hace dos días la Presidenta montó en colera cuando se enteró que el operativo todavía no se había concretado en su totalidad, pese a que estaba anunciado para el 1 de enero.
Críticas sutiles a Scioli
La ministra aprovechó además la visita a territorio bonaerense para subrayar sus diferencias en materia de seguridad con Scioli. "La mano dura nunca es eficaz. Lo que es eficaz es la prevención, la presencia, la disuasión, y por supuesto es la acción cuando corresponde, es decir, frente a situaciones delictivas", apuntó.
Es que Garré está alienada con el periodista y titular del CELS, Horacio Verbistky. El CELS tiene una mirada muy crítica de la política de seguridad sciolista de "reivindicar" a la Policía; y suele presentar informes muy críticos de la gestión bonaerense en la materia, con denuncias de violaciones a los derechos humanos.
Lo notable es que la presencia de Casal, no intimidó a Garré a la hora de marcar diferencias. En esa línea, sostuvo que uno d elos principales objetivos que le marcó la Presidenta al nombrarla fue "lograr el control político de las fuerzas de seguridad para evitar la autonomización de las fuerzas, porque eso siempre es muy negativo".
Es decir, todo lo contrario de la política de Scioli que desandó la reforma de León Arslanian y le devolvió el manejo pleno de la fuerza a la propia bonaerense, a través de su rejerarquizado jefe de policía.
Además, Garré se metió con otro tema que Scioli elude sistemáticamente: la obvia y extendida corrupción policial. "En algunas fuerzas puede ser que haya focos de corrupción muy graves. Hemos pasado a retiro a algunos oficiales porque entendíamos que nos ofrecían las garantías de transparencia y efectividad que vamos a exigir de acá en más", afirmó.
Garré arribó a las 15 a la base Virrey del Pino -en el barrio La Esperanza, partido de La Matanza-, ubicada en el kilómetro 38 de la ruta nacional 3, donde se encuentra el puesto de la Gendarmería Nacional a bordo de un helicóptero.
Sobre la propia tarea de la Gendarmería en la provincia, que ya causó notables roces con la bonaerense y hasta se cree que efectivos de esta fuerza atacaron a balazos a gendarmes, la ministra trató de poner paños fríos.
Dijo que la Gendarmería Nacional se limitará a "apoyar la acción que realiza la provincia a través de su policía" y pareció reconocer los roces al agregar que "a medida que se vayan ajustando las tareas entre la Gendarmería y la Policía Bonaerense, vamos a ir logrando cada vez mayores resultados". (La Política OnLine).
Nilda Garré se encargó hoy de trazar una gruesa línea demarcatoria sobre lo que el gobierno nacional considera que debe ser la política de seguridad y lo hizo en la zona más caliente: en el corazón del Conurbano, en el partido de La Matanza.
Sin ninguna inocencia, la ministra de Cristina Kirchner expuso ante los medios su visión sobre seguridad, que contradice abiertamente la política de Daniel Scioli, gobernador del territorio que estaba visitando.
Y lo hizo frente al propio ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, y durante una visita a la base local de Gendarmería, en el marco del "Operativo Centinela" que Cristina Kirchner desplegó en la provincia, en una cuasi intervención a la provincia en materia de seguridad.
Garré afirmó que "ya están en función los 6 mil efectivos del Operativo Centinela", durante la visita de control a la base Virrey del Pino, en el partido bonaerense de La Matanza. La aclaración no fue ociosa.
Fuentes oficiales confirmaron a LPO que hace dos días la Presidenta montó en colera cuando se enteró que el operativo todavía no se había concretado en su totalidad, pese a que estaba anunciado para el 1 de enero.
Críticas sutiles a Scioli
La ministra aprovechó además la visita a territorio bonaerense para subrayar sus diferencias en materia de seguridad con Scioli. "La mano dura nunca es eficaz. Lo que es eficaz es la prevención, la presencia, la disuasión, y por supuesto es la acción cuando corresponde, es decir, frente a situaciones delictivas", apuntó.
Es que Garré está alienada con el periodista y titular del CELS, Horacio Verbistky. El CELS tiene una mirada muy crítica de la política de seguridad sciolista de "reivindicar" a la Policía; y suele presentar informes muy críticos de la gestión bonaerense en la materia, con denuncias de violaciones a los derechos humanos.
Lo notable es que la presencia de Casal, no intimidó a Garré a la hora de marcar diferencias. En esa línea, sostuvo que uno d elos principales objetivos que le marcó la Presidenta al nombrarla fue "lograr el control político de las fuerzas de seguridad para evitar la autonomización de las fuerzas, porque eso siempre es muy negativo".
Es decir, todo lo contrario de la política de Scioli que desandó la reforma de León Arslanian y le devolvió el manejo pleno de la fuerza a la propia bonaerense, a través de su rejerarquizado jefe de policía.
Además, Garré se metió con otro tema que Scioli elude sistemáticamente: la obvia y extendida corrupción policial. "En algunas fuerzas puede ser que haya focos de corrupción muy graves. Hemos pasado a retiro a algunos oficiales porque entendíamos que nos ofrecían las garantías de transparencia y efectividad que vamos a exigir de acá en más", afirmó.
Garré arribó a las 15 a la base Virrey del Pino -en el barrio La Esperanza, partido de La Matanza-, ubicada en el kilómetro 38 de la ruta nacional 3, donde se encuentra el puesto de la Gendarmería Nacional a bordo de un helicóptero.
Sobre la propia tarea de la Gendarmería en la provincia, que ya causó notables roces con la bonaerense y hasta se cree que efectivos de esta fuerza atacaron a balazos a gendarmes, la ministra trató de poner paños fríos.
Dijo que la Gendarmería Nacional se limitará a "apoyar la acción que realiza la provincia a través de su policía" y pareció reconocer los roces al agregar que "a medida que se vayan ajustando las tareas entre la Gendarmería y la Policía Bonaerense, vamos a ir logrando cada vez mayores resultados". (La Política OnLine).
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