La Presidenta tomó la decisión racional. Más allá de sus preferencias personales eligió al mejor posicionado en las encuestas. Tomada surge como el hombre de confianza en la fórmula. La sumatoria de Juan Cabandié como primer legislador refuerza la búsqueda de un perfil de centroizquierda para el ballotage.
Cristina Kirchner está demostrando que es un caso serio cuando hace política. A pesar de acumular no pocos recelos con el senador Daniel Filmus, lo eligió como candidato a jefe de Gobierno. Actuó como una política profesional: miró las encuestas, hizo a un lado sus preferencias personales y eligió al que más mide.
Semanas atrás en una reunión de la cúpula de La Cámpora en el que abundaban las arengas a favor de Boudou y las chicanas a Filmus, Máximo Kirchner dijo una frase que ahora se entiende en toda su dimensión: “Ojo, no se equivoquen, hay favorito, pero no elegido”.
En esa misma línea –siempre con el diario de lunes todo es más sencillo-, estaban los que evaluaban que la presencia de Juan Cabandié junto a Filmus indicaba que este iba a ser el elegido. “Juan es como un hijo para Cristina, si estaba con Filmus es porque ella lo mandó y lo iba a terminar eligiendo”, evaluaban.
La decisión de ubicar a Carlos Tomada como vice también indica que en la Rosada se cuidaron de tomar recaudos para garantizar la fuerte inversión política y económica que sin dudas les representará la pelea porteña, nada menos que contra Mauricio Macri.
Tomada –en rigor el favorito de Carlos Zanini- aparece como la garantía política del kirchnerismo en una fórmula que no lidera el preferido. En la Casa Rosada además creen que el ministro de Trabajo es el de mayores condiciones políticas para liderar internamente el complejo mozaico del kirchnerismo porteño. “Filmus y Amado son buenos candidatos, pero no son jefes políticos”, estimaban en la Casa Rosada. De allí que se pensara en proponer al ministro de Trabajo como presidente del PJ porteño, en la próxima renovación partidaria.
En tanto que para Boudou se mencionaban esta noche destinos rutilantes. Desde candidato a vicepresidente hasta la posibilidad de que absorba el Ministerio de Planificación, si como todo indica, Julio de Vido deja el gobierno en un eventual segundo mandato de Cristina.
La fórmula de Filmus y Tomada más Juan Cabadié como primer legislador indica que se buscó preservar el perfil centro progresista del kirchnerismo, acaso pensando en sumar los votos de Pino Solanas, si es que estos candidatos logran ingresar en el inevitable ballotage.
En el macrismo esta noche no había mayor temor. “Es una fórmula vieja”, estimaban algunos. Otros más técnicos evaluaban que “el problema es que Filmus tiene un porcentaje que ronda el 60% que no lo votaría” y recordaban sus pasadas derrotas electorales.
En esa línea en el Pro algunos estimaban que la fórmula elegida por la Presidenta “es muy dura, muy de política pura, la tendrían que haber suavizado con una mujer joven como María Eugenia Leguizamón, para entrar en la clase media porteña”.
Sin embargo, en el Pro la preocupación no es Filmus, ni Tomada, ni mucho menos Cabandié. El temor es Cristina que mide incluso mejor que Macri en la Capital. Por eso, algunos se esperanzaban con que al haber elegido a un candidato con el que tiene una relación más distante, “tal vez no se involucre tanto en la campaña”.
Como sea, el asesor ecuatoriano Jaime Durán barba, ya comenzó a desplegar una estrategia inconfesable, que surge de lo que observa en las encuestas: “En la Ciudad se está imponiendo el voto Cristina a Presidenta-Macri a Jefe de Gobierno, hay que acompañar esa tendencia”.
Acaso sea por eso que el macrismo a morigerado su confrontación con la Presidenta, en las últimas semanas. (La Política OnLine).
Cristina Kirchner está demostrando que es un caso serio cuando hace política. A pesar de acumular no pocos recelos con el senador Daniel Filmus, lo eligió como candidato a jefe de Gobierno. Actuó como una política profesional: miró las encuestas, hizo a un lado sus preferencias personales y eligió al que más mide.
Semanas atrás en una reunión de la cúpula de La Cámpora en el que abundaban las arengas a favor de Boudou y las chicanas a Filmus, Máximo Kirchner dijo una frase que ahora se entiende en toda su dimensión: “Ojo, no se equivoquen, hay favorito, pero no elegido”.
En esa misma línea –siempre con el diario de lunes todo es más sencillo-, estaban los que evaluaban que la presencia de Juan Cabandié junto a Filmus indicaba que este iba a ser el elegido. “Juan es como un hijo para Cristina, si estaba con Filmus es porque ella lo mandó y lo iba a terminar eligiendo”, evaluaban.
La decisión de ubicar a Carlos Tomada como vice también indica que en la Rosada se cuidaron de tomar recaudos para garantizar la fuerte inversión política y económica que sin dudas les representará la pelea porteña, nada menos que contra Mauricio Macri.
Tomada –en rigor el favorito de Carlos Zanini- aparece como la garantía política del kirchnerismo en una fórmula que no lidera el preferido. En la Casa Rosada además creen que el ministro de Trabajo es el de mayores condiciones políticas para liderar internamente el complejo mozaico del kirchnerismo porteño. “Filmus y Amado son buenos candidatos, pero no son jefes políticos”, estimaban en la Casa Rosada. De allí que se pensara en proponer al ministro de Trabajo como presidente del PJ porteño, en la próxima renovación partidaria.
En tanto que para Boudou se mencionaban esta noche destinos rutilantes. Desde candidato a vicepresidente hasta la posibilidad de que absorba el Ministerio de Planificación, si como todo indica, Julio de Vido deja el gobierno en un eventual segundo mandato de Cristina.
La fórmula de Filmus y Tomada más Juan Cabadié como primer legislador indica que se buscó preservar el perfil centro progresista del kirchnerismo, acaso pensando en sumar los votos de Pino Solanas, si es que estos candidatos logran ingresar en el inevitable ballotage.
En el macrismo esta noche no había mayor temor. “Es una fórmula vieja”, estimaban algunos. Otros más técnicos evaluaban que “el problema es que Filmus tiene un porcentaje que ronda el 60% que no lo votaría” y recordaban sus pasadas derrotas electorales.
En esa línea en el Pro algunos estimaban que la fórmula elegida por la Presidenta “es muy dura, muy de política pura, la tendrían que haber suavizado con una mujer joven como María Eugenia Leguizamón, para entrar en la clase media porteña”.
Sin embargo, en el Pro la preocupación no es Filmus, ni Tomada, ni mucho menos Cabandié. El temor es Cristina que mide incluso mejor que Macri en la Capital. Por eso, algunos se esperanzaban con que al haber elegido a un candidato con el que tiene una relación más distante, “tal vez no se involucre tanto en la campaña”.
Como sea, el asesor ecuatoriano Jaime Durán barba, ya comenzó a desplegar una estrategia inconfesable, que surge de lo que observa en las encuestas: “En la Ciudad se está imponiendo el voto Cristina a Presidenta-Macri a Jefe de Gobierno, hay que acompañar esa tendencia”.
Acaso sea por eso que el macrismo a morigerado su confrontación con la Presidenta, en las últimas semanas. (La Política OnLine).
1 comentario:
y bueno si es asi ,se votara como dice cristina, lo que pasa es que me hubiera gustado tener un poco mas de entusiasmo,pero le miro la cara a filmus y me duermo, bien por tomada ahi!!
Publicar un comentario