La ausencia de los diputados kirchneristas en la embestida de la oposición porteña contra el aumento de la tarifa definida por el PRO escondería detrás un acuerdo entre ambos gobiernos para un eventual aumento de los boletos de los trenes y colectivos. La charla entre el jefe de gobierno, Boudou y De Vido y la resistencia de los funcionarios macristas.
La vertiginosidad con la que se concretó el traspaso del subte de manos del Gobierno nacional al porteño y el posterior aumento relámpago de la tarifa a $2,50 hizo revivir la teoría que se instaló a mediados de 2011 sobre un escenario de distensión entre Cristina Kirchner y Mauricio Macri, de cara a sus segundos mandatos.
El gobierno porteño se negaba a aceptar el traspaso hasta antes de marzo y en ese sentido Macri le había enviado una carta al secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, proponiéndole un cronograma de 90 días para la negociación.
Pero tras el pedido de la presidenta del pasado 28 de diciembre, en el que le reclamaba a Macri un “esfuercito” más, el jefe de gobierno cambió su postura y accedió al traspaso en las condiciones que impuso el Gobierno nacional, pese a la resistencia de sus funcionarios, que no estaban para nada de acuerdo en cerrar el trato en enero.
Incluso después de firmar el acuerdo en el ministerio de Economía, el jefe de gobierno esperó que se retiraran los ministros Néstor Grindetti y Daniel Chaín y el titular de Subterráneos de Buenos Aires, Juan Pablo Piccardo, para quedarse a solas con el vicepresidente Amado Boudou y el ministro de Planificación, Julio De Vido, para hablar largamente.
Macri no dio el brazo a torcer ante su propio gabinete y le hizo el favor que más esperaba el kirchnerismo, que es el de pagar el costo político de ser quien suba la tarifa del transporte. El golpe más inmediato a la popularidad de un gobernante suele venir detrás de medidas que afecten a la vida cotidiana de la gente, y no hay mejor ejemplo de ello que el aumento de las tarifas del transporte.
Para el kirchnerismo era más importante que Macri les ahorrara la medida antipática de aumentar la tarifa del subte y de esta manera quede el escenario armado para subir en un futuro cercano las tarifas de los trenes y colectivos, con un impacto mucho mayor en el grueso de la población, que abarca todo el país.
Con el antecedente del subte, el kirchnerismo podrá argumentar que debe aumentar el boleto de los colectivos para que no colapse el sistema ante una eventual baja en el uso del subterráneo.
El faltazo
Las sospechas de un acuerdo entre el kirchnerismo y el macrismo para un aumento de tarifas pegado al traspaso se agrandaron luego de la sugestiva ausencia de los legisladores K en la embestida que la oposición realizó en la Legislatura contra lo que catalogaron como un “tarifazo”.
Casi en su totalidad, la oposición porteña acusó a Macri de decretar un aumento ilegal. Y esta tarde, los diputados de bancadas aliadas al kirchnerismo organizaron una conferencia de prensa en el Palacio Legislativo para anunciar que mañana presentarán una medida cautelar para frenar la suba.
La conferencia la encabezaron los diputados Aníbal Ibarra, Susana Rinaldi, María Elena Naddeo, Delia Bisutti y Edgardo Form –todos ellos del interbloque K que encabeza Juan Cabandié–, junto a representantes de asociaciones de consumidores, como Héctor Polino, de Consumidores Libres. Incluso habló una diputada del bloque Buenos Aires Para Todos, Claudia Neira, una bancada crítica del kirchnerismo.
Pero sugestivamente no se hizo presente ninguno de los ocho diputados del Frente para la Victoria.
En la conferencia, La Política Online les preguntó a los diputados si habían invitado a sus pares del Frente para la Victoria a participar de la presentación judicial. Bisutti fue elocuente: “invitamos a todos los bloques, aceptaron los que están presentes”. (La Política OnLine).
La vertiginosidad con la que se concretó el traspaso del subte de manos del Gobierno nacional al porteño y el posterior aumento relámpago de la tarifa a $2,50 hizo revivir la teoría que se instaló a mediados de 2011 sobre un escenario de distensión entre Cristina Kirchner y Mauricio Macri, de cara a sus segundos mandatos.
El gobierno porteño se negaba a aceptar el traspaso hasta antes de marzo y en ese sentido Macri le había enviado una carta al secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, proponiéndole un cronograma de 90 días para la negociación.
Pero tras el pedido de la presidenta del pasado 28 de diciembre, en el que le reclamaba a Macri un “esfuercito” más, el jefe de gobierno cambió su postura y accedió al traspaso en las condiciones que impuso el Gobierno nacional, pese a la resistencia de sus funcionarios, que no estaban para nada de acuerdo en cerrar el trato en enero.
Incluso después de firmar el acuerdo en el ministerio de Economía, el jefe de gobierno esperó que se retiraran los ministros Néstor Grindetti y Daniel Chaín y el titular de Subterráneos de Buenos Aires, Juan Pablo Piccardo, para quedarse a solas con el vicepresidente Amado Boudou y el ministro de Planificación, Julio De Vido, para hablar largamente.
Macri no dio el brazo a torcer ante su propio gabinete y le hizo el favor que más esperaba el kirchnerismo, que es el de pagar el costo político de ser quien suba la tarifa del transporte. El golpe más inmediato a la popularidad de un gobernante suele venir detrás de medidas que afecten a la vida cotidiana de la gente, y no hay mejor ejemplo de ello que el aumento de las tarifas del transporte.
Para el kirchnerismo era más importante que Macri les ahorrara la medida antipática de aumentar la tarifa del subte y de esta manera quede el escenario armado para subir en un futuro cercano las tarifas de los trenes y colectivos, con un impacto mucho mayor en el grueso de la población, que abarca todo el país.
Con el antecedente del subte, el kirchnerismo podrá argumentar que debe aumentar el boleto de los colectivos para que no colapse el sistema ante una eventual baja en el uso del subterráneo.
El faltazo
Las sospechas de un acuerdo entre el kirchnerismo y el macrismo para un aumento de tarifas pegado al traspaso se agrandaron luego de la sugestiva ausencia de los legisladores K en la embestida que la oposición realizó en la Legislatura contra lo que catalogaron como un “tarifazo”.
Casi en su totalidad, la oposición porteña acusó a Macri de decretar un aumento ilegal. Y esta tarde, los diputados de bancadas aliadas al kirchnerismo organizaron una conferencia de prensa en el Palacio Legislativo para anunciar que mañana presentarán una medida cautelar para frenar la suba.
La conferencia la encabezaron los diputados Aníbal Ibarra, Susana Rinaldi, María Elena Naddeo, Delia Bisutti y Edgardo Form –todos ellos del interbloque K que encabeza Juan Cabandié–, junto a representantes de asociaciones de consumidores, como Héctor Polino, de Consumidores Libres. Incluso habló una diputada del bloque Buenos Aires Para Todos, Claudia Neira, una bancada crítica del kirchnerismo.
Pero sugestivamente no se hizo presente ninguno de los ocho diputados del Frente para la Victoria.
En la conferencia, La Política Online les preguntó a los diputados si habían invitado a sus pares del Frente para la Victoria a participar de la presentación judicial. Bisutti fue elocuente: “invitamos a todos los bloques, aceptaron los que están presentes”. (La Política OnLine).
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