LUJAN, Agosto 18, (PUNTO CERO-El Civismo) El crimen habría ocurrido durante la noche del sábado o madrugada del domingo y tuvo lugar en una casa abandonada.
Tanto la víctima como el presunto victimario habían estado en institutos de menores y establecimientos penales.
Antes de desencadenarse el hecho de sangre, habrían estado aspirando pegamento, sustancia a la que eran adictos.
El cuerpo sin vida de un menor de 13 años fue hallado este domingo en horas de la tarde por la Policía en una pestilente pieza de una casa abandonada ubicada en la esquina de El Cimarrón y Saborido, barrio Sarmiento. El cadáver presentaba dos profundos cortes en la garganta y la muerte habría ocurrido entre la noche del sábado y la madrugada del domingo. Por el crimen, hay un joven detenido quien se presentó en el Destacamento Estación acompañado por un familiar a efectos de entregarse ya que habría confesado ser el autor del hecho.
En el barrio, este asesinato no llamó la atención. Víctima y victimario se conocían ya que vivían a pocas cuadras de distancia. El menor muerto residía en El Cimarrón al 300, a sólo dos cuadras de donde fue asesinado. El presunto homicida lo hacía a tan sólo una cuadra y media.
Vecinos de la zona contaron que solían andar juntos, ninguno estudiaba ni se le conocía trabajo u oficio alguno, ambos habían sido internados en institutos de menores por problemas de adicción de donde se fugaron en incontables ocasiones y, entre otras cosas, compartían la nociva dependencia de aspirar pegamento. Esto, por lo general, solían hacerlo la mayor parte del día y en el lugar donde ocurrió el homicidio.
YO TE AVISÉ
El sitio donde se produjo el hecho reúne todos los requisitos como para que ningún vecino escuche nada. Se trata de una casa abandonada de seis habitaciones que está cercada por un tapial que impide ver lo que sucede paredes adentro. En el amplio lote donde está asentada esta finca abunda el pasto alto, la basura y algunas personas suelen ingresar para buscar algo de leña. Como si fuera poco, limita con dos viviendas aún deshabitadas debido a que se encuentran en proceso de construcción.
En esa esquina, que hoy tiene cartel de venta, suelen refugiarse mendigos y también la utilizan para "ranchear" niños, adolescentes y jóvenes con serios problemas de adicción y que muchos vecinos acusan de ser autores de ilícitos en sus propiedades. Al respecto, no faltó quien señalara que ése era el punto de encuentro de una gavilla conocida hace unos meses como "Los Guachines Heavies" y que asoló el Sarmiento con atracos y hurtos de todo tipo.
El problema no es nuevo y tampoco lo desconocen las autoridades pertinentes. De hecho, no faltó reunión vecinal o queja a través de los medios de comunicación por parte de la gente que reside en este barrio que reclamó una solución a este flagelo. Sin embargo, nadie hizo nada.
POBLACIÓN EN RIESGO
El crimen de Lucas Emanuel "Tomatito" Sosa bien podría titularse "Crónica de una muerte anunciada". Con 13 años que parecían ser 10, un hermano mayor preso, signos de desnutrición en su cuerpo, con serios problemas familiares y sociales, su futuro en esta sociedad no era precisamente de color rosado. En tanto que el pasado y presente del presunto homicida, identificado como Ricardo Ariel Centurión, de 18 años, tampoco es halagüeño.
Por estas horas no se sabe aún cuál pudo haber sido el motivo por el cual Centurión atacó con una tijera a Sosa y le asestó dos mortales puñaladas en la carótida, heridas que terminaron por desangrarlo y provocarle el deceso a los pocos minutos, aunque no se descarta que los efectos que provoca en el organismo la inhalación de pegamento de contacto haya sido uno de ellos. En este sentido, los investigadores señalaron que Sosa y Centurión estuvieron aspirando esa sustancia de elaboración industrial previo al trágico desenlace.
Una vez hallado el cuerpo de "Tomatito" por un vecino que entró al lote a recoger leña, ser reconocido por sus familiares y tomar intervención la Policía, los pesquisas orientaron la investigación hacia Centurión, de acuerdo al testimonio de varias personas que aseguraron haberlo visto junto a Sosa el sábado a la tarde.
El principal sospechoso no pudo ser encontrado en su vivienda de Victoria al 1700 aunque en este domicilio la Policía logró incautar una tijera de 11 centímetros de hoja que luego se determinó que fue el arma homicida. También se secuestró ropas con manchas de sangre y un par de zapatillas cuyas marcas de la suela coincidían con las huellas y rastros detectados en la escena del crimen.
EL RASTRO DE LA SANGRE
Por los datos recogidos en la causa, en el momento del hecho en el interior de la vivienda sólo se encontraban Sosa y Centurión. Sin embargo, el capitán Marcelo Oberti, de la Jefatura de la Policía Distrital, le dijo a EL CIVISMO que "no se descarta que haya habido algún otro".
En la habitación donde sucedió el crimen había una importante cantidad de sangre ya seca. La forma de la mancha evidenciaba que la víctima atinó a arrastrarse unos pocos pasos antes de caer muerto. También se encontraron ropas ensangrentadas. Los peritos en criminología estimaron que la muerte habría acontecido entre 8 a 10 horas como mínimo desde el momento en que fue hallado el cuerpo del menor.
Notificados del episodio, personal policial de la Distrital, Luján Primera y del Destacamento centralizaron las operaciones en el puesto ubicado en la estación de ferrocarril. Desde allí partieron las directivas para dar con Centurión, quien no pudo ser encontrado en los sitios que solía frecuentar, pero en horas de la noche se presentó ante la Policía al ver que el cerco tendido en torno a su búsqueda empezaba a estrecharse.
Del acusado se conoció que había estado detenido en el penal de Junín, establecimiento carcelario del que salió hace menos de un mes luego de cumplir una breve condena por delitos menores. Sobre la víctima se supo además que su última fuga se registró hace dos meses cuando huyó de un instituto para menores en la ciudad de Mar del Plata.
La causa judicial quedó en manos del fiscal Adrián Landini de la UFI Nro. 6 y del Juzgado de Menores Nro. 2 a cargo del Dr. Marcelo Giacoia del Departamento Judicial Mercedes donde el lunes fue traslado Centurión, cargando sobre su espalda con la acusación por "Homicidio". Por su parte, el cuerpo de Sosa fue inhumado recién este martes en el Cementerio Municipal. (PUNTO CERO-El Civismo).
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