BUENOS AIRES, Marzo 09, (PUNTO CERO-La Política OnLine) El Secretario de Seguridad del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Diego Gorgal, resulta un enigma para buena parte del abanico político porteño, que lo observa con detenimiento y curiosidad.
Refugiado en sus minimalistas oficinas-loft del cuarto piso del reciclado edificio ex Alpargatas ubicado sobre la avenida Patricios, en el ascendente barrio de Barracas, el joven ministro mueve sus fichas de cara a las próximas elecciones porteñas del 3 de junio, en un juego tal vez demasiado riesgoso.
Pese a que en la sede ministerial encargada de velar por la seguridad, varios empleados y funcionarios han sufrido alarmantes hurtos, Gorgal resiste hasta ahora con éxito las presiones de otra funcionaria telermanista, la radical Silvana Myriam Giudice, quien pilotea una extraña repartición dedicada supuestamente a los festejos por el segundo centenario de la independencia.
Giudice intenta levantar su cotización política, presentándose como la cara visible del “radicalismo telermanista”, en épocas en las que suele estar de moda la subasta de los infinitas fracciones del partido centenario.
Tiempo atrás circuló el rumor que ante una eventual salida de Gorgal del gabinete porteño, este podría recalar en el ORSNA, organismo supuestamente encargado de controlar los aeropuertos, que maneja millones de dólares, y obviamente está bajo el mando del poderoso Julio de Vido, quien mantiene una excelente y fructífera relación con el gobierno porteño.
Pero para sorpresa de muchos, el domingo pasado se lo vio a Gorgal en el cumpleaños de Héctor Capacciolli, en lo que se denominó “la cumbre de la crema albertista”, o “el albertismo sub-40”. Donde compartió saladitos y triples de miga casi toda la noche, con el denunciado ex administrador de fábricas recuperadas Diego Kravetz. Una aficción social que le podría generar el inconveniente recelo de Telerman y De Vido, quienes precisamente no mueren de amor por el jefe de Gabinete.
Pero su dedicación a Alberto Fernández parece ser sólo part-time. Gorgal, también mantiene razonables relaciones con su antecesor en el cargo, el ex duhaldista y actual diputado opositor Juan José Alvarez, recordada víctima de una repudiable operación de prensa kirchnerista.
Esta relación se extiende incluso al área de contrataciones –y abarcaría al diputado Eduardo Camaño-, pero no es tradición de La Política Online “denunciar” el otorgamiento de trabajo a personas, salvo que viole alguna norma –por ejemplo en el caso de ñoquis-, cosa que en el presente caso no se ha constatado.
Pero regresando a la política porteña, para completar el panorama de este eficaz funcionario es necesario agregar un dato adicional. El Secretario de Seguridad porteño proviene del llamado Grupo Sophia, ensayo de think tank conservador que conducía Horacio Rodríguez Larreta, principal operador de Mauricio Macri.
Cierto es que Juan José Alvarez también tiene buena llagada a esos sectores, al punto que la conicida ruptura de su bloque Peronismo Federal sería, según fuentes legislaticvas, un primer paso para sumarse a la bancada macrista.
Refugiado en sus minimalistas oficinas-loft del cuarto piso del reciclado edificio ex Alpargatas ubicado sobre la avenida Patricios, en el ascendente barrio de Barracas, el joven ministro mueve sus fichas de cara a las próximas elecciones porteñas del 3 de junio, en un juego tal vez demasiado riesgoso.
Pese a que en la sede ministerial encargada de velar por la seguridad, varios empleados y funcionarios han sufrido alarmantes hurtos, Gorgal resiste hasta ahora con éxito las presiones de otra funcionaria telermanista, la radical Silvana Myriam Giudice, quien pilotea una extraña repartición dedicada supuestamente a los festejos por el segundo centenario de la independencia.
Giudice intenta levantar su cotización política, presentándose como la cara visible del “radicalismo telermanista”, en épocas en las que suele estar de moda la subasta de los infinitas fracciones del partido centenario.
Tiempo atrás circuló el rumor que ante una eventual salida de Gorgal del gabinete porteño, este podría recalar en el ORSNA, organismo supuestamente encargado de controlar los aeropuertos, que maneja millones de dólares, y obviamente está bajo el mando del poderoso Julio de Vido, quien mantiene una excelente y fructífera relación con el gobierno porteño.
Pero para sorpresa de muchos, el domingo pasado se lo vio a Gorgal en el cumpleaños de Héctor Capacciolli, en lo que se denominó “la cumbre de la crema albertista”, o “el albertismo sub-40”. Donde compartió saladitos y triples de miga casi toda la noche, con el denunciado ex administrador de fábricas recuperadas Diego Kravetz. Una aficción social que le podría generar el inconveniente recelo de Telerman y De Vido, quienes precisamente no mueren de amor por el jefe de Gabinete.
Pero su dedicación a Alberto Fernández parece ser sólo part-time. Gorgal, también mantiene razonables relaciones con su antecesor en el cargo, el ex duhaldista y actual diputado opositor Juan José Alvarez, recordada víctima de una repudiable operación de prensa kirchnerista.
Esta relación se extiende incluso al área de contrataciones –y abarcaría al diputado Eduardo Camaño-, pero no es tradición de La Política Online “denunciar” el otorgamiento de trabajo a personas, salvo que viole alguna norma –por ejemplo en el caso de ñoquis-, cosa que en el presente caso no se ha constatado.
Pero regresando a la política porteña, para completar el panorama de este eficaz funcionario es necesario agregar un dato adicional. El Secretario de Seguridad porteño proviene del llamado Grupo Sophia, ensayo de think tank conservador que conducía Horacio Rodríguez Larreta, principal operador de Mauricio Macri.
Cierto es que Juan José Alvarez también tiene buena llagada a esos sectores, al punto que la conicida ruptura de su bloque Peronismo Federal sería, según fuentes legislaticvas, un primer paso para sumarse a la bancada macrista.
Claro que primero le habrían exigido hacer una escala en el purgatorio: es decir formar su propio bloque unipersonal, que funcionaría en interbloque con Propuesta Federal, el sector que componen PRO y los partidos provinciales. Tanta delicadeza por las formas, tiene su explicación: como se sabe desde el caso Borocotó, en el macrismo ven un pase político y lloran. (PUNTO CERO-La Política OnLine).
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