BUENOS AIRES, Junio 07, (PUNTO CERO-La Política OnLine) "Franco es Macri". Eso se sabe. Aunque hoy la ciudad amaneció empapelada en el prologo de la campaña sucia para el ballotage, aclarándole a los "bobos" porteños -según Página 12- que "Mauricio es Macri", el clan familiar incluye a otro modesto y multimillonario hombre de más de 70 años, y de manifiesta sintonía con el presidente Kirchner y sus principales ministros.
Desde el gobierno nacional, la maquinaria para demonizar al arrasante Mauricio comenzó a desplegarse sin pausa. La estrategia es archiconocida, y su resultado, se espera, tenga un escueto éxito para que Filmus logre la hazaña de vencer en el ballotage.
Pero este intento de polarización, no debería llevar al arribo de conclusiones simplistas y ecuaciones lineales: Mauricio es Macri, ciertamente, pero también Franco es Macri, y no debe ser esto un elemento que preocupe en la Casa Rosada, cuando el empresario los visita en las tardes anodinas de invierno, como en 2005, 2006 y 2007.
Quienes creen que Kirchner solo piensa en negocios, se equivocan. Entre Franco y el presidente hay conceptos compartidos en materia política, y el zar del imperio, dueño de la poderosa Socma entre otras, asi lo hizo saber con una emotiva carta luego del impresentable acto punteríl, o Plaza del Sí, del pasado 25 de mayo de 2006. "Kirchner esta en el camino correcto", dijo Franco, que también es Macri.
La llegada
A pocos meses de la llegada de Kirchner al poder, en noviembre de 2003, la relación con el empresario de origen italiano y pasado modesto parecía destinada al fracaso. El gobierno en clave populista y para revalidad en legitimidad popular sus magros 22 puntos con los cuales llegó al poder, comenzó el proceso de reestatización de empresas privadas, que dicho sea de paso, entregaban un servicio cuanto menos cuestionable. El Correo Argentino en manos de Franco, fue una de ellas.
Según el ministro de Planificación, Julio de Vido, el no pago del canon en que incurrió la empresa y otra serie de irregularidades provocaron que en ese momento "las prestaciones mínimas no se encuentren atendidas". Otra versión argumenta que detrás del "castigo" hubo en rigor un salvataje acordado, el Correo, como suele suceder en todo el mundo con los servicios postales estatales, era deficitario.
Desde entonces, la relación se fue enderezando, al punto que Franco siguió incursionando en millonarios negocios con el Estado que comandaba, ahora sí, Néstor Kirchner. Y su relación, con el propio De Vido, se fue aceitando.
No se puede exacerbar la información y sostener que Franco esta en la línea de Paolo Rocca (Techint), Jorge Brito (Banco Macro), Alfredo Coto (Supermercados Coto), Gerardo Werthein (Telecom), Carlos Bulgheroni (Pan American Energy), Alejandro Macfarlane (Edenor), Eduardo Eskenazi (Banco de Santa Cruz) entre otros, que han frecuentado al presidente personalmente en decenas de ocasiones desde su asunción en el poder. Es más, a muchos de estos empresarios ya los estarían visitando para conocer su interés en aportar alguna suma de dinero para la presidencial que se avecina. Pero Franco, más discreto, trazó su propia relación con el gobierno. Y las cosas no salieron mal.
A saber, en abril de 2006 fue recibido por el presidente Kirchner cuando el gobierno le entregó a un consorcio liderado por Franco, que es Macri, el control sobre el estratégico Belgrano Cargas, que tenía como acompañantes a otros dos grupos locales, un inversor chino y tres entidades sindicales.
Para esa firma, Franco tuvo que mantener algunos encuentros personales con el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, y con Hugo Moyano, con quienes hubo un rápido entendimiento.
La idea, al menos en lo formal del Gobierno, era buscar auxilio económico a la empresa y poner en marcha la redistribución accionaría que llevó al directorio del Belgrano a los grupos Macri, Roggio y EMEPA; a los chinos de Sanhe Hopefull y a los gremios de la Unión Ferroviaria (UF), La Fraternidad (maquinistas) y la federación de camioneros de Hugo Moyano. La conducción del Belgrano quedó repartida de la siguiente manera: 70 por ciento para Macri y los privados; 12% para la UF; 8% para el Estado Nacional; 4% para Moyano y otro porcentaje similar para los maquinistas.
La propuesta de Macri previó un esquema mixto de inversiones. Para los 23 años que restan de la concesión, prometió invertir 860 millones de pesos, siempre y cuando el Estado concrete obras por $ 750 millones. A eso se agregaría un posible préstamo del Gobierno chino de $ 900 millones para importar locomotoras y vagones fabricados en ese país. Lo curioso es que el gobierno le daba una concesión estratégica a un empresario al cual había demonizado por su relación con el menemismo. Y al cual le quitó una concesión millonaria por sus incumplimientos. ¿Qué es lo que había cambiado en el medio? ¿O es que en realidad nada cambió y solo algunas mascaras comenzaban a caer?
Luego del acto del 25 de mayo de 2006 en la Plaza de Mayo, el empresario dijo que "es muy importante que haya un presidente que quiera lo mejor para todos los argentinos", y admitió, "creo que es positivo que esto pase ahora, hace mucho no pasa".
Un pálido Mauricio Macri admitió ante los medios, ese mismo día, estar "un poco incomodo" con las definiciones de su padre.
Pero Franco tenía la decisión tomada. El ingreso en el Belgrano Cargas era apenas la punta de lanza de una relación intensa, que al día de hoy incluye diálogo directo y personal con Kirchner y su ministro de Vido. Y cuyo mayor interés, consiste en contar con el apoyo del Estado para sacar adelante negocios con un grupo inversor chino, que eligió a Franco como su representante en el país. ¿Seguirá en danza el proyecto de un auto económico que requiere una regulación especial que debería rubricar Kirchner?
La energía es lo primero
Pocos empresarios de verdadero poder no se han dejado seducir por el formidable negocio energético, en su versión gasifera o petrolera.
Por estos días, Franco Macri sigue moviendo a un grupo de inversores chinos, que están interesados en invertar en materia energética en el país. "En esta delegación trajimos a directivos de la empresa Guodian para realizar proyectos en conjunto con Socma [de Macri] y el Estado nacional o las provincias en todas las variantes de energía", dijo Liu Jang, presidente de la poderosa Cámara Empresaria estatal china Capid.
Entusiasmado, Franco había visitado a Julio de Vido a fines de 2006, y luego del encuentro manifestó: "Estamos tratando de llevar adelante especialmente proyectos en el ámbito de la infraestructura eléctrica y de ferrocarriles, que son dos deficiencias muy grandes que tiene el país".
Franco fue nombrado en mayo de 2006 consejero senior de inversiones para América latina por una Cámara empresaria china, con los que ya compartía algunos negocios. En definitiva, actúa como mediador entre los intereses de numerosos empresarios, los suyos claro, y el gobierno nacional.
De hecho -comentan- con Ricardo Jaime y con De Vido el trato es semanal, y al ya sumado Belgrano Cargas, se mantienen en agenda nuevos proyectos especialmente en áreas energéticas, uno de los costados más sensibles junto a la inflación de este gobierno.
Sin internas
Fuentes consultadas por este medio confiesan que Franco Macri tiene un grupo especialmente dedicado a asesorarlo "políticamente". Esto significa que Franco solo se dedica a los números y a las proyecciones de negocios, pero antes de interactuar con el poder estatal sabe como moverse.
Será por eso -apuntan- que el titular de Socma conoce como pocos la interna entre Julio de Vido y Alberto Fernández, lo que explica porque durante estos últimos dos años mantuvo encuentros con ambos, y con funcionarios del paragua de ambos.
Felisa Miceli y Beatriz Nofal, el propio De Vido y Ricardo Jaime son alguno de los hombres que mantienen diálogo con el empresario, siempre sumando al propio Kirchner.
"Franco tiene diálogo con todos, con Barrionuevo y Moyano, con Felisa y con De Vido, lo suyo no es la política, sino los negocios, y asi lo entiende", comentan para explicar esta estrategia. Por eso, a Franco el mote de poderoso empresario del kirchnerismo le sienta cómodo, porque allí dentro no hay fisuras, sino una mezcolanza de intereses y de lealtades a prueba de fuego.
"Nofal, por ejemplo, le pidió que le de una mano con un grupo inversor italiano que tenía intereses en el país, De Vido le dice que avance con el tema energético que hay mucho interés. Es una rara mezcla de empresario intermediario. Sin que suene despectivo, más viejo esta, más abierto y con menos prejuicios de cualquier tipo para los negocios", explican cerca suyo.
Mientras tanto
Antes de la cristalización de la relación que existe en el gobierno con Franco Macri, el empresario siguió con algunos suculentos negocios que seguramente con un gobierno adversario hubiera encontrado trabas.
Por un lado, su brazo inmobiliario, CreaUrban, solo durante el siglo XXI construyó 14 torres, dos barrios, dos condominios, y tenían antes de su retirada del mercado la firme intención de ir a construir a China.
Es que, a comienzos de este año vendió a su sobrino Ángelo Calcaterra tres firmas del grupo Sideco Americana, que lo alejaron definitivamente del negocio de la construcción en el que se inició hace más de 50 años: Iecsa, Creaurban y Profingas.
Iecsa es una empresa de ingeniería, construcción y servicios, especializada en grandes proyectos de construcción de obras privadas y públicas, viales, ductos en general, puentes, líneas de transmisión eléctrica y obras de arquitectura. Creaurban es una de las principales desarrolladoras de real estate del país, encargada de proyectos como las Torres Mulieris y Torres del Yacht de Puerto Madero, entre otras.
Profingas, en tanto, es la empresa administradora del proyecto Consolidado de Gas Natural, a cargo de Iecsa y establecido mediante un convenio entre el gobierno de Córdoba y Distribuidora de Gas del Centro.
Desde el gobierno nacional, la maquinaria para demonizar al arrasante Mauricio comenzó a desplegarse sin pausa. La estrategia es archiconocida, y su resultado, se espera, tenga un escueto éxito para que Filmus logre la hazaña de vencer en el ballotage.
Pero este intento de polarización, no debería llevar al arribo de conclusiones simplistas y ecuaciones lineales: Mauricio es Macri, ciertamente, pero también Franco es Macri, y no debe ser esto un elemento que preocupe en la Casa Rosada, cuando el empresario los visita en las tardes anodinas de invierno, como en 2005, 2006 y 2007.
Quienes creen que Kirchner solo piensa en negocios, se equivocan. Entre Franco y el presidente hay conceptos compartidos en materia política, y el zar del imperio, dueño de la poderosa Socma entre otras, asi lo hizo saber con una emotiva carta luego del impresentable acto punteríl, o Plaza del Sí, del pasado 25 de mayo de 2006. "Kirchner esta en el camino correcto", dijo Franco, que también es Macri.
La llegada
A pocos meses de la llegada de Kirchner al poder, en noviembre de 2003, la relación con el empresario de origen italiano y pasado modesto parecía destinada al fracaso. El gobierno en clave populista y para revalidad en legitimidad popular sus magros 22 puntos con los cuales llegó al poder, comenzó el proceso de reestatización de empresas privadas, que dicho sea de paso, entregaban un servicio cuanto menos cuestionable. El Correo Argentino en manos de Franco, fue una de ellas.
Según el ministro de Planificación, Julio de Vido, el no pago del canon en que incurrió la empresa y otra serie de irregularidades provocaron que en ese momento "las prestaciones mínimas no se encuentren atendidas". Otra versión argumenta que detrás del "castigo" hubo en rigor un salvataje acordado, el Correo, como suele suceder en todo el mundo con los servicios postales estatales, era deficitario.
Desde entonces, la relación se fue enderezando, al punto que Franco siguió incursionando en millonarios negocios con el Estado que comandaba, ahora sí, Néstor Kirchner. Y su relación, con el propio De Vido, se fue aceitando.
No se puede exacerbar la información y sostener que Franco esta en la línea de Paolo Rocca (Techint), Jorge Brito (Banco Macro), Alfredo Coto (Supermercados Coto), Gerardo Werthein (Telecom), Carlos Bulgheroni (Pan American Energy), Alejandro Macfarlane (Edenor), Eduardo Eskenazi (Banco de Santa Cruz) entre otros, que han frecuentado al presidente personalmente en decenas de ocasiones desde su asunción en el poder. Es más, a muchos de estos empresarios ya los estarían visitando para conocer su interés en aportar alguna suma de dinero para la presidencial que se avecina. Pero Franco, más discreto, trazó su propia relación con el gobierno. Y las cosas no salieron mal.
A saber, en abril de 2006 fue recibido por el presidente Kirchner cuando el gobierno le entregó a un consorcio liderado por Franco, que es Macri, el control sobre el estratégico Belgrano Cargas, que tenía como acompañantes a otros dos grupos locales, un inversor chino y tres entidades sindicales.
Para esa firma, Franco tuvo que mantener algunos encuentros personales con el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, y con Hugo Moyano, con quienes hubo un rápido entendimiento.
La idea, al menos en lo formal del Gobierno, era buscar auxilio económico a la empresa y poner en marcha la redistribución accionaría que llevó al directorio del Belgrano a los grupos Macri, Roggio y EMEPA; a los chinos de Sanhe Hopefull y a los gremios de la Unión Ferroviaria (UF), La Fraternidad (maquinistas) y la federación de camioneros de Hugo Moyano. La conducción del Belgrano quedó repartida de la siguiente manera: 70 por ciento para Macri y los privados; 12% para la UF; 8% para el Estado Nacional; 4% para Moyano y otro porcentaje similar para los maquinistas.
La propuesta de Macri previó un esquema mixto de inversiones. Para los 23 años que restan de la concesión, prometió invertir 860 millones de pesos, siempre y cuando el Estado concrete obras por $ 750 millones. A eso se agregaría un posible préstamo del Gobierno chino de $ 900 millones para importar locomotoras y vagones fabricados en ese país. Lo curioso es que el gobierno le daba una concesión estratégica a un empresario al cual había demonizado por su relación con el menemismo. Y al cual le quitó una concesión millonaria por sus incumplimientos. ¿Qué es lo que había cambiado en el medio? ¿O es que en realidad nada cambió y solo algunas mascaras comenzaban a caer?
Luego del acto del 25 de mayo de 2006 en la Plaza de Mayo, el empresario dijo que "es muy importante que haya un presidente que quiera lo mejor para todos los argentinos", y admitió, "creo que es positivo que esto pase ahora, hace mucho no pasa".
Un pálido Mauricio Macri admitió ante los medios, ese mismo día, estar "un poco incomodo" con las definiciones de su padre.
Pero Franco tenía la decisión tomada. El ingreso en el Belgrano Cargas era apenas la punta de lanza de una relación intensa, que al día de hoy incluye diálogo directo y personal con Kirchner y su ministro de Vido. Y cuyo mayor interés, consiste en contar con el apoyo del Estado para sacar adelante negocios con un grupo inversor chino, que eligió a Franco como su representante en el país. ¿Seguirá en danza el proyecto de un auto económico que requiere una regulación especial que debería rubricar Kirchner?
La energía es lo primero
Pocos empresarios de verdadero poder no se han dejado seducir por el formidable negocio energético, en su versión gasifera o petrolera.
Por estos días, Franco Macri sigue moviendo a un grupo de inversores chinos, que están interesados en invertar en materia energética en el país. "En esta delegación trajimos a directivos de la empresa Guodian para realizar proyectos en conjunto con Socma [de Macri] y el Estado nacional o las provincias en todas las variantes de energía", dijo Liu Jang, presidente de la poderosa Cámara Empresaria estatal china Capid.
Entusiasmado, Franco había visitado a Julio de Vido a fines de 2006, y luego del encuentro manifestó: "Estamos tratando de llevar adelante especialmente proyectos en el ámbito de la infraestructura eléctrica y de ferrocarriles, que son dos deficiencias muy grandes que tiene el país".
Franco fue nombrado en mayo de 2006 consejero senior de inversiones para América latina por una Cámara empresaria china, con los que ya compartía algunos negocios. En definitiva, actúa como mediador entre los intereses de numerosos empresarios, los suyos claro, y el gobierno nacional.
De hecho -comentan- con Ricardo Jaime y con De Vido el trato es semanal, y al ya sumado Belgrano Cargas, se mantienen en agenda nuevos proyectos especialmente en áreas energéticas, uno de los costados más sensibles junto a la inflación de este gobierno.
Sin internas
Fuentes consultadas por este medio confiesan que Franco Macri tiene un grupo especialmente dedicado a asesorarlo "políticamente". Esto significa que Franco solo se dedica a los números y a las proyecciones de negocios, pero antes de interactuar con el poder estatal sabe como moverse.
Será por eso -apuntan- que el titular de Socma conoce como pocos la interna entre Julio de Vido y Alberto Fernández, lo que explica porque durante estos últimos dos años mantuvo encuentros con ambos, y con funcionarios del paragua de ambos.
Felisa Miceli y Beatriz Nofal, el propio De Vido y Ricardo Jaime son alguno de los hombres que mantienen diálogo con el empresario, siempre sumando al propio Kirchner.
"Franco tiene diálogo con todos, con Barrionuevo y Moyano, con Felisa y con De Vido, lo suyo no es la política, sino los negocios, y asi lo entiende", comentan para explicar esta estrategia. Por eso, a Franco el mote de poderoso empresario del kirchnerismo le sienta cómodo, porque allí dentro no hay fisuras, sino una mezcolanza de intereses y de lealtades a prueba de fuego.
"Nofal, por ejemplo, le pidió que le de una mano con un grupo inversor italiano que tenía intereses en el país, De Vido le dice que avance con el tema energético que hay mucho interés. Es una rara mezcla de empresario intermediario. Sin que suene despectivo, más viejo esta, más abierto y con menos prejuicios de cualquier tipo para los negocios", explican cerca suyo.
Mientras tanto
Antes de la cristalización de la relación que existe en el gobierno con Franco Macri, el empresario siguió con algunos suculentos negocios que seguramente con un gobierno adversario hubiera encontrado trabas.
Por un lado, su brazo inmobiliario, CreaUrban, solo durante el siglo XXI construyó 14 torres, dos barrios, dos condominios, y tenían antes de su retirada del mercado la firme intención de ir a construir a China.
Es que, a comienzos de este año vendió a su sobrino Ángelo Calcaterra tres firmas del grupo Sideco Americana, que lo alejaron definitivamente del negocio de la construcción en el que se inició hace más de 50 años: Iecsa, Creaurban y Profingas.
Iecsa es una empresa de ingeniería, construcción y servicios, especializada en grandes proyectos de construcción de obras privadas y públicas, viales, ductos en general, puentes, líneas de transmisión eléctrica y obras de arquitectura. Creaurban es una de las principales desarrolladoras de real estate del país, encargada de proyectos como las Torres Mulieris y Torres del Yacht de Puerto Madero, entre otras.
Profingas, en tanto, es la empresa administradora del proyecto Consolidado de Gas Natural, a cargo de Iecsa y establecido mediante un convenio entre el gobierno de Córdoba y Distribuidora de Gas del Centro.
Su intención seria dedicarse exclusivamente a sus negocios con los chinos. Entre los proyectos que conserva, Macri tiene especial interés por la asociación entre la automotriz china Chery y Socma, por la cual se producirá, en Uruguay, un auto de alta gama (SUV), Tiggo, y un auto pequeño de consumo masivo, el QQ. (PUNTO CERO-La Política OnLine).
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