jueves, junio 07, 2007

En la mitad del tiempo, hizo el doble. Carolina Bartel


BUENOS AIRES, Junio 07, (PUNTO CERO) No fue casualidad que tres días antes de las elecciones porteñas y en un acto de reconocimiento para distinguir a la tripulación del rompehielos Almirante Irizar, no haya estado presente la prensa. Según una de las ministras del Jefe de la ciudad, la secretaría encargada de difundir el evento no le había dado importancia al acontecimiento, por eso se olvidó o no quiso dar a conocer que Telerman iba a estar en el salón desarrollando un acto. Lo cierto fue, que muchos de quienes ocupan cargos en prensa de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad Autónoma, pertenecen a planta permanente, y sabiendo que el jefe de turno perdía las elecciones les importó un bledo semejante acto que se desarrolló.
Pasaron los días, se acercó la veda y solo quedaron afiches de Jorge Telerman mostrando sin prejuicios su pelada, dato no menor para tener en cuenta a un hombre que la fatalidad lo hizo juntarse con un entorno oportunista. Tal vez si él, o quienes lo acompañaron esperaban la señal del presidente, hoy sería otra la realidad y no hubiera quedado atado al fracaso de Elisa Carrió.

El domingo, de impecable suéter y saco negro al mejor estilo del Jefe de la Ciudad y amigo Jorge Telerman, el vocero Oscar Feito habló a las seis de la tarde puntuales, luciendo su cabello más largo, barbita prolijamente recortada y lentes haciendo juego con su vestimenta, tal suele usar la encargada de la coalición Elisa Carrió. El vocero camuflado no pudo vestir a su cara de alegría y demostró bronca, fastidio y soberbia, al decir que ellos estaban seguros de ingresar al ballotage, cuando ya los primeros sondeos de boca de urna lo daban a Telerman como el tercero. Otra vez se equivocó Feito, fue una lástima.

Buscó consuelo en sus allegadas, pero el fracaso no lo acarició. Después de sus comentarios, todos los medios de comunicación se centraron en los candidatos que irán al ballotage como Mauricio Macri y Daniel Filmus. El aire que recibía de los medios se lo sacaron como a un enfermo el tubo de oxigeno. La respiración se hizo más aguda, la coalición no sirvió, sus operaciones y aprietes políticos tampoco.

Tal vez pueda comprender que el poder no es para siempre y así vivir dignamente, pero eso costará, porque quien se acostumbra a traicionar no encuentra la manera de asumir sus errores y ver lo chiquito que es ante un mundo tan grande. (PUNTO CERO).

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