BUENOS AIRES, Junio 22, (PUNTO CERO-La Política OnLine) Cristina Kirchner esta rayando la furia. Como en una de esas imborrables novelas del uruguayo Juan Carlos Onetti, el escenario parece destinado a un éxito imposible, y la dicotomía que separa el triunfo del abismo es una delgada línea que empieza a diluirse con el tiempo.
Esquirlas, signos de prepotencia devenidos en impotencia, el viaje de la primera dama a Suiza sirvió para que atenué su ira con el presidente Kirchner, quien lejos de protegerla le esta minando el camino a la Presidencia, se supone sin mala voluntad.
El resultado de las elecciones de gobernador del pasado domingo en la austral Tierra del Fuego terminó de crispar los ánimos. La aparición en el escenario de lo posible de un triunfo de la candidata del ARI Fabiana Ríos, con la chances de ser gestión y salir de ese incómodo latiguillo de ser un mero partido de denuncia, exasperó los humores de la Primera Dama.
Cristina Kirchner, y este medio lo informó oportunamente, esta inquieta por el rol que siguen cumpliendo los patagónicos más cercanos a su marido, a los cuales aborrece, y esta palabra no es una elección casual ni un lunfardo elegido al azar. Es la pura realidad.
La primera dama no quiere ni soporta más el rol clave que cumple el ex chofer presidencial devenido en millonario, Rudy Ulloa Igor, que ahora no solo se dedicaría a los negocios, sino que actúa como un estratégico operador político. También, la Reina Cristina como alguna vez la definió Olga Wornat, no tendría buen diálogo con el empresario preferido del Imperio K, el constructor Lázaro Báez.
Néstor Kirchner tomó la decisión de instruir a Rudy para que le den rienda suelta a Jorge Garramuño, en una sobreacutuación de maquiavelismo que apuntaba a garantizar que cualquiera fuera el ganador de la elección, iba a ser un hombre de la Casa Rosada.
Como se sabe, Garramuño es el intendente de Ushuaia del Movimiento Popular Fueguino y fue a la elección aliado al radicalismo local y con el peronista Daniel Gallo. Lo enfrentaba el gobernador kirchnerista Hugo Cóccaro. La realidad barrió con esta mesa de arena, pura teoría y especulación vacía.
La jugada solo sirvio para disparar una de las elecciones más sucias que se recuerden, y provocar la fuga masiva de votos de ambos candidatos hacia Fabiana Ríos. Lilita Carrió agradecida.
Amenazas,filaciones de coimeros, un presunto intento de asesinato y una ultra kirchnerista como Rosana Bertone afirmando suelta de cuerpo que Cóccaro "mandó a matar gente", terminaron de torcer el resultado.
Y hoy Fabiana Ríos esta a un paso de la victoria, y de propinarle a este gobierno un doblete fatal de derrotas, el próximo domingo, donde ya se anticipa un triunfo de Mauricio Macri en la Capital.
La estrategia de Rudy desbancó lo que se daba como un hecho. Y Cristina estalló de furia. Con su marido, y con los patagónicos que siguen mirando desde una platea las derrotas electorales y la causa Skanska, mientras compran encuestas -y medios- para sumar confianza en un clima cada vez más espeso.
Hay que recordar que la agrupación Compromiso K, de la cual no casualmente Carlos Zanini ya no quiere ni oir hablar, quizo participar en los actos del pasado 25 de mayo en Mendoza junto al presidente, la senadora y el gobernador Julio Cobos. Y la propia Cristina dijo que si veía a Rudy por esos pagos pondría el grito en el cielo. Disputa que también tuvo su correlato en el pago chico, cuando Rudy y los suyos conspiraron contra Sergio Acevedo -un protegido de la Primera Dama-, para colocar en su lugar al impresentable de Carlos Sancho, que terminó como terminó. Como se ve, una de esas historias que nunca terminan, como las ambiciones humanas. (PUNTO CERO-La Política OnLine).
Esquirlas, signos de prepotencia devenidos en impotencia, el viaje de la primera dama a Suiza sirvió para que atenué su ira con el presidente Kirchner, quien lejos de protegerla le esta minando el camino a la Presidencia, se supone sin mala voluntad.
El resultado de las elecciones de gobernador del pasado domingo en la austral Tierra del Fuego terminó de crispar los ánimos. La aparición en el escenario de lo posible de un triunfo de la candidata del ARI Fabiana Ríos, con la chances de ser gestión y salir de ese incómodo latiguillo de ser un mero partido de denuncia, exasperó los humores de la Primera Dama.
Cristina Kirchner, y este medio lo informó oportunamente, esta inquieta por el rol que siguen cumpliendo los patagónicos más cercanos a su marido, a los cuales aborrece, y esta palabra no es una elección casual ni un lunfardo elegido al azar. Es la pura realidad.
La primera dama no quiere ni soporta más el rol clave que cumple el ex chofer presidencial devenido en millonario, Rudy Ulloa Igor, que ahora no solo se dedicaría a los negocios, sino que actúa como un estratégico operador político. También, la Reina Cristina como alguna vez la definió Olga Wornat, no tendría buen diálogo con el empresario preferido del Imperio K, el constructor Lázaro Báez.
Néstor Kirchner tomó la decisión de instruir a Rudy para que le den rienda suelta a Jorge Garramuño, en una sobreacutuación de maquiavelismo que apuntaba a garantizar que cualquiera fuera el ganador de la elección, iba a ser un hombre de la Casa Rosada.
Como se sabe, Garramuño es el intendente de Ushuaia del Movimiento Popular Fueguino y fue a la elección aliado al radicalismo local y con el peronista Daniel Gallo. Lo enfrentaba el gobernador kirchnerista Hugo Cóccaro. La realidad barrió con esta mesa de arena, pura teoría y especulación vacía.
La jugada solo sirvio para disparar una de las elecciones más sucias que se recuerden, y provocar la fuga masiva de votos de ambos candidatos hacia Fabiana Ríos. Lilita Carrió agradecida.
Amenazas,filaciones de coimeros, un presunto intento de asesinato y una ultra kirchnerista como Rosana Bertone afirmando suelta de cuerpo que Cóccaro "mandó a matar gente", terminaron de torcer el resultado.
Y hoy Fabiana Ríos esta a un paso de la victoria, y de propinarle a este gobierno un doblete fatal de derrotas, el próximo domingo, donde ya se anticipa un triunfo de Mauricio Macri en la Capital.
La estrategia de Rudy desbancó lo que se daba como un hecho. Y Cristina estalló de furia. Con su marido, y con los patagónicos que siguen mirando desde una platea las derrotas electorales y la causa Skanska, mientras compran encuestas -y medios- para sumar confianza en un clima cada vez más espeso.
Hay que recordar que la agrupación Compromiso K, de la cual no casualmente Carlos Zanini ya no quiere ni oir hablar, quizo participar en los actos del pasado 25 de mayo en Mendoza junto al presidente, la senadora y el gobernador Julio Cobos. Y la propia Cristina dijo que si veía a Rudy por esos pagos pondría el grito en el cielo. Disputa que también tuvo su correlato en el pago chico, cuando Rudy y los suyos conspiraron contra Sergio Acevedo -un protegido de la Primera Dama-, para colocar en su lugar al impresentable de Carlos Sancho, que terminó como terminó. Como se ve, una de esas historias que nunca terminan, como las ambiciones humanas. (PUNTO CERO-La Política OnLine).
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