BUENOS AIRES, Mayo 27, (PUNTO CERO-La Política On Line) El vicegobernador comenzó a armar una estructura política propia que recuerda al viejo Lipebo. Mientras en la superfie aparece alineado con Néstor Kirchner, suma fuerzas para el caso que el ex presidente decida apoyar la reelcción de José María Díaz bancalari al frente del PJ bonaerense.
El declive político del matrimonio Kirchner sigue provocando movimientos autónomos en el peronismo, impensados poco tiempo atrás. Ahora nada menos que en el corazón del PJ bonaerense, que es como hablar del corazón del peronismo, es que comenzó a darse un reposicionamiento que abre enormes interrogantes en el poder.
La cabeza visible de esta novedad es el vicegobernador Alberto Balestrini, que inició un trabajo de armado político que no está bajo la supervisión de Néstor Kirchner. No es la primera vez que Balestrini muestra sorprendentes gestos de independencia política.
En pleno apogeo del aparato duhaldista armó el famoso grupo de "Los tres mosqueteros", con los entonces intendentes Julio Alak y Juanjo Álvarez. Se planteaban como un espacio autónomo e independiente en la interna entre Eduardo Duhalde y Carlos Menem que por entonces tensionaba al peronismo.
Todos los hombres del vicegobernador
Con la misma lógica, que indica que Balestrini está viendo la necesidad de marcar cierta distancia respetuosa del kirchnerismo, ahora Balestrini sumó a experimentados dirigentes que supieron acompañar a Felipe Solá. La adquisición más fulgurante fue la de José María "Toco" González Fernández, ex cuñado y mano derecha de Solá.
Se trata de un muy experimentado dirigente, de origen radical como todos los González Fernández, pero que supo asimilarse con éxito al peronismo. Acompañó siempre a Solá, tanto en Agricultura, como en la vicegobernación y en la gobernación, en posiciones estratégicas en lo que hace al manejo de fondos, indispensables en toda construcción política seria. Hoy muy peleado con el ex gobernador integra el círculo más estrecho de Balestrini.
El vicegobernador también sumó al ex intendente de Quilmes y ex ministro felipista, Federico Scarabino, un "rebelde", en el buen sentido de la política provincial, así como al también ex ministro Eduardo Di Rocco.
"No es ninguna pavada lo que está sumando Balestrini, son hombres muy curtidos en las internas del PJ bonaerense, a los que además les tocó gobernar la provincia en una de sus épocas más duras, en plena crisis post 2001, cuando Ruckauf abandonó la gobernación", explicó a La Política Online un destacado dirigente del peronismo bonaerense.
La interna con Díaz Bancalari
Detrás de esta movida se esconde, en el plano más cercano, la sorda disputa que recorre la provincia por la conducción del PJ bonaerense que deberá renovarse este año. Balestrini ya no confía en la promesa que en su momento le hizo Néstor Kirchner, cuando le aseguró que él sería el sucesor de José María Díaz Bancalari al frente del partido en la provincia. El sabrá porqué.
Pero en todo caso, está claro que no se quedó de brazos cruzados y comenzó a armar políticamente, como se llama a ese ejercicio de sumar voluntades que expresen a su vez la posibilidad de contar con cierta fuerza a nivel "territorial", esto es punteros para pelear internas y elecciones.
En ese sentido, la presencia de Di Rocco no es inocente. Este ex ministro es oriundo de San Nicolás y mantiene hace años una tenaz interna de pago chico con Díaz Bancalari.
"Balestrini cree que Kirchner puede terminar apoyando la reelección de Díaz Bancalari, que está más chupa medias que nunca", explicó a La Política Online una fuente del PJ bonaerense con el lenguaje directo que prefieren los peronistas.
Como sea, la movida de Balestrini plantea un interrogante de cierta importancia sobre el real control que tiene Néstor Kirchner por estos días sobre el núcleo de su poder. El ex presidente enfrentó y derrotó a Eduardo Duhalde en el 2005, porque con una visión que en un punto reivindica el modelo de Juan Manuel de Rosas, cree que desde la jefatura política de la provincia de Buenos Aires -y en especial el Conurbano- se ordena el país.
Por eso, para el ex presidente un intendente del Conurbano merece el mismo trato o incluso más deferente, que un gobernador.
"Kirchner piensa que el poder está en la provincia de Buenos Aires. Por eso se dio el lugar de jefe político real del PJ bonaerense y desde ahí articula una relación radial con todos los gobernadores. Y en ese sentido, tal vez el obediente Díaz Bancalari le sea más funcional que Balestrini", explicó a La Política Online un dirigente bonaerense.
En todo caso, la posibilidad de librar una interna con el ex presidente no parece asustar a Balestrini, que ya en las elecciones pasadas amenazó con cortar la boleta de Cristina Kirchner si desde la Casa Rosada no desactivaban las listas "colectoras" que habían armado en su distrito, La Matanza, que a ojos de los Kirchner, vale como dos o tres provincias chicas.
El declive político del matrimonio Kirchner sigue provocando movimientos autónomos en el peronismo, impensados poco tiempo atrás. Ahora nada menos que en el corazón del PJ bonaerense, que es como hablar del corazón del peronismo, es que comenzó a darse un reposicionamiento que abre enormes interrogantes en el poder.
La cabeza visible de esta novedad es el vicegobernador Alberto Balestrini, que inició un trabajo de armado político que no está bajo la supervisión de Néstor Kirchner. No es la primera vez que Balestrini muestra sorprendentes gestos de independencia política.
En pleno apogeo del aparato duhaldista armó el famoso grupo de "Los tres mosqueteros", con los entonces intendentes Julio Alak y Juanjo Álvarez. Se planteaban como un espacio autónomo e independiente en la interna entre Eduardo Duhalde y Carlos Menem que por entonces tensionaba al peronismo.
Todos los hombres del vicegobernador
Con la misma lógica, que indica que Balestrini está viendo la necesidad de marcar cierta distancia respetuosa del kirchnerismo, ahora Balestrini sumó a experimentados dirigentes que supieron acompañar a Felipe Solá. La adquisición más fulgurante fue la de José María "Toco" González Fernández, ex cuñado y mano derecha de Solá.
Se trata de un muy experimentado dirigente, de origen radical como todos los González Fernández, pero que supo asimilarse con éxito al peronismo. Acompañó siempre a Solá, tanto en Agricultura, como en la vicegobernación y en la gobernación, en posiciones estratégicas en lo que hace al manejo de fondos, indispensables en toda construcción política seria. Hoy muy peleado con el ex gobernador integra el círculo más estrecho de Balestrini.
El vicegobernador también sumó al ex intendente de Quilmes y ex ministro felipista, Federico Scarabino, un "rebelde", en el buen sentido de la política provincial, así como al también ex ministro Eduardo Di Rocco.
"No es ninguna pavada lo que está sumando Balestrini, son hombres muy curtidos en las internas del PJ bonaerense, a los que además les tocó gobernar la provincia en una de sus épocas más duras, en plena crisis post 2001, cuando Ruckauf abandonó la gobernación", explicó a La Política Online un destacado dirigente del peronismo bonaerense.
La interna con Díaz Bancalari
Detrás de esta movida se esconde, en el plano más cercano, la sorda disputa que recorre la provincia por la conducción del PJ bonaerense que deberá renovarse este año. Balestrini ya no confía en la promesa que en su momento le hizo Néstor Kirchner, cuando le aseguró que él sería el sucesor de José María Díaz Bancalari al frente del partido en la provincia. El sabrá porqué.
Pero en todo caso, está claro que no se quedó de brazos cruzados y comenzó a armar políticamente, como se llama a ese ejercicio de sumar voluntades que expresen a su vez la posibilidad de contar con cierta fuerza a nivel "territorial", esto es punteros para pelear internas y elecciones.
En ese sentido, la presencia de Di Rocco no es inocente. Este ex ministro es oriundo de San Nicolás y mantiene hace años una tenaz interna de pago chico con Díaz Bancalari.
"Balestrini cree que Kirchner puede terminar apoyando la reelección de Díaz Bancalari, que está más chupa medias que nunca", explicó a La Política Online una fuente del PJ bonaerense con el lenguaje directo que prefieren los peronistas.
Como sea, la movida de Balestrini plantea un interrogante de cierta importancia sobre el real control que tiene Néstor Kirchner por estos días sobre el núcleo de su poder. El ex presidente enfrentó y derrotó a Eduardo Duhalde en el 2005, porque con una visión que en un punto reivindica el modelo de Juan Manuel de Rosas, cree que desde la jefatura política de la provincia de Buenos Aires -y en especial el Conurbano- se ordena el país.
Por eso, para el ex presidente un intendente del Conurbano merece el mismo trato o incluso más deferente, que un gobernador.
"Kirchner piensa que el poder está en la provincia de Buenos Aires. Por eso se dio el lugar de jefe político real del PJ bonaerense y desde ahí articula una relación radial con todos los gobernadores. Y en ese sentido, tal vez el obediente Díaz Bancalari le sea más funcional que Balestrini", explicó a La Política Online un dirigente bonaerense.
En todo caso, la posibilidad de librar una interna con el ex presidente no parece asustar a Balestrini, que ya en las elecciones pasadas amenazó con cortar la boleta de Cristina Kirchner si desde la Casa Rosada no desactivaban las listas "colectoras" que habían armado en su distrito, La Matanza, que a ojos de los Kirchner, vale como dos o tres provincias chicas.
Aquella vez se impuso y su hombre, Fernando Espinoza, sigue siendo intendente. Habrá que ver si la suerte vuelve a acompañarlo, pero como en política la suerte es indispensable pero no alcanza, Balestrini se prepara -con discreción- para la eventualidad de una batalla. (PUNTO CERO-La Política On Line).
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