LUJAN, Marzo 07, (PUNTO CERO-El Civismo). Frontal, la ex edil explicó su doble renuncia. Dijo que al diputado Juan Carlos Juárez “lo hubiese traído de una oreja”. Y admitió que no le cree.
- ¿A qué responde su decisión de renunciar a la Unión Vecinal y a su banca?
- Llegué a esto a pesar de que siempre pude manifestar lo que sentí y trabajé con libertad. Una libertad que me permitió votar en disenso con mi bloque. Por eso siempre voy a estar agradecida. Pasó con el Bingo o con el aumento de tasas en la gestión de Prince. Pero siempre tuve diferencias, a lo mejor de metodología. Yo soy directa o más directa que otros. Ahora esas diferencias eran irreconciliables. Recalco esto: no estoy haciendo un juicio de valor. No hay buenos o malos, sino distintos.
- Por cómo actuó, ¿sus diferencias eran con su partido y no tanto con su bloque?
- Sí. Las diferencias grandes eran con el partido.
- ¿Qué porcentaje de influencia tuvo en su decisión la denuncia contra Juan Carlos Juárez?
- El caso Juárez me terminó de cerrar posiciones. A lo mejor pude ver un montón de cosas que antes no había notado. Vi que las diferencias no se podían conciliar. La reunión del Ateneo me hizo decir ‘hasta acá llegué’.
- Usted, ¿qué hubiese esperado de la UV?
- Hubiese actuado de otra manera. Lo planteé y dije que la gente me estaba preguntando si íbamos a salir a hablar, si venía Juárez a dar explicaciones. Si no tengo nada que ver, tengo que salir a decirlo para darle tranquilidad a la gente que nos votó. La Unión Vecinal no es poca cosa en Luján. Teníamos que dar respuestas. Para mí correspondía hacer eso.
- En esa reunión que usted cita se lo invitó a Juárez. ¿Qué fue lo que no le cerró?
- Difiero en los tiempos y en la metodología. Que venga Juárez un mes después (de la denuncia) a una reunión, a mí no me servía. Y se lo dije a Juárez. Tenía que hablar inmediatamente con la Unión Vecinal porque estoy convencida de que esto manchó al partido, lo salpicó. Si no, había que hacer como hacía mi mamá cuando éramos chicos y nos portábamos mal: nos traía de una oreja. Yo lo hubiese traído a Juárez de una oreja para que dé explicaciones.
- Juárez, a los pocos días de conocido el caso, dio una conferencia de prensa. Y después fue a esa reunión de la UV. Evidentemente, tampoco cree mucho en las explicaciones de Juárez.
- Creo que él, antes de dar su conferencia de prensa, como mínimo debió avisar a la Unión Vecinal. Pero habló sin consultar antes con el vecinalismo. En lo personal, creo que su actitud repercutía en la UV. Y un mes después, a mí no me servía.
- ¿Por qué renunció a su partido y no se quedó con su banca?
- Renuncié al partido porque las diferencias ya no se podían conciliar. Y a mí me votó la gente, pero fue así porque estaba en una lista y en un partido. Me parece que corresponde que si renunciás al partido tenés que renunciar a la banca y dar libertad para que se siente ahí quien seguía en esa lista.
- ¿Qué otras diferencias tiene con la dirigencia vecinalista?
- Siempre hubo diferencias con la metodología porque soy de decir lo que pienso y de responder. El caso Juárez me puso en una posición irreconciliable. No podía seguir opinando diferente dentro del partido.
- ¿Su posición era minoría dentro del partido?
- Por lo menos fui la única que me expresé distinto, sin contar a Hugo Cano. Mi postura de pedir explicaciones ya, o de decirle directamente a Juárez que no le creo, no lo escuché de otros. A lo mejor son distintas personalidades.
- ¿Le explicó su decisión a Amado?
- Ya la conocía. No hacía falta. Pero en la nota que presento a los vecinalistas expliqué algunas cosas. Agradecí trabajar con libertad y ratifiqué mis diferencias de método.
- Luciani calificó su accionar como digno. ¿Cómo toma esa definición?
- Agradezco las palabras de Oscar. Una concejal, delante de mí, le dijo a otros que no había que sorprenderse por mi decisión porque tiene el sello mío. Yo soy así. Para unos será un defecto, para otros una virtud. Hoy estoy tranquila de conciencia. Y si bien pensé que esto iba a crear un poco de escozor, nunca imaginé lo que provocó. Los llamados que tuve fueron increíbles. Me hizo sentir rara. Hubo vecinalistas que me dijeron que sentían lo sucedido como un duelo. Eso me mató porque no lo esperaba.
- ¿Cómo evalúa el futuro de la Unión Vecinal?
- Tengo fe. Por lo que leí el miércoles en EL CIVISMO, se tomarán medidas (aún no se había anunciado la ruptura del interbloque). Luciani levantará la bandera de otro tipo de medidas. En la famosa reunión del Ateneo, Amado explicó que la alianza con Juárez fue para las elecciones 2007 y que ahí terminó, más allá de las consecuencias. Yo le pedí que diga eso a la gente. En 2009 creo que la Unión Vecinal no estará encadenada a Juárez. Al menos no hay nada firmado.
- ¿Cómo sigue su vida política?
- Renuncié a ella. Me voy a dedicar a lo mío y a regresar a mi trabajo de docente, que lo amo profundamente.
- ¿A qué responde su decisión de renunciar a la Unión Vecinal y a su banca?
- Llegué a esto a pesar de que siempre pude manifestar lo que sentí y trabajé con libertad. Una libertad que me permitió votar en disenso con mi bloque. Por eso siempre voy a estar agradecida. Pasó con el Bingo o con el aumento de tasas en la gestión de Prince. Pero siempre tuve diferencias, a lo mejor de metodología. Yo soy directa o más directa que otros. Ahora esas diferencias eran irreconciliables. Recalco esto: no estoy haciendo un juicio de valor. No hay buenos o malos, sino distintos.
- Por cómo actuó, ¿sus diferencias eran con su partido y no tanto con su bloque?
- Sí. Las diferencias grandes eran con el partido.
- ¿Qué porcentaje de influencia tuvo en su decisión la denuncia contra Juan Carlos Juárez?
- El caso Juárez me terminó de cerrar posiciones. A lo mejor pude ver un montón de cosas que antes no había notado. Vi que las diferencias no se podían conciliar. La reunión del Ateneo me hizo decir ‘hasta acá llegué’.
- Usted, ¿qué hubiese esperado de la UV?
- Hubiese actuado de otra manera. Lo planteé y dije que la gente me estaba preguntando si íbamos a salir a hablar, si venía Juárez a dar explicaciones. Si no tengo nada que ver, tengo que salir a decirlo para darle tranquilidad a la gente que nos votó. La Unión Vecinal no es poca cosa en Luján. Teníamos que dar respuestas. Para mí correspondía hacer eso.
- En esa reunión que usted cita se lo invitó a Juárez. ¿Qué fue lo que no le cerró?
- Difiero en los tiempos y en la metodología. Que venga Juárez un mes después (de la denuncia) a una reunión, a mí no me servía. Y se lo dije a Juárez. Tenía que hablar inmediatamente con la Unión Vecinal porque estoy convencida de que esto manchó al partido, lo salpicó. Si no, había que hacer como hacía mi mamá cuando éramos chicos y nos portábamos mal: nos traía de una oreja. Yo lo hubiese traído a Juárez de una oreja para que dé explicaciones.
- Juárez, a los pocos días de conocido el caso, dio una conferencia de prensa. Y después fue a esa reunión de la UV. Evidentemente, tampoco cree mucho en las explicaciones de Juárez.
- Creo que él, antes de dar su conferencia de prensa, como mínimo debió avisar a la Unión Vecinal. Pero habló sin consultar antes con el vecinalismo. En lo personal, creo que su actitud repercutía en la UV. Y un mes después, a mí no me servía.
- ¿Por qué renunció a su partido y no se quedó con su banca?
- Renuncié al partido porque las diferencias ya no se podían conciliar. Y a mí me votó la gente, pero fue así porque estaba en una lista y en un partido. Me parece que corresponde que si renunciás al partido tenés que renunciar a la banca y dar libertad para que se siente ahí quien seguía en esa lista.
- ¿Qué otras diferencias tiene con la dirigencia vecinalista?
- Siempre hubo diferencias con la metodología porque soy de decir lo que pienso y de responder. El caso Juárez me puso en una posición irreconciliable. No podía seguir opinando diferente dentro del partido.
- ¿Su posición era minoría dentro del partido?
- Por lo menos fui la única que me expresé distinto, sin contar a Hugo Cano. Mi postura de pedir explicaciones ya, o de decirle directamente a Juárez que no le creo, no lo escuché de otros. A lo mejor son distintas personalidades.
- ¿Le explicó su decisión a Amado?
- Ya la conocía. No hacía falta. Pero en la nota que presento a los vecinalistas expliqué algunas cosas. Agradecí trabajar con libertad y ratifiqué mis diferencias de método.
- Luciani calificó su accionar como digno. ¿Cómo toma esa definición?
- Agradezco las palabras de Oscar. Una concejal, delante de mí, le dijo a otros que no había que sorprenderse por mi decisión porque tiene el sello mío. Yo soy así. Para unos será un defecto, para otros una virtud. Hoy estoy tranquila de conciencia. Y si bien pensé que esto iba a crear un poco de escozor, nunca imaginé lo que provocó. Los llamados que tuve fueron increíbles. Me hizo sentir rara. Hubo vecinalistas que me dijeron que sentían lo sucedido como un duelo. Eso me mató porque no lo esperaba.
- ¿Cómo evalúa el futuro de la Unión Vecinal?
- Tengo fe. Por lo que leí el miércoles en EL CIVISMO, se tomarán medidas (aún no se había anunciado la ruptura del interbloque). Luciani levantará la bandera de otro tipo de medidas. En la famosa reunión del Ateneo, Amado explicó que la alianza con Juárez fue para las elecciones 2007 y que ahí terminó, más allá de las consecuencias. Yo le pedí que diga eso a la gente. En 2009 creo que la Unión Vecinal no estará encadenada a Juárez. Al menos no hay nada firmado.
- ¿Cómo sigue su vida política?
- Renuncié a ella. Me voy a dedicar a lo mío y a regresar a mi trabajo de docente, que lo amo profundamente.
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