miércoles, marzo 04, 2009

Malvinas Argentinas: Todo una pinturita.


“AQUÍ” La Noticia, doblando la esquina, se llevó una grata sorpresa y encontró a un artista que vende sus cuadros en una vereda de Tortuguitas. Pase y vea cómo el amor por el arte todavía existe.
La vida siempre te sorprende y casi siempre cuando menos lo esperas, a la vuelta de la esquina, de repente, te encontrás con esa sorpresa, así fue como doblando por la esquina de Moreno y Misiones, en Toruguitas, Malvinas Argentinas, descubrimos un artista único y sin igual.
Ramón Villafañe, de 69 años, estaba parado en la vereda junto a unos cuadros expuestos que vendía. Él es pintor de cuadros al oleo y de murales y, como dijimos, ofrece su arte en la calle. Porque prefiere esa manera de llegar a la gente él lo explica de esta forma “porque uno va al negocio y te hacen este verso: “deja 3 o 4 cuadros y pasa dentro de 15 días”, cuando vas a los 15 días te miran como un enemigo. Te dicen que “no pude vender ninguno” y me cansaron. Me peleaba con todo el mundo. Entonces un día dije los pongo en la calle. Un cuadro que lo tienen que vender a $200 o $300 lo vendo por la mitad y es más accesible y estoy más en contacto con la gente. Me compra el cuadro, se lo lleva y quedamos los dos contentos”.
Si bien no tiene el reconocimiento de los artistas contemporáneos Villafañe es popular en Tortuguitas ya que hace cerca de 6 años que vende sus cuadros casi todos los días en esa zona. Cuenta que hace más de cincuenta años que pinta, “más o menos desde el año 55. Me gustaba, yo iba a mirar los cuadros, las exposiciones de pinturas. Entonces empezaba a tratar de hacer algo yo también. Antes me iba a Bellas Artes de la calle Córdoba y pagaba una entrada de $2 y dibujaba libre las modelos que había ahí. Después pasaba un profesor, que no era obligación, y te aconsejaba. Era un ambiente que extraño, ese olorcito de pintura, los caballetes, ver los muchachos dibujando…”
El Señor Ramón asegura que con la pintura en si “vivo mal, pero vivo. Todos los pintores viven igual, no puedo ser la excepción”.
Sera por eso que él prefiere retratar la pobreza, “hay un tipo de cuadro que no lo puedo vender en la calle porque a mi me gusta, es un gusto personal, que es la pintura sobre la pobreza. El reflejo de la realidad.Una vez una señora me dijo “usted pinta la pobreza…” y sí, si yo vengo de abajo. Cuando éramos chicos parábamos en Villa Dominico en un ranchito que era de lona de verdad y la pasamos mal con mi vieja. Con los años volvimos a Tucumán y yo después volví y trabaje con mi tío, de pintor de casas. Así fueron pasando los años y siempre insistiendo en la pintura”.
Pero para poder hacer alguna venta tiene que crear oleos que marquen otra realidad, “en la calle hay que hacer obras más vistosas, más lindas, que la gente se impacte con lo que ve. Por ejemplo el reflejo del agua, el bote que se refleje, la montaña, eso es más comercial”, reconoce.
Los cuadros de Ramón Villafañe fueron expuestos en diversos lugares y obtuvo diferentes galardones “exposiciones individuales hice en el campo, en Carlos Casares, 9 de Julio y toda esa zona y después en los salones de pinturas donde me han dado 1° Premio, 2° Premio, Menciones y así me la fui rebuscando. Expuse también en el salón Primavera del Predio Municipal y eso ya es suficiente. Yo siempre digo “llevas un cuadro a un salón y no pretendas que te den un premio de entrada, con que te lo acepten ponente contento”.
Los tiempos de cuando Villafañe empezó a pintar han cambiado antes las obras tenían otra trascendencia y la gente las ponía en un buen lugar pero la globalización y otros menesteres hicieron que se prefiriera una lamina y en lugar de cuadro pintado a mano. Pero para Villafañe “la Pintura esta activa porque un cuadro al oleo tiene una magia, pasas un día y le descubrís algo, al otro día le descubrís otra cosa, en cambio a una lamina no le encontrás nada nuevo”.
Él sostiene que “lo que pasa es que te meten cosas por los ojos. Pero la pintura es distinta. Siempre vinieron láminas de otros países y que eran boom pero pasaban dos años y la gente volvía a la pintura”.Lo de este hombre es una muestra de que el amor por lo que a uno le gusta no se muere nunca y aunque se les cierren la puertas de los negocios y otros lugares de ventas, él seguirá pintando y brindando su arte a la gente.

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