(Blanco sobre Negro). Quilmes Francisco Gutiérrez, encara sus últimos dos años de mandato sabiendo que el 11 de diciembre de 2011 deberá dejar en manos de otro jefe comunal la jefatura comunal.
Si alguna vez soñó con convertirse en el primer intendente reelecto (y en verdad lo soñó) el 28 de junio estrelló sus sueños contra la realidad.
Los magros resultados obtenidos, apenas el 35, 9 por ciento de los votos, indican que Gutiérrez no pudo consolidarse en el distrito con peso propio. Para colmo Néstor Kirchner obtuvo más sufragios que el jefe comunal, lo que demuestra a las claras que de no haber contado con la boleta del ofi cialismo, los resultados hubiesen sido peores.
El intendente de Quilmes Francisco Gutiérrez, encara sus últimos dos años de mandato sabiendo que el 11 de diciembre de 2011 deberá dejar en manos de otro jefe comunal la jefatura comunal.
Si alguna vez soñó con convertirse en el primer intendente reelecto (y en verdad lo soñó) el 28 de junio estrelló sus sueños contra la realidad.
Los magros resultados obtenidos, apenas el 35, 9 por ciento de los votos, indican que Gutiérrez no pudo consolidarse en el distrito con peso propio. Para colmo Néstor Kirchner obtuvo más sufragios que el jefe comunal, lo que demuestra a las claras que de no haber contado con la boleta del ofi cialismo, los resultados hubiesen sido peores.
Gutiérrez perdió en todos los centros. Quilmes, Bernal, Quilmes Oeste y Ezpeleta le dieron la espalda. En algunos lugares terminó tercero y hubo algunas mesas de Quilmes Centro (Colegio Nazaret y Escuela 19 entre otros) donde incluso las boletas de Martín Sabatella sumaron más voluntades que las del intendente.
También se cayeron los sueños (o las bravuconadas) sobre alcanzar 8 concejales y el 50 o 60 por ciento de los votos. La elección ha demostrado que la ciudad no lo quiere y que, salvo aquellos sectores muy pobres de la ciudad donde las prebendas y el clientelismo son la base de la subsistencia cotidiana de decenas de miles de hogares; no consigue hacer pie entre los ciudadanos.
Gutiérrez tiene atado su destino a un kirchnerismo que se extingue y sabe que el peronismo histórico no lo quiere. Que su nombre es rechazado en la sección electoral y en la provincia donde los principales caciques bonaerenses preferirían dialogar en Quilmes con “un peronista de verdad” -como suelen decir.
Pero incluso dentro del kirchnerismo, Gutiérrez enfrenta problemas. Su inmediato competidor, aquel a quien soñó borrar del panorama local; lejos de quedar fuera del gabinete, como pronosticó la semana anterior un periodista que recibe jugosas pautas publicitarias; hoy es quien lo maneja. Aníbal Fernández era la “mala palabra” en el gobierno quilmeño que hoy espera seguir manteniendo la alianza conformada unas semanas antes de las elecciones para contar con apenas 9 concejales y con ellos evitar que la oposición logre los 2/3.
Ni hablar de mayoría. Gutiérrez tiene tan solo cinco concejales propios. Otro se lo prestará Eduardo Camaño y los tres restantes el actual Jefe de Gabinete, ese al que el secretario de Producción, Guillermo Robledo, acusó públicamente de comandar sicarios para asesinar quilmeños.
A lo sumo podrá agregar a Carlos Posh, un concejal que se quedó afuera del armado de Unión-PRO y que suele votar muy pero muy seguido con el ofi cialismo, desgraciadamente también en temas rodeados de sospechas.
La oposición va por el Concejo Tanto Roberto Gaudio como José María Salustio que conformaron la lista local de Unión-PRO; como Mario Sahagún, cabeza de la lista del Acuerdo Cívico, ya han dicho que creen que los opositores deben hacerse cargo del Concejo Deliberante cuando se renueven las autoridades legislativas.
Juntos suman 12 concejales. La “llave del quórum” y aseguran que los heridos Jorge Molina y Ricardo “Oli” Argüello se sumen a la movida.
Estos dos últimos son la línea sucesoria del intendente y ambos abandonaron el gobierno dolidos por la actitud del Intendente y los suyos hacia sus estructuras.
En el caso de Argüello el dolor es mayor ya que durante la caravana de cierre de campaña, el propio sobrino del jefe comunal golpeó duramente a su hijo de 14 años.
Con este panorama no habrá más “superpoderes” para cambiar partidas y seguramente
tampoco habrá gastos en personal que superen la recaudación propia de la Municipalidad. La oposición sabe que después de las elecciones, debe diferenciarse y mucho de un gobierno carente de futuro. Sabe también que no hay espacio para “medias tintas” ni para avalar ninguna medida como aumento de tasas o excesos en gastos sin que la ciudadanía no se entere.
En esta difícil encrucijada Gutiérrez y los suyos aspiran por lo menos a “hacer la plancha” los 30 meses que le quedan por delante.
Si alguna vez soñó con convertirse en el primer intendente reelecto (y en verdad lo soñó) el 28 de junio estrelló sus sueños contra la realidad.
Los magros resultados obtenidos, apenas el 35, 9 por ciento de los votos, indican que Gutiérrez no pudo consolidarse en el distrito con peso propio. Para colmo Néstor Kirchner obtuvo más sufragios que el jefe comunal, lo que demuestra a las claras que de no haber contado con la boleta del ofi cialismo, los resultados hubiesen sido peores.
El intendente de Quilmes Francisco Gutiérrez, encara sus últimos dos años de mandato sabiendo que el 11 de diciembre de 2011 deberá dejar en manos de otro jefe comunal la jefatura comunal.
Si alguna vez soñó con convertirse en el primer intendente reelecto (y en verdad lo soñó) el 28 de junio estrelló sus sueños contra la realidad.
Los magros resultados obtenidos, apenas el 35, 9 por ciento de los votos, indican que Gutiérrez no pudo consolidarse en el distrito con peso propio. Para colmo Néstor Kirchner obtuvo más sufragios que el jefe comunal, lo que demuestra a las claras que de no haber contado con la boleta del ofi cialismo, los resultados hubiesen sido peores.
Gutiérrez perdió en todos los centros. Quilmes, Bernal, Quilmes Oeste y Ezpeleta le dieron la espalda. En algunos lugares terminó tercero y hubo algunas mesas de Quilmes Centro (Colegio Nazaret y Escuela 19 entre otros) donde incluso las boletas de Martín Sabatella sumaron más voluntades que las del intendente.
También se cayeron los sueños (o las bravuconadas) sobre alcanzar 8 concejales y el 50 o 60 por ciento de los votos. La elección ha demostrado que la ciudad no lo quiere y que, salvo aquellos sectores muy pobres de la ciudad donde las prebendas y el clientelismo son la base de la subsistencia cotidiana de decenas de miles de hogares; no consigue hacer pie entre los ciudadanos.
Gutiérrez tiene atado su destino a un kirchnerismo que se extingue y sabe que el peronismo histórico no lo quiere. Que su nombre es rechazado en la sección electoral y en la provincia donde los principales caciques bonaerenses preferirían dialogar en Quilmes con “un peronista de verdad” -como suelen decir.
Pero incluso dentro del kirchnerismo, Gutiérrez enfrenta problemas. Su inmediato competidor, aquel a quien soñó borrar del panorama local; lejos de quedar fuera del gabinete, como pronosticó la semana anterior un periodista que recibe jugosas pautas publicitarias; hoy es quien lo maneja. Aníbal Fernández era la “mala palabra” en el gobierno quilmeño que hoy espera seguir manteniendo la alianza conformada unas semanas antes de las elecciones para contar con apenas 9 concejales y con ellos evitar que la oposición logre los 2/3.
Ni hablar de mayoría. Gutiérrez tiene tan solo cinco concejales propios. Otro se lo prestará Eduardo Camaño y los tres restantes el actual Jefe de Gabinete, ese al que el secretario de Producción, Guillermo Robledo, acusó públicamente de comandar sicarios para asesinar quilmeños.
A lo sumo podrá agregar a Carlos Posh, un concejal que se quedó afuera del armado de Unión-PRO y que suele votar muy pero muy seguido con el ofi cialismo, desgraciadamente también en temas rodeados de sospechas.
La oposición va por el Concejo Tanto Roberto Gaudio como José María Salustio que conformaron la lista local de Unión-PRO; como Mario Sahagún, cabeza de la lista del Acuerdo Cívico, ya han dicho que creen que los opositores deben hacerse cargo del Concejo Deliberante cuando se renueven las autoridades legislativas.
Juntos suman 12 concejales. La “llave del quórum” y aseguran que los heridos Jorge Molina y Ricardo “Oli” Argüello se sumen a la movida.
Estos dos últimos son la línea sucesoria del intendente y ambos abandonaron el gobierno dolidos por la actitud del Intendente y los suyos hacia sus estructuras.
En el caso de Argüello el dolor es mayor ya que durante la caravana de cierre de campaña, el propio sobrino del jefe comunal golpeó duramente a su hijo de 14 años.
Con este panorama no habrá más “superpoderes” para cambiar partidas y seguramente
tampoco habrá gastos en personal que superen la recaudación propia de la Municipalidad. La oposición sabe que después de las elecciones, debe diferenciarse y mucho de un gobierno carente de futuro. Sabe también que no hay espacio para “medias tintas” ni para avalar ninguna medida como aumento de tasas o excesos en gastos sin que la ciudadanía no se entere.
En esta difícil encrucijada Gutiérrez y los suyos aspiran por lo menos a “hacer la plancha” los 30 meses que le quedan por delante.
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