(asteriscos Tv). Hace unos días, algunas notas en los medios volvieron a mencionar la tendencia creciente de reemplazar a los porteros por personal de limpieza por hora, particularmente en edificios nuevos.
Pero lo que no se menciona es que la mayoría de éstos no tienen una vivienda destinada a tal efecto porque hace varios años que en las nuevas construcciones no se las incluye, o se destinan a otra cosa, básicamente por razones económicas.
Los constantes beneficios que se les fueron otorgando en los últimos años incrementan permanentemente el valor de las expensas y genera la imposibilidad creciente de pagarlas por parte de muchos propietarios e inquilinos, que viven en consorcios.
Pero a mayores beneficios, menores prestaciones de parte de los beneficiarios, en líneas generales. Es una constante, fácilmente comprobable.
Además, es sabido que el 80% de los problemas consorciales son de convivencia, pero ahora se agregó otro malestar, los porteros cuánto más ganan, menos realizan sus tareas específicas y no sólo cuestionan “todo” sino que además se permiten tarifar cualquier tarea que puedan o quieran hacer creer que no le corresponde.
Dice el refrán popular que el hilo se corta por lo más delgado.
Ningún consorcio tiene la obligación de tener un portero, hay mucha legislación al respecto que, por otra parte, es muy clara.
La contratación de personal de limpieza tiene su representación en el Sindicato de Obreros de Maestranza (SOM) que negocia los convenios colectivos con la Cámara de Empresas de Limpieza.
Conviene señalar que la tendencia de reemplazar al portero continua creciendo pese a las negaciones del SUTERH, sindicato que agrupa a los encargados y que es conocido en la jerga consorcial como la “dictadura sindical” por las constantes presiones que ejerce.
Desde este espacio venimos señalando que algunos consorcios alquilan o venden la portería para solventar el gasto de la empresa de limpieza.
Para alquilar la vivienda del encargado la ley requiere que sea aprobado por 2/3 de los propietarios y si se quiere vender se requiere el conforme del 100% de los dueños.
Y como el ahorro es significativo, aunque resulte sorprendente se consigue, siempre.
En algunos casos, lleva un poco más de tiempo pero una vez tomada la decisión y aunque a priori parezca una misión imposible.
Pero lo que no se menciona es que la mayoría de éstos no tienen una vivienda destinada a tal efecto porque hace varios años que en las nuevas construcciones no se las incluye, o se destinan a otra cosa, básicamente por razones económicas.
Los constantes beneficios que se les fueron otorgando en los últimos años incrementan permanentemente el valor de las expensas y genera la imposibilidad creciente de pagarlas por parte de muchos propietarios e inquilinos, que viven en consorcios.
Pero a mayores beneficios, menores prestaciones de parte de los beneficiarios, en líneas generales. Es una constante, fácilmente comprobable.
Además, es sabido que el 80% de los problemas consorciales son de convivencia, pero ahora se agregó otro malestar, los porteros cuánto más ganan, menos realizan sus tareas específicas y no sólo cuestionan “todo” sino que además se permiten tarifar cualquier tarea que puedan o quieran hacer creer que no le corresponde.
Dice el refrán popular que el hilo se corta por lo más delgado.
Ningún consorcio tiene la obligación de tener un portero, hay mucha legislación al respecto que, por otra parte, es muy clara.
La contratación de personal de limpieza tiene su representación en el Sindicato de Obreros de Maestranza (SOM) que negocia los convenios colectivos con la Cámara de Empresas de Limpieza.
Conviene señalar que la tendencia de reemplazar al portero continua creciendo pese a las negaciones del SUTERH, sindicato que agrupa a los encargados y que es conocido en la jerga consorcial como la “dictadura sindical” por las constantes presiones que ejerce.
Desde este espacio venimos señalando que algunos consorcios alquilan o venden la portería para solventar el gasto de la empresa de limpieza.
Para alquilar la vivienda del encargado la ley requiere que sea aprobado por 2/3 de los propietarios y si se quiere vender se requiere el conforme del 100% de los dueños.
Y como el ahorro es significativo, aunque resulte sorprendente se consigue, siempre.
En algunos casos, lleva un poco más de tiempo pero una vez tomada la decisión y aunque a priori parezca una misión imposible.
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