(La Política OnLine). Sus laderos del Concejo Deliberante, donde el intendente perdió la mayoría, modificaron el reparto de las comisiones que había sido acordado en diciembre. Premiaron a sus aliados del Movimiento Evita y castigaron a alkistas y kirchneristas, que tendrán una exigua participación. Los avatares que el intendente de La Plata Pablo Bruera viene sufriendo en el Concejo Deliberante, donde necesita aliados para empezar una sesión, lo obligaron a modificar el la distribución de cargos en las comisiones que se había negociado en diciembre.
Con la complicidad de sus nuevos socios, los concejales brueristas reformularon la repartija ya acordada y otorgaron premios y castigos. En el nuevo esquema, Bruera dejó en claro que está en guerra con el kirchnerismo duro y no le cedió ninguna presidencia al bloque del Ministro de Justicia Julio Alak, al que tampoco le dejará tener mayoría en ninguna de las comisiones. Y, sobre todo, esta vez favoreció las posiciones de sus aliados, quienes le permitieron realizar las últimas sesiones.
Un ejemplo se dio en la cesión de las dos comisiones principales a dos ediles pertenecientes al Movimiento Evita, comandado a nivel nacional por el kirchnerista Emilio Pérsico.
Ante la necesidad de mantener ese vínculo, la estratégica comisión de Legislación, Interpretación y Acuerdo, que en un principio estaba pautada para la jefa del bloque bruerista, Valeria Amendolara, caerá en manos de Silvana Soria. Y la comisión de Hacienda, que iba a ir para otra bruerista, Teresa Razzari, será encabezada por Lorena Riesgo.
El enfrentamiento entre Bruera y Kirchner tiene a la alianza Movimiento Evita y el intendente en vías de extinción. Pérsico, incluso, se mostró la semana pasada en una cena junto a Julio Alak. Su principal aliado en el distrito es nada menos que el jefe de gabinete del distrito, Santiago Martorelli, cuya continuidad está en permanente duda.
Pérsico, uno de los mayores beneficiados con el control de las cooperativas de trabajo de la provincia, está recibiendo una fuerte presión desde Casa Rosada para romper su alianza con el bruerismo, algo que no sería aceptado ni por Martorelli ni por las dos concejales del Evita.
Rápido de reflejos, Bruera tienta de esta manera a las concejalas para que al momento de elegir, permanezcan de su lado. Lo mismo hizo con el concejal oficialista Fabián Lugli, enfadado desde diciembre con la cúpula del Ejecutivo, a quien le dio la presidencia de la comisión de Transporte y Tránsito. Lugli de todos modos no estaría dispuesto a encabezar ninguna comisión.
El bruerismo también premió al aliado Enrique Capparelli al otrogarle la presidencia de la comisión de Planeamiento. Las únicas dos comisiones que quedaron en manos de brueristas convencidos fueron las de Seguridad, que presidirá Amendolara, y la de Obras públicas, cuyo titular sería Gabriel Céspedes. Todo esto deberá ser reglamentado la semana que viene, antes del inicio de las sesiones ordinarias previsto para el la primera semana de marzo.
Los acuerdos con la oposición
Por otra parte, el resto del reparto representa de manera fiel la situación del bloque oficialista con el resto de las bancadas. En las últimas semanas, en el medio de los rumores de una destitución pergeñada por el oficialismo, dos sectores de la oposición se plegaron al bruerismo para permitirle sesionar y espantar el fantasma del alakismo, al que de ninguna manera pretenden ayudar en su embestida contra Bruera.
Esos bloques pertenecen al disuelto Acuerdo Cívico y Social y a Unión Pro. Es así que la concejal de la Coalición Cívica, Julia Larcamón, presidirá la comisión de Cultura mientras que su compañera de bancada, Susana Sánchez, hará lo propio con la de Salud.
En tanto que Gastón Crespo, del Gen, presidirá la comisión de Derechos Humanos y Guillermo Duva, de la UCR, la de Turismo.
Jacinta Tritten, de Unión Pro, que se “solidarizó” con el bruerismo desde antes del avance kirchnerista, recibirá como premio la presidencia de la comisión de Producción. Y Daniel Caferra, el único concejal de Nuevo Encuentro, será el titular de la comisión de Participación Comunitaria.
Con la complicidad de sus nuevos socios, los concejales brueristas reformularon la repartija ya acordada y otorgaron premios y castigos. En el nuevo esquema, Bruera dejó en claro que está en guerra con el kirchnerismo duro y no le cedió ninguna presidencia al bloque del Ministro de Justicia Julio Alak, al que tampoco le dejará tener mayoría en ninguna de las comisiones. Y, sobre todo, esta vez favoreció las posiciones de sus aliados, quienes le permitieron realizar las últimas sesiones.
Un ejemplo se dio en la cesión de las dos comisiones principales a dos ediles pertenecientes al Movimiento Evita, comandado a nivel nacional por el kirchnerista Emilio Pérsico.
Ante la necesidad de mantener ese vínculo, la estratégica comisión de Legislación, Interpretación y Acuerdo, que en un principio estaba pautada para la jefa del bloque bruerista, Valeria Amendolara, caerá en manos de Silvana Soria. Y la comisión de Hacienda, que iba a ir para otra bruerista, Teresa Razzari, será encabezada por Lorena Riesgo.
El enfrentamiento entre Bruera y Kirchner tiene a la alianza Movimiento Evita y el intendente en vías de extinción. Pérsico, incluso, se mostró la semana pasada en una cena junto a Julio Alak. Su principal aliado en el distrito es nada menos que el jefe de gabinete del distrito, Santiago Martorelli, cuya continuidad está en permanente duda.
Pérsico, uno de los mayores beneficiados con el control de las cooperativas de trabajo de la provincia, está recibiendo una fuerte presión desde Casa Rosada para romper su alianza con el bruerismo, algo que no sería aceptado ni por Martorelli ni por las dos concejales del Evita.
Rápido de reflejos, Bruera tienta de esta manera a las concejalas para que al momento de elegir, permanezcan de su lado. Lo mismo hizo con el concejal oficialista Fabián Lugli, enfadado desde diciembre con la cúpula del Ejecutivo, a quien le dio la presidencia de la comisión de Transporte y Tránsito. Lugli de todos modos no estaría dispuesto a encabezar ninguna comisión.
El bruerismo también premió al aliado Enrique Capparelli al otrogarle la presidencia de la comisión de Planeamiento. Las únicas dos comisiones que quedaron en manos de brueristas convencidos fueron las de Seguridad, que presidirá Amendolara, y la de Obras públicas, cuyo titular sería Gabriel Céspedes. Todo esto deberá ser reglamentado la semana que viene, antes del inicio de las sesiones ordinarias previsto para el la primera semana de marzo.
Los acuerdos con la oposición
Por otra parte, el resto del reparto representa de manera fiel la situación del bloque oficialista con el resto de las bancadas. En las últimas semanas, en el medio de los rumores de una destitución pergeñada por el oficialismo, dos sectores de la oposición se plegaron al bruerismo para permitirle sesionar y espantar el fantasma del alakismo, al que de ninguna manera pretenden ayudar en su embestida contra Bruera.
Esos bloques pertenecen al disuelto Acuerdo Cívico y Social y a Unión Pro. Es así que la concejal de la Coalición Cívica, Julia Larcamón, presidirá la comisión de Cultura mientras que su compañera de bancada, Susana Sánchez, hará lo propio con la de Salud.
En tanto que Gastón Crespo, del Gen, presidirá la comisión de Derechos Humanos y Guillermo Duva, de la UCR, la de Turismo.
Jacinta Tritten, de Unión Pro, que se “solidarizó” con el bruerismo desde antes del avance kirchnerista, recibirá como premio la presidencia de la comisión de Producción. Y Daniel Caferra, el único concejal de Nuevo Encuentro, será el titular de la comisión de Participación Comunitaria.
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