Con una gran concurrencia, la comunidad de San Isidro recordó al capitán Aldo Roberto Garrido al cumplirse ayer un año de su fallecimiento producido cuando intentó evitar un robo en un local del centro comercial local.
Las actividades conmemorativas comenzaron a las 19 con una misa celebrada por el Obispo de San Isidro, monseñor Jorge Casaretto, en un templo que colmó su capacidad, quedando demostrado así el afecto que la comunidad tenía hacia el homenajeado quien durante 30 años custodió las principales calles sanisidrenses.
Luego de la celebración religiosa tuvo lugar en la esquina de Pasaje Capitán Aldo Roberto Garrido (tramo de la calle que recuerda al policía) y Belgrano el descubrimiento del busto que recordará para siempre a este héroe sanisidrense.
Participaron de los actos de homenaje el intendente de San Isidro, Dr. Gustavo Posse, la viuda de Garrido, Marta Barberis; la presidenta del Concejo Deliberante, Rita Kuzis; el diputado nacional Norberto Erro, familiares del querido servidor público, funcionarios municipales, concejales, representantes de entidades intermedias y gran cantidad de vecinos y comerciantes.
También estuvieron presentes en la emotiva ceremonia autoridades policiales y de las demás fuerzas de seguridad.
Durante la celebración religiosa, el obispo de San Isidro sostuvo en su homilía que “hoy, además del inicio de la Cuaresma, nos convoca en esta celebración un hecho trágico como es recordar la muerte de Aldo Garrido. Pero debemos tener en cuenta que él entregó su vida por amor a los demás y la mirada de Dios hacia personas como él es distinta”, expresó Casaretto.
Concluido el oficio religioso, una multitud se congregó en la esquina de Pasaje Capitán Aldo Roberto Garrido y Belgrano.
Allí, se descubrió el busto de bronce elaborado por la artista Hilda D´Aiello por iniciativa de jóvenes sanisidrenses que recolectaron miles de llaves y objetos de bronce donados por vecinos y comerciantes de San Isidro.
“Con este busto, ahora a Garrido lo tenemos de nuevo con nosotros y esperamos que él sienta que este homenaje lo hacemos de corazón y como dijo el obispo Casaretto: él dio su vida en un acto heroico, pero no sólo el día que lo mataron, sino que lo hacía todos los días”, dijo Manuel Miño, uno de los promotores de la creación de la escultura.
Bendecida por el obispo Casaretto, la imagen está ubicada en la esquina donde Garrido solía detenerse para vigilar, conversar y brindar palabras de aliento y consejos a cuanto caminante se le cruzaba en su camino.
Una vez descubierto el busto, Marta Barberis expresó su gratitud a todo el pueblo de San Isidro por la constante contención y expresión de apoyo. “Este homenaje es muy hermoso y está demostrado el afecto de toda la comunidad sanisidrense. Agradezco a Gustavo Posse, que me acompañó desde el primer momento, a monseñor Casaretto y a la fuerza policial”, manifestó.
Por último, el intendente Posse señaló que Garrido era un servidor público ejemplar que no necesitaba usar su arma en su accionar. “Era un hombre comprometido con su labor que se ganó el aprecio de todos los vecinos. Su desaparición nos tiene que hacer reflexionar sobre el valor de la vida y exigir que se aplique todo el peso de la ley para quienes maten a personas inocentes y de bien como Garrido” expresó el jefe comunal.
El coro Kennedy que cerró el acto y el numeroso público presente
Luego de las palabras del jefe comunal se proyectó un documental sobre la vida del homenajeado con testimonios conmovedores de familiares, amigos, comerciantes, autoridades y vecinos.
El acto culminó con la actuación del coro Kennedy y la peregrinación de los presentes hasta el busto para agradecerle a Garrido por tantos años de esmerado y ejemplar servicio.
*Un policía querido
Garrido, de 61 años, fue asesinado por una pareja de delincuentes el 17 de febrero de 2009 al intentar evitar un robo en el local de ropa Kevingston, situado en Chacabuco 361.
Los responsables de su muerte, Néstor Luque y Débora Acuña, fueron rápidamente detenidos al día siguiente en su casa de Pablo Podestá y condenados por la Justicia con la pena de prisión perpetua.
Las actividades conmemorativas comenzaron a las 19 con una misa celebrada por el Obispo de San Isidro, monseñor Jorge Casaretto, en un templo que colmó su capacidad, quedando demostrado así el afecto que la comunidad tenía hacia el homenajeado quien durante 30 años custodió las principales calles sanisidrenses.
Luego de la celebración religiosa tuvo lugar en la esquina de Pasaje Capitán Aldo Roberto Garrido (tramo de la calle que recuerda al policía) y Belgrano el descubrimiento del busto que recordará para siempre a este héroe sanisidrense.
Participaron de los actos de homenaje el intendente de San Isidro, Dr. Gustavo Posse, la viuda de Garrido, Marta Barberis; la presidenta del Concejo Deliberante, Rita Kuzis; el diputado nacional Norberto Erro, familiares del querido servidor público, funcionarios municipales, concejales, representantes de entidades intermedias y gran cantidad de vecinos y comerciantes.
También estuvieron presentes en la emotiva ceremonia autoridades policiales y de las demás fuerzas de seguridad.
Durante la celebración religiosa, el obispo de San Isidro sostuvo en su homilía que “hoy, además del inicio de la Cuaresma, nos convoca en esta celebración un hecho trágico como es recordar la muerte de Aldo Garrido. Pero debemos tener en cuenta que él entregó su vida por amor a los demás y la mirada de Dios hacia personas como él es distinta”, expresó Casaretto.
Concluido el oficio religioso, una multitud se congregó en la esquina de Pasaje Capitán Aldo Roberto Garrido y Belgrano.
Allí, se descubrió el busto de bronce elaborado por la artista Hilda D´Aiello por iniciativa de jóvenes sanisidrenses que recolectaron miles de llaves y objetos de bronce donados por vecinos y comerciantes de San Isidro.
“Con este busto, ahora a Garrido lo tenemos de nuevo con nosotros y esperamos que él sienta que este homenaje lo hacemos de corazón y como dijo el obispo Casaretto: él dio su vida en un acto heroico, pero no sólo el día que lo mataron, sino que lo hacía todos los días”, dijo Manuel Miño, uno de los promotores de la creación de la escultura.
Bendecida por el obispo Casaretto, la imagen está ubicada en la esquina donde Garrido solía detenerse para vigilar, conversar y brindar palabras de aliento y consejos a cuanto caminante se le cruzaba en su camino.
Una vez descubierto el busto, Marta Barberis expresó su gratitud a todo el pueblo de San Isidro por la constante contención y expresión de apoyo. “Este homenaje es muy hermoso y está demostrado el afecto de toda la comunidad sanisidrense. Agradezco a Gustavo Posse, que me acompañó desde el primer momento, a monseñor Casaretto y a la fuerza policial”, manifestó.
Por último, el intendente Posse señaló que Garrido era un servidor público ejemplar que no necesitaba usar su arma en su accionar. “Era un hombre comprometido con su labor que se ganó el aprecio de todos los vecinos. Su desaparición nos tiene que hacer reflexionar sobre el valor de la vida y exigir que se aplique todo el peso de la ley para quienes maten a personas inocentes y de bien como Garrido” expresó el jefe comunal.
El coro Kennedy que cerró el acto y el numeroso público presente
Luego de las palabras del jefe comunal se proyectó un documental sobre la vida del homenajeado con testimonios conmovedores de familiares, amigos, comerciantes, autoridades y vecinos.
El acto culminó con la actuación del coro Kennedy y la peregrinación de los presentes hasta el busto para agradecerle a Garrido por tantos años de esmerado y ejemplar servicio.
*Un policía querido
Garrido, de 61 años, fue asesinado por una pareja de delincuentes el 17 de febrero de 2009 al intentar evitar un robo en el local de ropa Kevingston, situado en Chacabuco 361.
Los responsables de su muerte, Néstor Luque y Débora Acuña, fueron rápidamente detenidos al día siguiente en su casa de Pablo Podestá y condenados por la Justicia con la pena de prisión perpetua.
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