(La Política Online). Luego de una nota de LPO, el titular de la UCR porteña, Carlos Más Vélez, asegura que el bloque radical no votará de forma “automática” con el oficialismo porteño pero que tampoco será “una oposición destructiva sino constructiva”. Además, admite una “relación cordial” con el macrismo pero dice que apostarán al Acuerdo Cívico y Social “como alternativa de gobierno para la ciudad en 2011 y no vamos a confluir con el PRO”.
Con una Legislatura más opositora que la anterior, en el macrismo dejaron trascender que apelarán a los votos de la UCR para lograr una mayoría más holgada en las leyes, ¿esto es así a su criterio?
No. Primero vale aclarar que la Unión Cívica Radical hoy integra un interbloque con la Coalición Cívica y el partido Socialista que claramente en las elecciones del año pasado manifestó una posición alternativa y crítica con la gestión de Macri. Y, a título exclusivo de la UCR: en los últimos dos años todos sus pronunciamientos de sus cuerpos orgánicos han sido en un tono crítico creciente porque entendemos que la gestión del gobierno de la ciudad no está resolviendo los principales problemas que afectan a los ciudadanos de Buenos Aires. Entonces, en relación a la actitud del bloque de legisladores hay una primera instancia de diálogo con la CC y el socialismo donde se pretenderá unificar las iniciativas legislativas y las posiciones en relación a los proyectos que el oficialismo presente. Y en cuanto a cada proyecto individual, se evaluará. Esto no se trata de ser una oposición obstruccionista sino constructiva a través de iniciativas propias y por fijar posición con respecto al oficialismo. Lamentablemente hay que decir que en los últimos dos años la UCR no tuvo un bloque de legisladores y recién ahora lo vuelve a tener. Sí a través de las manifestaciones públicas del partido hemos marcado una y otra vez nuestras divergencias fuertes en cuanto a la política educativa, de salud y en cuanto a las políticas de acción social que el gobierno ha propiciado. Y creemos que la gestión en esos aspectos muestra un fuerte déficit.
¿Hay contactos directos con el PRO, en especial pensando en el radicalismo que forma parte del macrismo?
Los radicales que están en el PRO son parte del bloque oficialista y ellos, en ese sentido, siempre se han mostrado orgánicos de las decisiones que el PRO toma. Con lo cual es razonable en algún punto. La relación es cordial. Evidentemente tenemos puntos de vista diferentes en cuanto al rumbo que el gobierno de la ciudad debe tener. Pero la relación es cordial con todos los bloques de la Legislatura.
Le consulto porque Martín Ocampo (UCR – PRO) mantiene una buena relación con Claudio Presman (UCR oficial) y, a partir de allí, en el macrismo piensan en apoyos a futuro, no automáticos, pero sí que los puedan ayudar a diferencia de otros bloques mucho más opositores…
La relación entre Ocampo y Presman deberían opinar ellos, yo no voy a hacerlo. Lo que sí puedo decir es que tanto con Ocampo como con Oscar Zago (radical PRO) tengo una muy buena relación personal pero evidentemente tenemos diferencias en cuanto a las políticas de la ciudad de Buenos Aires en muchos aspectos. Sino ellos no apoyarían la gestión de Macri y nosotros no seríamos opositores como lo somos. Estas diferencias políticas vinculadas a las políticas públicas del gobierno porteño no implica que no tengamos una relación cordial y desde el radicalismo un deseo, como lo hemos hecho saber, de que en un momento puedan reencontrarse en la UCR con un proyecto para la ciudad desde el partido.
O sea que usted afirma que el radicalismo será un bloque opositor y no comenzará a apoyar leyes del macrismo frecuentemente…
Lo hemos sido, somos un partido de oposición, aunque no una oposición destructiva sino constructiva, pero somos claramente un partido de oposición que, de ningún modo, puede interpretarse que el radicalismo va a acompañar de manera automática cualquier proyecto de ley. Si hay alguna iniciativa del Ejecutivo que pueda acompañarse, será evaluada adentro del partido y tendrá que ver con un caso puntual. Pero en principio somos un partido de la oposición y tenemos un ámbito de discusión política primaria que tiene que ver con el Acuerdo Cívico Social que apostamos a consolidar como alternativa de gobierno para la ciudad en 2011. Nosotros vamos a construir una alternativa en 2011 y no vamos a confluir con el PRO en una propuesta de gobierno.
En este contexto, ¿no cree que los dos diputados de la UCR se cortaron solos para negociar con el macrismo, por ejemplo, comisiones?
Mire, nosotros hemos estado en reuniones donde se discutió cuál debía ser la estrategia que debíamos tener en la elección de autoridades en la Legislatura, tanto como la distribución de comisiones, mantuvimos en reuniones donde estuvieron Adrián Pérez, Roy Cortina y yo, cada uno en condición de presidente de los partidos, y estuvieron Julián D´Ángelo, Claudio Presman y Fernando Sánchez, como presidentes de bloque. Por otro lado participó Sergio Abrevaya, que era nuestro candidato a vicepresidente de la Legislatura, y estuvo Rubén Campos en alguna otra reunión. Pero la estrategia de reconocerle a Proyecto Sur la vicepresidencia segunda, como segunda fuerza en el resultado electoral, y la de acordar la distribución y presidencias de comisión, fue consensuada. Hubo, por supuesto, discusiones y puntos complicados, pero siempre en el marco del Acuerdo Cívico.
Con una Legislatura más opositora que la anterior, en el macrismo dejaron trascender que apelarán a los votos de la UCR para lograr una mayoría más holgada en las leyes, ¿esto es así a su criterio?
No. Primero vale aclarar que la Unión Cívica Radical hoy integra un interbloque con la Coalición Cívica y el partido Socialista que claramente en las elecciones del año pasado manifestó una posición alternativa y crítica con la gestión de Macri. Y, a título exclusivo de la UCR: en los últimos dos años todos sus pronunciamientos de sus cuerpos orgánicos han sido en un tono crítico creciente porque entendemos que la gestión del gobierno de la ciudad no está resolviendo los principales problemas que afectan a los ciudadanos de Buenos Aires. Entonces, en relación a la actitud del bloque de legisladores hay una primera instancia de diálogo con la CC y el socialismo donde se pretenderá unificar las iniciativas legislativas y las posiciones en relación a los proyectos que el oficialismo presente. Y en cuanto a cada proyecto individual, se evaluará. Esto no se trata de ser una oposición obstruccionista sino constructiva a través de iniciativas propias y por fijar posición con respecto al oficialismo. Lamentablemente hay que decir que en los últimos dos años la UCR no tuvo un bloque de legisladores y recién ahora lo vuelve a tener. Sí a través de las manifestaciones públicas del partido hemos marcado una y otra vez nuestras divergencias fuertes en cuanto a la política educativa, de salud y en cuanto a las políticas de acción social que el gobierno ha propiciado. Y creemos que la gestión en esos aspectos muestra un fuerte déficit.
¿Hay contactos directos con el PRO, en especial pensando en el radicalismo que forma parte del macrismo?
Los radicales que están en el PRO son parte del bloque oficialista y ellos, en ese sentido, siempre se han mostrado orgánicos de las decisiones que el PRO toma. Con lo cual es razonable en algún punto. La relación es cordial. Evidentemente tenemos puntos de vista diferentes en cuanto al rumbo que el gobierno de la ciudad debe tener. Pero la relación es cordial con todos los bloques de la Legislatura.
Le consulto porque Martín Ocampo (UCR – PRO) mantiene una buena relación con Claudio Presman (UCR oficial) y, a partir de allí, en el macrismo piensan en apoyos a futuro, no automáticos, pero sí que los puedan ayudar a diferencia de otros bloques mucho más opositores…
La relación entre Ocampo y Presman deberían opinar ellos, yo no voy a hacerlo. Lo que sí puedo decir es que tanto con Ocampo como con Oscar Zago (radical PRO) tengo una muy buena relación personal pero evidentemente tenemos diferencias en cuanto a las políticas de la ciudad de Buenos Aires en muchos aspectos. Sino ellos no apoyarían la gestión de Macri y nosotros no seríamos opositores como lo somos. Estas diferencias políticas vinculadas a las políticas públicas del gobierno porteño no implica que no tengamos una relación cordial y desde el radicalismo un deseo, como lo hemos hecho saber, de que en un momento puedan reencontrarse en la UCR con un proyecto para la ciudad desde el partido.
O sea que usted afirma que el radicalismo será un bloque opositor y no comenzará a apoyar leyes del macrismo frecuentemente…
Lo hemos sido, somos un partido de oposición, aunque no una oposición destructiva sino constructiva, pero somos claramente un partido de oposición que, de ningún modo, puede interpretarse que el radicalismo va a acompañar de manera automática cualquier proyecto de ley. Si hay alguna iniciativa del Ejecutivo que pueda acompañarse, será evaluada adentro del partido y tendrá que ver con un caso puntual. Pero en principio somos un partido de la oposición y tenemos un ámbito de discusión política primaria que tiene que ver con el Acuerdo Cívico Social que apostamos a consolidar como alternativa de gobierno para la ciudad en 2011. Nosotros vamos a construir una alternativa en 2011 y no vamos a confluir con el PRO en una propuesta de gobierno.
En este contexto, ¿no cree que los dos diputados de la UCR se cortaron solos para negociar con el macrismo, por ejemplo, comisiones?
Mire, nosotros hemos estado en reuniones donde se discutió cuál debía ser la estrategia que debíamos tener en la elección de autoridades en la Legislatura, tanto como la distribución de comisiones, mantuvimos en reuniones donde estuvieron Adrián Pérez, Roy Cortina y yo, cada uno en condición de presidente de los partidos, y estuvieron Julián D´Ángelo, Claudio Presman y Fernando Sánchez, como presidentes de bloque. Por otro lado participó Sergio Abrevaya, que era nuestro candidato a vicepresidente de la Legislatura, y estuvo Rubén Campos en alguna otra reunión. Pero la estrategia de reconocerle a Proyecto Sur la vicepresidencia segunda, como segunda fuerza en el resultado electoral, y la de acordar la distribución y presidencias de comisión, fue consensuada. Hubo, por supuesto, discusiones y puntos complicados, pero siempre en el marco del Acuerdo Cívico.
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