domingo, agosto 08, 2010

Malvinas Argentinas. Una persona sin ideales, es como un pájaro sin alas. Por Lic. Amalia I. Pastén.

Es una frase del Padre Berthier, sacerdote creador de los Misioneros de la Sagrada Familia, que son los responsables de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, capillas Del Carmen y Nuestra Señora de Luján de Grand Bourg.
Además esta frase la llevan inscripta en sus remeras los jóvenes de una de ellas.
En estos momentos que muchas personas, de todos los extractos sociales y de todas las edades pareciera estar como cansadas de vivir, desilusionadas por casi todo, donde todo suele darle igual, esta frase es como una definición perfecta y nos dice que todos tenemos la obligación de comenzar cada mañana con un plan.
¿Porqué? ¿Para qué? ¿ Para quién ? ¿Quién nos obliga? ¿Cómo?
Nos obliga el simple y maravilloso hecho de estar vivos.
Todos estamos obligados a enfrentar la vida con coraje y decisión.
Todos debemos proyectarnos todos los días.
¿Cómo? Reencontrarnos con aquello que muchas veces se ha dejado de lado, por distintas razones; ejemplo: trabajar fuera de casa para ayudar a la economía del hogar, criar hijos, educarlos hasta hacerlo hombres y mujeres de bien, luego cuando estos se fueron de casa o bien nos necesitan menos o no se sabe que hacer con aquello que quedó, pareciera que solo ha quedado tiempo libre.
¿Qué es tiempo libre? Es aquel tiempo que se escapa como agua entre los dedos, llegada la noche y al hacer un recuento no ha quedado nada, porque nada se ha hecho, porque la rutina se devoró los deseos de ser alguien y hacer algo.
Pero siempre hay una oportunidad y esto solo se logrará si se para y se comienza a mirar hacia adentro, allí seguramente se encontrara un registro muy íntimo de todos los hechos realizados, los buenos y los otros, pero de cada uno de ellos ha quedado una experiencia que sirvió para llegar hasta aquí.
También allí se encuentran las virtudes y defectos, las fortalezas y las debilidades con las que aún se puede contar.
Los mayores, hombres y mujeres también están obligados a renovarse, aquello que ayer no pudieron, hoy por hoy con seguridad y buena voluntad lograran llegar a metas impensadas y tal vez se darán cuenta lo que aún les falta por vivir, viajar, aprender a pintar, a crear a disfrutar; especialmente aceptar que aún tienen alas a desplegar, el mundo los espera.
Los jóvenes también deben estudiar, informarse, aprender y ponerse a trabajar, porque nada es eterno y tampoco hay cuerpo ni familia que lo aguante.
Nuestro mundo necesita de todos, que todos vuelen, en altura o rasante, pero que vuelen que es como trabajar en pos de un mejor bienestar de uno y por ende de todos.
Una persona sin ideales es como un pájaro sin alas.

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