El Observatorio de la Deuda Social de la UCA presentó el informe correspondiente a octubre de 2010, titulado “Déficit de acceso a servicios públicos domiciliarios y de infraestructura urbana. Situación habitacional en la Argentina urbana (2004-2009)”. Según el mismo, el 35,5% tampoco está conectado a la red cloacal y el 25% no tiene gas por red.
También según el informe de la Universidad Católica Argentina, la precariedad en la infraestructura, producto de la escasa o nula inversión pública o privada, lleva a que el 43,5% de las personas carezca de desagües pluviales en su manzana y que el 25,7% tenga calles sin pavimentar.
El estudio memora que durante décadas la Argentina se caracterizó por presentar un déficit habitacional estructural tanto en lo que hace a la cantidad de unidades habitacionales como en la calidad de las existentes. Una de las consecuencias de esto fue la proliferación de villas y asentamientos precarios y que una creciente porción de la población habite en condiciones poco propicias para desarrollar una vida digna, larga y saludable.
Los datos de la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA) relevados entre 2004 y 2009 revelan que, tras seis años de crecimiento económico, si bien se registraron mejoras en la provisión de servicios domiciliarios y en la infraestructura urbana en la mayor parte de las grandes ciudades del país, persisten elevados déficit habitacionales estructurales en algunos segmentos de la sociedad argentina y las brechas entre los hogares más y menos favorecidos no se han reducido significativamente.
El informe revela que estos núcleos de marginalidad social no sólo se concentran en las viviendas ubicadas en villas y asentamientos precarios, sino que en las propias áreas residenciales con trazado urbano conviven hogares en situación de extrema vulnerabilidad con viviendas deterioradas con fuertes déficit en materia de acceso a servicios públicos adecuados.
Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social, afirmó que hasta que no se aborde la problemática habitacional de manera integral con una política de desarrollo que contemple a todos los sectores y que reduzca los desequilibrios regionales y sociales, podrán reducirse algunos indicadores de déficit al nivel del conjunto de la población urbana pero las brechas y la desigualdad estructural no se alterarán significativamente.
(Fuente: Empresas News).
También según el informe de la Universidad Católica Argentina, la precariedad en la infraestructura, producto de la escasa o nula inversión pública o privada, lleva a que el 43,5% de las personas carezca de desagües pluviales en su manzana y que el 25,7% tenga calles sin pavimentar.
El estudio memora que durante décadas la Argentina se caracterizó por presentar un déficit habitacional estructural tanto en lo que hace a la cantidad de unidades habitacionales como en la calidad de las existentes. Una de las consecuencias de esto fue la proliferación de villas y asentamientos precarios y que una creciente porción de la población habite en condiciones poco propicias para desarrollar una vida digna, larga y saludable.
Los datos de la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA) relevados entre 2004 y 2009 revelan que, tras seis años de crecimiento económico, si bien se registraron mejoras en la provisión de servicios domiciliarios y en la infraestructura urbana en la mayor parte de las grandes ciudades del país, persisten elevados déficit habitacionales estructurales en algunos segmentos de la sociedad argentina y las brechas entre los hogares más y menos favorecidos no se han reducido significativamente.
El informe revela que estos núcleos de marginalidad social no sólo se concentran en las viviendas ubicadas en villas y asentamientos precarios, sino que en las propias áreas residenciales con trazado urbano conviven hogares en situación de extrema vulnerabilidad con viviendas deterioradas con fuertes déficit en materia de acceso a servicios públicos adecuados.
Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social, afirmó que hasta que no se aborde la problemática habitacional de manera integral con una política de desarrollo que contemple a todos los sectores y que reduzca los desequilibrios regionales y sociales, podrán reducirse algunos indicadores de déficit al nivel del conjunto de la población urbana pero las brechas y la desigualdad estructural no se alterarán significativamente.
(Fuente: Empresas News).
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