Por pedido del rabino, Macri impulsa una iniciativa popular para que los porteños definan si quieren endurecer la norma aprobada por la Legislatura contra los motochorros. Llamativamente, el ministro de Seguridad no fue al acto. La pelea con Bergman por las millonarias licitaciones de la Policía Metropolitana.
El gobierno porteño insistirá en la ley contra “motochorros” que quedó trunca en la Legislatura en septiembre. Por pedido del rabino Sergio Bergman, el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, convocará a los porteños a juntar firmas para impulsar una iniciativa popular que “corrija” la norma sancionada que en el PRO califican de “insuficiente”.
El mes pasado, luego de 11 horas de debate, con cruces, empujones y desmayos incluidos, la Legislatura aprobó con 46 votos positivos una ley que tuvo sabor a derrota tanto para la oposición como para el oficialismo. Es que insólitamente se trata de una ley "a prueba" por seis meses, lo que le quita toda seriedad a las eventuales sanciones que imponga.
De hecho, el gobierno de Macri todavía no la reglamentó.
Es por esto que ahora Macri vuelve a la carga con el tema, buscando el respaldo de los vecinos para conseguir la fuerza que no tiene en la Legislatura -su bloque no cuenta con mayoría propia- y lograr, así, enducer la ley.
Pero detrás de la movida también se esconde una pelea de poder y negocios, que quedó en evidencia esta mañana ante la llamativa ausencia en el acto de presentación de la iniciativa del ministro de Seguridad, Guillermo Montenegro.
Pese a que se trata de un tema que corresponde a su cartera, fue el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, quien se encargó de la organización. "No va a estar por el horario. No llega", intentaron despejar todo tipo de especulaciones, pero sin dar demasiadas explicaciones, fuentes cercanas a Montenegro.
Lo cierto es que se trata de una iniciativa de Bergman, que hace meses arrastra una pésima relación con el ministro de Seguridad. Es que el rabino quiere ingresar a la política montado en el reclamo social por la inseguridad. Un peliagudo intento por reeditar la experiencia de Blumberg.
Tan fuerte es la importan del "ingeniero" en la trayectoria política que intenta trazar para si el rabino, que su equipo político lo lidera un hombre que estuvo con el "ingeniero": el abogado Daniel Trabado.
Este polémico profesional, muy ligado a la Policía, es quien más reparos despierta en el PRO, donde le reciminan la gran catidad de "contratados" que en nombre del rabino se han repartido por diversas dependencias, siendo Desarrollo Social una de las más pobladas por los recomendados de Bergman.
Incómodas amistades del rabino que acaso expliquen su cambio de posición en la interna macrista. Originalmente alineado con Gabriela Michetti -hasta llegó a sonar como un posible vice de la diputada- hoy está mas cerca de Rodríguez Larreta, como quedó claro hoy.
De hecho, Michetti protege a capa y espada a Montenegro, que hoy sufre en su gestión las intervenciones, puenteos y demas molestias de parte del rabino.
Las licitaciones en juego
El mes pasado, luego de 11 horas de debate, con cruces, empujones y desmayos incluidos, la Legislatura aprobó con 46 votos positivos una ley que tuvo sabor a derrota tanto para la oposición como para el oficialismo. Es que insólitamente se trata de una ley "a prueba" por seis meses, lo que le quita toda seriedad a las eventuales sanciones que imponga.
De hecho, el gobierno de Macri todavía no la reglamentó.
Es por esto que ahora Macri vuelve a la carga con el tema, buscando el respaldo de los vecinos para conseguir la fuerza que no tiene en la Legislatura -su bloque no cuenta con mayoría propia- y lograr, así, enducer la ley.
Pero detrás de la movida también se esconde una pelea de poder y negocios, que quedó en evidencia esta mañana ante la llamativa ausencia en el acto de presentación de la iniciativa del ministro de Seguridad, Guillermo Montenegro.
Pese a que se trata de un tema que corresponde a su cartera, fue el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, quien se encargó de la organización. "No va a estar por el horario. No llega", intentaron despejar todo tipo de especulaciones, pero sin dar demasiadas explicaciones, fuentes cercanas a Montenegro.
Lo cierto es que se trata de una iniciativa de Bergman, que hace meses arrastra una pésima relación con el ministro de Seguridad. Es que el rabino quiere ingresar a la política montado en el reclamo social por la inseguridad. Un peliagudo intento por reeditar la experiencia de Blumberg.
Tan fuerte es la importan del "ingeniero" en la trayectoria política que intenta trazar para si el rabino, que su equipo político lo lidera un hombre que estuvo con el "ingeniero": el abogado Daniel Trabado.
Este polémico profesional, muy ligado a la Policía, es quien más reparos despierta en el PRO, donde le reciminan la gran catidad de "contratados" que en nombre del rabino se han repartido por diversas dependencias, siendo Desarrollo Social una de las más pobladas por los recomendados de Bergman.
Incómodas amistades del rabino que acaso expliquen su cambio de posición en la interna macrista. Originalmente alineado con Gabriela Michetti -hasta llegó a sonar como un posible vice de la diputada- hoy está mas cerca de Rodríguez Larreta, como quedó claro hoy.
De hecho, Michetti protege a capa y espada a Montenegro, que hoy sufre en su gestión las intervenciones, puenteos y demas molestias de parte del rabino.
Las licitaciones en juego
De la mano del discurso contra la inseguridad, Bergman logró meter un pie en las millonarias licitaciones de la Policía Metropolitana, uno de los negocios mas atractivos y desprolijos de la gestión macrista.
Lo hizo primero a través de su Fundación Argentina Ciudadana, una suerte de ong que le permitió acceder a un contrato para que "controle" los legajos de los policías metropolitanos, al parecer sin demasiada eficiencia teniendo en cuenta la acumulación de casos de corrupción, espionaje y otras cuestiones que acumulan algunos integrantes de la conducción de esa fuerza, provenientes de la Policía Federal.
Pero no sería el único contrato, ni mucho menos. "La operatoria es simple, el rabino abre la puerta, atrás viene Trabado con la rosca política y después las empresas para quedarse con los contratos", afirmó a LPO una fuente del Ministerio de Seguridad.
De hecho, Bergman ya logró meterse de manera institucional en la planificación de políticas de la cartera de Montenegro. Integró a su Fundación al “Monitor Ciudadano”, un organismo creado por el ministro para colaborar en el "seguimiento y evaluación" de la Metropolitana.
La ley en discusión
Lo hizo primero a través de su Fundación Argentina Ciudadana, una suerte de ong que le permitió acceder a un contrato para que "controle" los legajos de los policías metropolitanos, al parecer sin demasiada eficiencia teniendo en cuenta la acumulación de casos de corrupción, espionaje y otras cuestiones que acumulan algunos integrantes de la conducción de esa fuerza, provenientes de la Policía Federal.
Pero no sería el único contrato, ni mucho menos. "La operatoria es simple, el rabino abre la puerta, atrás viene Trabado con la rosca política y después las empresas para quedarse con los contratos", afirmó a LPO una fuente del Ministerio de Seguridad.
De hecho, Bergman ya logró meterse de manera institucional en la planificación de políticas de la cartera de Montenegro. Integró a su Fundación al “Monitor Ciudadano”, un organismo creado por el ministro para colaborar en el "seguimiento y evaluación" de la Metropolitana.
La ley en discusión
La norma sancionada por la Legislatura "impide" la circulación de dos personas en motocicletas en el área delimitada por Córdoba, Carlos Pellegrini, Rivadavia y Leandro N. Alem, los días hábiles entre las 10 y las 16. El PRO pretendía un área más amplia de restricción y que la prohibición se extendiera, al menos, a 10 avenidas más de la Ciudad.
También establece el uso obligatorio del chaleco, pero aún no se definió el color ni el diseño. Lo curioso es que esta ley que no impone son sanciones o multas a los motoqueros que no cumplan con la ley. Sí lo hacen a las estaciones de servicio que provean de combustible a los conductores que no posean el casco y cuyos rodados no tengan la matrícula correspondiente.
Para reformular esta ley es que Macri ahora apela al resorte de la consulta popular. Este mecanismo de democracia semidirecta lo fija el artículo 64 de la Constitución de la Ciudad, que establece que “el electorado tiene derecho de iniciativa para la presentación de proyectos de ley, para lo cual se debe contar con la firma del uno y medio por ciento del padrón electoral". Luego el trámite de sanción se lleva a cabo como cualquier otro proyecto, pero la Legislatura debe sancionarlos o rechazarlos en un lapso de 12 meses.
También establece el uso obligatorio del chaleco, pero aún no se definió el color ni el diseño. Lo curioso es que esta ley que no impone son sanciones o multas a los motoqueros que no cumplan con la ley. Sí lo hacen a las estaciones de servicio que provean de combustible a los conductores que no posean el casco y cuyos rodados no tengan la matrícula correspondiente.
Para reformular esta ley es que Macri ahora apela al resorte de la consulta popular. Este mecanismo de democracia semidirecta lo fija el artículo 64 de la Constitución de la Ciudad, que establece que “el electorado tiene derecho de iniciativa para la presentación de proyectos de ley, para lo cual se debe contar con la firma del uno y medio por ciento del padrón electoral". Luego el trámite de sanción se lleva a cabo como cualquier otro proyecto, pero la Legislatura debe sancionarlos o rechazarlos en un lapso de 12 meses.
(Fuente: La Política OnLine).
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