Debemos aprender de nuestros errores. Si vamos todos dispersos, y aun perdiendo el oficialismo 10 puntos en las legislativas del 2013 respecto de la presidencial del 2011 (del 54 al 44%), la re-reelección avanzará más por peso político que jurídico". Esta dura caracterización, que se hace puertas adentro de fuerzas que responden a Mauricio Macri, al peronismo disidente y a gobernadores como José Manuel De la Sota, de Córdoba, y al intendente bonaerense Jesús Cariglino, de Malvinas Argentinas, marca el ahínco de una parte de la oposición por ofrecerle al país una alternativa seria al kirchnerismo.
En ese contexto, intrincado, debe inscribirse el sesgo severamente crítico y electoral que viene adoptando el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, y sus promocionados encuentros, entre otros, con el exministro Roberto Lavagna, el exmandatario Eduardo Duhalde y los titulares de la Federación Agraria y la Sociedad Rural, Eduardo Buzzi y Hugo Biolcati.
También allí cuadra el encuentro en marquesina entre De la Sota y Macri y la propuesta hecha por el diputado Jorge Triacca para que el jefe de gobierno porteño, tan denostado como administrador por Cristina Fernández y sus ministros, encabece el año próximo una lista de parlamentarios por la Ciudad de Buenos Aires. La iniciativa no cayó bien en el círculo áulico de Mauricio, quien rechaza cualquier nominación "testimonial" y aspira a ser el pivote excluyente en el 2015.
Claro que, para eso, deberá sortear varias pruebas, porque hasta aquí su influencia sólo se evidenció decisiva en la capital federal, con destellos en Santa Fe a través de Miguel Del Sel, quien está tomando cursos intensivos para pasar de divertir a conducir a las masas.
Clave será, en consecuencia, la construcción que pueda hacer Macri en Córdoba (donde el astuto De la Sota, también martirizado por la Rosada, no le regalará nada) y en la provincia de Buenos Aires, la de mayor caudal de votantes. De aquí es oriundo el diputado Alberto Assef (en octubre fue en la lista de Alberto Rodríguez Saá), a quien se lo ve muy activo por despejar de malezas el camino con figuras taquilleras. En el distrito no vería mal la articulación de una boleta con el intendente de Tigre, Sergio Massa, su colega del PRO, Gabriela Michetti, y la exconductora televisiva Pinky.
Cuando se le hace notar que Massa también se muestra receptivo a las directivas del gobernador Daniel Scioli y su vice, Gabriel Mariotto, lo justifica y le da crédito: "Es un equilibrista que sabe manejar los tiempos". Y tacha por "sumiso" al excampeón de motonáutica y, mucho más, a uno de los promotores de la Ley de Medios que enfrenta, en una lucha en apariencia terminal, al gobierno con el grupo "Clarín".
Una dificultad enorme es la ausencia de un liderazgo indiscutido. Moyano, Duhalde, Rodríguez Saá son considerados "contribuyentes valiosos" para una convocatoria amplia a "sectores independientes no gorilizados", pero tienen bolilla negra como aspirantes a ejercer una jefatura en la sociedad. "Sería forzada", aceptan.
Es más, se destaca la capacidad de movilización del camionero, aunque no deja de recordarse que "ayer no más era oficialista". Y ya se le mandó a avisar que, si lo que pretende es constituir una confederación de partidos laboristas, quedará constreñido a lograr unas pocas bancas y desarticulará un plan nacional que acabe con "el intervencionismo estatal" y lo reemplace por un esquema regulador efectivo.
Los que están empeñados en construir "sin egoísmos, un proyecto abarcador, con verdad y transparencia", no subestiman la capacidad del gobierno para provocar "fisuras" (que se dan entre adversarios y propios) y captar oponentes cuando advierte "agujeros" en medio de lo que se considera "una batalla política permanente".
"No nos sacamos una foto para conspirar, sino para infundir respeto en un marco de pluralidad y convivencia", explicó De la Sota al mostrarse con Macri, el jueves pasado.
No será sencilla la tarea de los anti-K, que irán en la búsqueda de otros conglomerados de centroderecha, como los conservadores mendocinos o los demócratas progresistas de Santa Fe. Parar la re-re también es una obsesión de socialistas y radicales (segundos y terceros en los últimos comicios), pero sus contactos con el macrismo y el peronismo disidente están muy licuados.
Además, si bien avizoran dificultades económicas, no prevén "catástrofes" y eso es una ventaja para el cristinismo que maneja gran parte del "relato", incorpora huestes juveniles a la militancia y no se queda inactivo en materia de anuncios. Aquí se incluye el megaplan del "mago" Miguel Galuccio, CEO de YPF, para lograr inversores de EE. UU. en la explotación de recursos hidrocarburíferos, incluso en provincias que hasta ahora no eran consideradas petroleras. (Ríonegro.com.ar).
En ese contexto, intrincado, debe inscribirse el sesgo severamente crítico y electoral que viene adoptando el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, y sus promocionados encuentros, entre otros, con el exministro Roberto Lavagna, el exmandatario Eduardo Duhalde y los titulares de la Federación Agraria y la Sociedad Rural, Eduardo Buzzi y Hugo Biolcati.
También allí cuadra el encuentro en marquesina entre De la Sota y Macri y la propuesta hecha por el diputado Jorge Triacca para que el jefe de gobierno porteño, tan denostado como administrador por Cristina Fernández y sus ministros, encabece el año próximo una lista de parlamentarios por la Ciudad de Buenos Aires. La iniciativa no cayó bien en el círculo áulico de Mauricio, quien rechaza cualquier nominación "testimonial" y aspira a ser el pivote excluyente en el 2015.
Claro que, para eso, deberá sortear varias pruebas, porque hasta aquí su influencia sólo se evidenció decisiva en la capital federal, con destellos en Santa Fe a través de Miguel Del Sel, quien está tomando cursos intensivos para pasar de divertir a conducir a las masas.
Clave será, en consecuencia, la construcción que pueda hacer Macri en Córdoba (donde el astuto De la Sota, también martirizado por la Rosada, no le regalará nada) y en la provincia de Buenos Aires, la de mayor caudal de votantes. De aquí es oriundo el diputado Alberto Assef (en octubre fue en la lista de Alberto Rodríguez Saá), a quien se lo ve muy activo por despejar de malezas el camino con figuras taquilleras. En el distrito no vería mal la articulación de una boleta con el intendente de Tigre, Sergio Massa, su colega del PRO, Gabriela Michetti, y la exconductora televisiva Pinky.
Cuando se le hace notar que Massa también se muestra receptivo a las directivas del gobernador Daniel Scioli y su vice, Gabriel Mariotto, lo justifica y le da crédito: "Es un equilibrista que sabe manejar los tiempos". Y tacha por "sumiso" al excampeón de motonáutica y, mucho más, a uno de los promotores de la Ley de Medios que enfrenta, en una lucha en apariencia terminal, al gobierno con el grupo "Clarín".
Una dificultad enorme es la ausencia de un liderazgo indiscutido. Moyano, Duhalde, Rodríguez Saá son considerados "contribuyentes valiosos" para una convocatoria amplia a "sectores independientes no gorilizados", pero tienen bolilla negra como aspirantes a ejercer una jefatura en la sociedad. "Sería forzada", aceptan.
Es más, se destaca la capacidad de movilización del camionero, aunque no deja de recordarse que "ayer no más era oficialista". Y ya se le mandó a avisar que, si lo que pretende es constituir una confederación de partidos laboristas, quedará constreñido a lograr unas pocas bancas y desarticulará un plan nacional que acabe con "el intervencionismo estatal" y lo reemplace por un esquema regulador efectivo.
Los que están empeñados en construir "sin egoísmos, un proyecto abarcador, con verdad y transparencia", no subestiman la capacidad del gobierno para provocar "fisuras" (que se dan entre adversarios y propios) y captar oponentes cuando advierte "agujeros" en medio de lo que se considera "una batalla política permanente".
"No nos sacamos una foto para conspirar, sino para infundir respeto en un marco de pluralidad y convivencia", explicó De la Sota al mostrarse con Macri, el jueves pasado.
No será sencilla la tarea de los anti-K, que irán en la búsqueda de otros conglomerados de centroderecha, como los conservadores mendocinos o los demócratas progresistas de Santa Fe. Parar la re-re también es una obsesión de socialistas y radicales (segundos y terceros en los últimos comicios), pero sus contactos con el macrismo y el peronismo disidente están muy licuados.
Además, si bien avizoran dificultades económicas, no prevén "catástrofes" y eso es una ventaja para el cristinismo que maneja gran parte del "relato", incorpora huestes juveniles a la militancia y no se queda inactivo en materia de anuncios. Aquí se incluye el megaplan del "mago" Miguel Galuccio, CEO de YPF, para lograr inversores de EE. UU. en la explotación de recursos hidrocarburíferos, incluso en provincias que hasta ahora no eran consideradas petroleras. (Ríonegro.com.ar).
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