LUJAN, Julio 30, (PUNTO CERO-El Civismo) El ahora subsecretario de Control Urbano fue jefe de la Compañía Comunicaciones de City Bell y dictó clases en la Escuela de Suboficiales "Sargento Cabral" entre 1976 y 1982. Oliva expresó: "Mi legajo y mi carrera son claros".
Sin embargo, desde que asumió, diferentes sectores cercanos al gobierno manifiestan, en voz baja, el malestar por la designación del ingeniero militar. "No es coherente con la ideología de la gestión", afirman.
Rápidamente salió a defenderlo el propio Prince: "Lo conozco, conozco a su familia y sé que no tuvo la más mínima participación en la represión".
Los mismos sectores justicialistas que todavía no terminaron de digerir la incorporación al gabinete municipal de la ex candidata a concejal por el PPR (el partido de los carapintadas) Silvia Frizzia (coordinadora de Protocolo), hace un par de meses que le buscan una explicación a la decisión de Miguel Prince de sumar a Pablo Andrés Oliva como subsecretario de Relaciones con la Comunidad y Control Urbano.
El tema no desemboca en escándalo porque los inquietos por el nombramiento del ingeniero militar Oliva respetan la obediencia debida ante todo lo que resuelve Prince.
Sin embargo, este medio supo que uno de los que recibió reclamos de justicialistas y de históricos militantes por los Derechos Humanos, pero no se animó a manifestárselo a Prince, fue el secretario de Derechos Humanos Santiago Lazzarini. Hay amigos de detenidos-desaparecidos que también tienen intenciones de enfrentar al jefe comunal y pedirle explicaciones.
Concretamente, las voces discordantes afirman que en la decisión de Prince no se respeta una "coherencia ideológica". Hace años que desde el gobierno princista se cuestiona la participación-colaboración de, entre otros, Gerardo Amado, Silverio Pedro Sallaberry, Rubén Darío Rampazzi y hasta del propio Rubén Leopardi, actual presidente del Concejo Deliberante, en distintas áreas o funciones civiles durante los años de la última dictadura militar. Esa política parecía tan firme que hasta se llegó a pedir bajar el retrato de Amado del hall de rectoría de la UNLu por haber sido interventor de esa casa de estudios electo por militares.
Por eso, el nombramiento del militar retirado Oliva como subsecretario de Control Urbano a pesar de haber ocupado dentro del Ejército Argentino la Jefatura de la Compañía Comunicaciones de City Bell y dictar clases en la Escuela de Suboficiales Sargento Cabral entre 1976 y 1982, es una espina atragantada en la garganta de varios funcionarios y militantes del Frente Para la Victoria.
Eso sí, lo consideran grave pero nadie le planteó el tema a Prince. "Deben tener mejor información que yo, porque a mí nadie me dijo nada", le respondió el intendente a EL CIVISMO (ver aparte).
Las causas del malestar están a la vista para quienes acceden al currículo de Oliva. El flamante funcionario egresó de la escuela primaria del Colegio Nuestra Señora de Luján de los Hermanos Maristas y a partir de allí -tal como lo relataba la gacetilla que informaba sobre su designación en la Comuna- "realizó sus estudios secundarios, terciarios y universitarios en instituciones educativas militares, hasta recibirse de ingeniero militar en la Escuela Superior Técnica General Manuel Savio".
Esa misma fuente oficial señala que "en materia de actividad profesional, Oliva desempeñó diversos cargos en el Ministerio de Defensa y en el Ejército Argentino desde el año 1972 hasta el 2000". Como se recordará, la última dictadura transcurrió entre 1976 y 1982.
El ahora colaborador de la gestión de Prince ocupó la Jefatura de Sección de Comunicaciones; fue jefe de la Compañía Comunicaciones en City Bell; instructor de aspirantes en la Escuela de Suboficiales "Sargento Cabral", de Campo de Mayo; jefe de la División Logística en la Escuela de Comunicaciones e instructor de cadetes en el Colegio Militar de la Nación.
También entre 1972 y 2000 trabajó como jefe de División Logística, Técnica y Presupuestación de la Dirección de Sistemas de Comunicaciones e Informática y como jefe de División Sistemas Informáticos de la Secretaría de Acción Presupuestaria del Estado Mayor General del Ejército.
Cuando se dio a conocer su nombramiento, desde el gobierno local también se informaba que Oliva fue profesor del Curso de Perfeccionamiento Elemental del Servicio de Mecánica de Equipos Fijos del Ejército Argentino, participó de la Conferencia Latinoamericana de Comunicaciones (Panamá) y se capacitó en Administración Financiera en el Instituto de Enseñanza Superior del Ejército (1998).
Sus premios también se inscriben dentro de la carrera militar. El funcionario princista obtuvo diploma de honor entregado por la Comisión del Arma de Comunicaciones "Arcángel San Gabriel" por haber sido el oficial del Arma con mayores calificaciones al egreso de la Escuela Superior Técnica del Ejército. También accedió a una medalla y diploma de honor entregado por el Congreso de la Nación a los Combatientes por la intervención en la lucha armada por la reivindicación territorial de las Islas Malvinas.
Sus laureles civiles son más recientes. Participa en la Asociación Conservación y Desfile del Complejo Museográfico "Enrique Udaondo" y del Consejo Profesional de Ingeniería Electrónica y Telecomunicaciones. Y estos últimos son los renglones del currículo que más peso le dieron a su designación.
"ESTO ME PONE MAL"
Este medio se comunicó con Oliva, quien en todo momento aclaró que no quería tener conflictos "con nadie". Además, con razón, dijo que su designación era una decisión política de Prince "a quien yo no fui a golpearle la puerta".
"Con el mismo criterio con el que hoy me pueden cuestionar a mí, deberían cuestionar al jefe del Ejército porque es de promociones más antiguas que las mías. Compañeros míos que son coroneles en el cuarto año, entre ellos el coronel Carlucci, son del Regimiento que es custodia presidencial. Pregúntele a Kirchner por qué lo puso", planteó Oliva.
"Mi carrera y mi legajo son claros. Además, con el doctor Prince tengo una amistad que se remite a tiempos de la infancia, cuando compartimos juegos en la misma cuadra", agregó.
Oliva dijo que "di mucho por Luján y no creo que la condición de militar haga que uno sea peor, mejor, más bueno o más malo. Cuando Prince me ofreció el cargo fue una charla entre cuatro personas y le dije que él sabía que yo en 2000 me retiré del Ejército. Él me respondió que conocía a mi familia, me conocía a mí y lo que soy en Luján".
"Los charlatanes, olfas y estúpidos que dicen cosas por atrás deberían dar sus nombres para poder decirles personalmente, con lujo de detalles, que son enanos ante la experiencia y todo lo que hice en mi vida", dijo Oliva, un tanto indignado por una mera consulta periodística.
- Concretamente, en los años de la dictadura, ¿usted qué hacía?
- "Estaba en mi primer destino, que era el Batallón de Comunicaciones 601 de City Bell y en 1981, 1982 y 1983 fui como oficial instructor de suboficiales a la Escuela 'Sargento Cabral' en Campo de Mayo".
- Cuando habló de la designación, a usted Prince no le pidió mea culpa de nada.
- "Disculpe pero esto me pone mal. ¿Mea culpa de qué? ¿De qué? Habrá diez millones de tipos antes que yo que tendrían que hacer un mea culpa. Los mea culpa míos puede ser con mi familia si es que les faltó algo".
- El Ejército en esos años; el Ejército, no Pablo Oliva, hizo cosas por las que se sigue pidiendo un mea culpa.- "Con ese criterio me da la impresión de que no hay institución que valga la pena; con ese criterio dejemos a todos los políticos de lado porque uno afanó. ¿No hubo periodistas recontra jodidos? ¿No hay periodistas que son unos atorrantes? ¿Por eso yo debería pedirles un mea culpa a ustedes? No tiene sentido hablar de esto". (PUNTO CERO-El Civismo).
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