ALMIRANTE BROWN, Febrero 22, (PUNTO CERO) El presidente del Concejo Deliberante es virtualmente perseguido por la oposición kirchnerista que no logra contactarlo para abordar su propia agenda legislativa. Algunos describen su situación en comparación con la obra de Dante Alighieri y aseguran que desespera salir del infierno para ir al encuentro del purgatorio con que el presidente Néstor Kirchner suele aludir a la actual coyuntura nacional.
Luego que el pasado 8 de febrero Info Región revelase que más del 40 por ciento del personal de planta permanente designado en el Concejo Deliberante presta servicios en otras dependencias municipales, el presidente de ese Cuerpo, Alejandro Torres, se volvió todavía menos visible que en otras ocasiones y de hecho es, en estas horas, uno de los funcionarios del gobierno municipal más difíciles de ubicar.
Según fuentes del Frente para la Victoria, que viene reclamando a sus asistentes audiencias formales para contactarlo y abordar con él lo que definen, como mínimo, de asimetría detectada por este medio, Torres recurriría al ardid de no estacionar su automóvil personal en la playa que a ese efecto se ubica detrás de uno de los edificios del Palacio Legislativo y que así no sea percibida su presencia en el despacho que ocupa.
El asunto que el kirchnerismo quiere tratar con el funcionario se deriva, en realidad, de otro más sensible para los ediles de ese sector. La eliminación lisa y llana de todos los asesores parlamentarios con que contaban a partir del 1º de enero de este año y en sintonía con la advertencia que el propio Torres realizó al vicepresidente de esa bancada, Eduardo Fabiani, el pasado 12 de diciembre. Se suprimirían esos contratos temporarios a menos que la oposición acompañase la sanción del Presupuesto 2007.
Una amenaza a la que incluso algunos concejales no prestaron demasiada atención y la inscribieron dentro de los tópicos frecuentes que suele recorrer el oficialismo, las pocas veces que el Concejo Deliberante debe atender cuestiones significativas y que el Departamento Ejecutivo no puede resolver sin su concurso.
Con no poca ironía y valiéndose de una poco feliz incursión mediática del gobernador Felipe Solá con relación a la suerte desconocida del albañil Julio López, un kirchnerista se atrevió a una comparación osada y calificó a Torres como el virtual segundo, aunque aclaró de inmediato que por otras razones.
“Está absolutamente aislado y en una burbuja. Lo que me pregunto es qué va a hacer después del 30 de octubre”, aseguró otro par para quien serán crecientes las dificultades para conducir el Concejo Deliberante desconociendo cualquier prerrogativa a la oposición desprendida de su carácter legislativo.
El cálculo que hacen desde allí es sencillo. El bloque PJ de concejales deberá renovar nueve de las once bancas que aún retiene luego de la fractura que protagonizaron en junio Joaquín González y Delfino Meza, quienes formaron su propio bloque y aparecen ahora militando en la Mesa Sindical K.En el mejor escenario electoral posible, especulan que el oficialismo deberá compartir boleta con una expresión kirchnerista, lo que lo obligaría a negociar la ubicación de candidatos en la lista. “En la hipótesis más optimista colocarán cinco en la nómina pero hay que ver si entran todos”, añaden para graficar que el destino del bloque justicialista es el de convertirse en una minoría que deberá realizar complejas negociaciones si es que aspira a retener la conducción del Legislativo.
De ser así, su política de alianzas pasarán a sumarse a su capacidad de intervención en el libre juego de la oferta y la demanda y cuando desde el bloque K aguardan definiciones del ámbito nacional para pulir su juego en la escena local. Tal vez el único punto a favor en ese sentido, sea el inextinguible rencor de Armando Reynoso – conductor real de ese espacio – con el diputado provincial Darío Giustozzi.
Torres y la titular de la bancada oficialista, Adriana Reja, son dos candidatos a convertirse en el plato frío que sirva la venganza frentista. Acostumbrados a investirse como la expresión más ortodoxa de Villaverde en el recinto, son los dos únicos cuyos mandatos vencen en el 2009 y deberán convivir en el futuro inmediato con un contexto más desfavorable del que gozan en la actualidad.
“Ser concejal es, para los dos, una condena. Es lo más parecido al ostracismo luego de haber tenido cargos ejecutivos”, fue la metáfora a la que apeló un ex villaverdista para ilustrar la situación que atraviesan.
No supo son embargo precisar si parte de ese castigo consiste también en haberse convertido en los dos exploradores que indaguen la posibilidad de un acuerdo con el sector de compromiso K que en el distrito encabeza Mariano Cascallares.
“Estos muchachos estarían contentos de llegar al purgatorio que propone Kirchner como salida. Pero ellos están más cerca del infierno del Dante”, ilustró esa fuente, en alusión a la Divina Comedia, el monumental poema épico de Alighieri.
Luego que el pasado 8 de febrero Info Región revelase que más del 40 por ciento del personal de planta permanente designado en el Concejo Deliberante presta servicios en otras dependencias municipales, el presidente de ese Cuerpo, Alejandro Torres, se volvió todavía menos visible que en otras ocasiones y de hecho es, en estas horas, uno de los funcionarios del gobierno municipal más difíciles de ubicar.
Según fuentes del Frente para la Victoria, que viene reclamando a sus asistentes audiencias formales para contactarlo y abordar con él lo que definen, como mínimo, de asimetría detectada por este medio, Torres recurriría al ardid de no estacionar su automóvil personal en la playa que a ese efecto se ubica detrás de uno de los edificios del Palacio Legislativo y que así no sea percibida su presencia en el despacho que ocupa.
El asunto que el kirchnerismo quiere tratar con el funcionario se deriva, en realidad, de otro más sensible para los ediles de ese sector. La eliminación lisa y llana de todos los asesores parlamentarios con que contaban a partir del 1º de enero de este año y en sintonía con la advertencia que el propio Torres realizó al vicepresidente de esa bancada, Eduardo Fabiani, el pasado 12 de diciembre. Se suprimirían esos contratos temporarios a menos que la oposición acompañase la sanción del Presupuesto 2007.
Una amenaza a la que incluso algunos concejales no prestaron demasiada atención y la inscribieron dentro de los tópicos frecuentes que suele recorrer el oficialismo, las pocas veces que el Concejo Deliberante debe atender cuestiones significativas y que el Departamento Ejecutivo no puede resolver sin su concurso.
Con no poca ironía y valiéndose de una poco feliz incursión mediática del gobernador Felipe Solá con relación a la suerte desconocida del albañil Julio López, un kirchnerista se atrevió a una comparación osada y calificó a Torres como el virtual segundo, aunque aclaró de inmediato que por otras razones.
“Está absolutamente aislado y en una burbuja. Lo que me pregunto es qué va a hacer después del 30 de octubre”, aseguró otro par para quien serán crecientes las dificultades para conducir el Concejo Deliberante desconociendo cualquier prerrogativa a la oposición desprendida de su carácter legislativo.
El cálculo que hacen desde allí es sencillo. El bloque PJ de concejales deberá renovar nueve de las once bancas que aún retiene luego de la fractura que protagonizaron en junio Joaquín González y Delfino Meza, quienes formaron su propio bloque y aparecen ahora militando en la Mesa Sindical K.En el mejor escenario electoral posible, especulan que el oficialismo deberá compartir boleta con una expresión kirchnerista, lo que lo obligaría a negociar la ubicación de candidatos en la lista. “En la hipótesis más optimista colocarán cinco en la nómina pero hay que ver si entran todos”, añaden para graficar que el destino del bloque justicialista es el de convertirse en una minoría que deberá realizar complejas negociaciones si es que aspira a retener la conducción del Legislativo.
De ser así, su política de alianzas pasarán a sumarse a su capacidad de intervención en el libre juego de la oferta y la demanda y cuando desde el bloque K aguardan definiciones del ámbito nacional para pulir su juego en la escena local. Tal vez el único punto a favor en ese sentido, sea el inextinguible rencor de Armando Reynoso – conductor real de ese espacio – con el diputado provincial Darío Giustozzi.
Torres y la titular de la bancada oficialista, Adriana Reja, son dos candidatos a convertirse en el plato frío que sirva la venganza frentista. Acostumbrados a investirse como la expresión más ortodoxa de Villaverde en el recinto, son los dos únicos cuyos mandatos vencen en el 2009 y deberán convivir en el futuro inmediato con un contexto más desfavorable del que gozan en la actualidad.
“Ser concejal es, para los dos, una condena. Es lo más parecido al ostracismo luego de haber tenido cargos ejecutivos”, fue la metáfora a la que apeló un ex villaverdista para ilustrar la situación que atraviesan.
No supo son embargo precisar si parte de ese castigo consiste también en haberse convertido en los dos exploradores que indaguen la posibilidad de un acuerdo con el sector de compromiso K que en el distrito encabeza Mariano Cascallares.
“Estos muchachos estarían contentos de llegar al purgatorio que propone Kirchner como salida. Pero ellos están más cerca del infierno del Dante”, ilustró esa fuente, en alusión a la Divina Comedia, el monumental poema épico de Alighieri.
Una metáfora cuanto menos enigmática, si se tiene en cuenta la mala relación del edil del PJ con el Frente para la Victoria.Daniel Bilotta (PUNTO CERO).
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