PILAR, Febrero 19, (PUNTO CERO-Pilar de Todos) Se trata de Verónica Rebollo, quién contó que el falso galeno lo tomó cautiva durante varias horas, la lastimó y le pidió que retire la presentación judicial en su contra “Es un monstruo capaz de cualquier cosa”, contó Rebollo a Pilar de Todos.
Era martes alrededor de las 13,30 cuando Verónica Rebollo, una vecina de Del Viso, iba camino a la Sala de atención Primaria de esa localidad. De repente, según contó ella misma con un hilo de voz a Pilar de Todos, se cruzó en su camino un auto “color vede militar” y se bajó del lado del acompañante Emilio Robaina Calabuig, un supuesto médico trucho que ella misma había denunciado en la justicia a mediados de octubre del año pasado.
El hombre, siempre según el relato de la víctima, la obligó a subir al vehículo diciéndolo que tenía al pequeño de Verónica, por lo que la mujer no tuvo más remedio que aceptar.
Rebollo relató como fue levada “pasando incluso por delante de la comisaría de del Viso” a un lugar del Barrio Frino de José C. Paz, en donde fue torturada durante varias horas, con el objeto de que la mujer retire la denuncia contra el presunto falso médico.
“Estaba yendo hacia la Sala de Del Viso y cuando me bajé del colectivo me cruzaron un auto color verde militar, manejado por un hombre de pelo largo hasta los hombros. A su lado iba Robaina y me dijo que tenía a mi hijo y que me suba al auto porque algo le iba a pasar”, recordó la mujer.
“Me llevaron a un lugar que ya le indiqué a la policía y me golpearon en un ojo, me quemaron con cigarrillos en el cuerpo y otras cosas más”, se quebró Verónica.
La mujer narró como el hombre le cubrió la cabeza con una bolsa de nylon para que se asfixie, al tiempo que le repetía a los gritos: “Retirá la denuncia porque así no puedo trabajar; me persigue la Policía y Gendarmería”.
Aún sin salir del shock nervioso que le produjo el hecho, Verónica contó que horas más tarde fue abandonada en la calle y, tras deambular con la bolsa en la cabeza aún puesta, fue hallada por un policía que se la retiró.
Una historia increíble
El supuesto secuestrador aparece en algunos documentos como Emilio Heber Robaina Calabuig, de nacionalidad uruguaya. En otros, dice llamarse Alfredo Claudio Rodríguez, argentino. En unos ciertos certificados su fecha de nacimiento data de 1976, mientras que en otros de 1980. Se trata de un hombre que se desempeñó cómo médico en varias instituciones de Pilar e incluso en el hospital público del distrito, pero que no se habría recibido nunca.
A través de los micrófonos del programa radial S.O.S Noticias, de FM Plaza (92,1 Mhz), Rebollo, Martín Vitulo y Marcelo Rodríguez habían relatado el sábado 28 de octubre del año pasado como es que conocieron al supuesto falso profesional. Todos coincidieron en que “Emilio” era un hombre de un “carisma especial”, que se hacía amigo de la gente rápidamente. Incluso, varios señalaron que lo invitaban a dormir a sus casas, “porque parecía un buen pibe”.
La verdad comenzó a develarse cuando Robaina Calabuig firmó un certificado a un policía de Pilar, Domingo Brito, que se desempeña en la comisaría 1ra, esposo de Verónica. En la dependencia, al creer que el certificado era apócrifo, se comunicaron con la clínica que figuraba en el certificado y ahí les dijeron que no trabajaba tal persona.
Según algunos documentos que Rebollo anexó en su momento a la denuncia penal, Robaina habría estado cursando el último año de la secundaria para adultos en el 2001 en Uruguay y ya en el 2003 se recibe de médico. “Todo muy rápido”, desconfió Rebollo.
Además, desde que Robaina Calabuig se recibió, en octubre de 2003, hasta que le otorgaron la validez del título en el país apenas pasaron dos meses.
En su momento Rebollo explicó que tomó contacto con la Universidad de Montevideo, en donde supuestamente se había recibido Robaina, pero allí les habrían comunicado que no había ningún profesional varón recibido con ese apellido, aunque sí una mujer.
Robaina, además, llegó a desempeñarse en varias instituciones privadas de Pilar e incluso en el sistema público, más precisamente en el servicio de ambulancias del Hospital Central Juan Sanguinetti. Los denunciantes, incluso, señalaron que trataba y medicaba a niños y bebés.
El Municipio admitió que el hombre había cubierto “un par de guardias” en el sistema comunal.
“Pero cuando se le pidió que complete la documentación desapareció”, explicó el titular de la Secretaría de Salud Federico Pazzi Pla.Rebollo, por lo pronto, aseguró que no retirará la denuncia penal y de hecho ya contó lo sucedido en la Fiscalía 3, a cargo de Gonzalo Acosta.
“No puede ser que el denunciante la pase peor que el delincuente. No voy a parar porque en este tema hay chicos en el medio y este monstruo tiene que terminar en la cárcel”, finalizó la mujer. (PUNTO CERO-Pilar de Todos).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario