BUENOS AIRES, Febrero 22, (PUNTO CERO) Los horóscopos son una trampa para incautos, más allá de los adictos que los leen diariamente. Carecen de cualquier soporte científico. No toleran ninguna prueba de consistencia suponer que por una determinada posición de los astros, millones de personas en el mundo pertenecientes a Libra por ejemplo tendrán todas ellas, cualquiera sea su situación, una buena semana en el amor y dificultades en los negocios o en el trabajo.
La estadística tiene parámetros técnicos y está basada en conocimientos como la Curva de Gauss, la mediana, la dispersión o la probabilidad matemática.
El INDEC es una institución seria con prestigio internacional que aplica las mismas metodologías de los países más importantes. Es considerada la más importante de América del Sur. Y tiene acuerdos de cooperación con Inglaterra, Francia, Italia, Canadá, Italia, y España
Y sin embargo hay un punto en que el Índice de Precios al Consumidor, sobre el cual se establece la inflación mensual, en su generalidad, roza o se superpone a la astrología.
Conformar una canasta de consumo para cuatro personas, prescindiendo del nivel de ingreso, y que a su vez tienen un índice de ponderación, no puede arrojar sino resultados larvados o alejados significativamente de la realidad.
Es evidente que si lo que se destina a alimentos y bebidas implican el 31% del gasto total de esa canasta, el mismo representará para una persona que gana $600,00 el 80% o más del consumo total. En cambio para aquel que obtenga ingresos de $15.000,00 tal vez los mismos conceptos representen un 25%.
Si la canasta que se usa de medida está basada en consumos de 1986/1987 y no en una más cercana como la ya establecida pero no implementada de gasto de hogares 1996/1997, es evidente que hay ítems más actuales que no se incluyen en su composición. Ni hablar de una que respete los consumos actuales del 2007, donde los aproximadamente veinte millones de celulares atraviesan todas las clases sociales.
Actualizando la metodología, dice Claudio Lozano, en Página 12 del 18de febrero del 2007, “la pobreza pasa del 31,4% al 39,6% y la indigencia sube del 11,2% al 14,4%.”
En números: los pobres pasan de 12.242.619 personas a 15.422.356. Los indigentes de 4.355.926 a 5.619. 049.
Es claro que una aproximación mucho más cercana a la realidad es conformar canastas por tramos de ingresos. Por ejemplo una que refleje la ponderación de los consumos para los que ganen hasta $ 500,00. Otra entre $500,00 y $1.000,00. Otra entre $1.000,00 y $ 1.500,00 y así siguiendo. Luego si se pudiera fragmentar la población económicamente activa determinando la cantidad de personas que integran cada escalón de ingresos se podría hacer una ponderación de cómo influye la inflación en cada sector.
Como bien dice Cledis Candelaresi en Página 12 del 10 de febrero del 2007: “La canasta de gastos es el instrumento básico para calcular el índice de precios al consumidor y la ponderación de cada rubro resulta clave para obtener un resultado justo. Pero según coinciden los técnicos abocados a estos temas, este cambia, a veces drásticamente, según el ingreso total del hogar, el lugar geográfico y, naturalmente, el momento histórico económico, factores que condicionan los hábitos de compra. Educación es un buen ejemplo de cómo puede cambiar el peso relativo de un rubro. Según la canasta oficial, representa el 4,2% del gasto de ese hogar promedio, que es sólo construcción estadística. …..hay más de un estudio privado que sube aquella incidencia hasta el 15% promedio para consumidores ABC1, que destinan una proporción mayor del presupuesto a la educación privada. Lo mismo ocurre con otros rubros……como la medicina privada y el turismo”
Tampoco existen canastas regionales. Se ajusta la del Gran Buenos Aires por precios regionales.
La canasta única promedio, termina siendo un termómetro defectuoso. A veces la dispersión que este método de análisis provoca, origina sensaciones como los vaticinios astrológicos.
LOS INTENTOS DE ALTERAR EL TERMÓMETRO
La información disponible permite suponer que en esta ocasión hubo algún intento de modificar en algún porcentaje las cifras reales determinadas con el metro habitual. En otras ocasiones, con diferentes ministros, entre otros Martínez de Hoz, Domingo Cavallo o Roberto Lavagna, se crearon índices alternativos. El siniestro ministro de la dictadura criminal ante el avance del precio de la carne solucionó el problema creando un índice descarnado. Excluyó la carne y “solucionó” estadísticamente” el problema. Domingo Cavallo con su irascible temperamento atribuía la resistencia que la realidad le imponía a sus atropellos, a los “errores” del INDEC. Cuestionó, entre otras cosas, los aumentos en el rubro servicios. Roberto Lavagna ante las dificultades de disminuir la cantidad de gente por debajo de la línea de pobreza, creo un índice paralelo ajustado a sus necesidades, tomando los precios más bajos del mercado. Por un “milagro estadístico” tres millones de pobres dejaron de serlo, aunque ellos nunca se enteraron. Era una forma de numerar lo que se desconocía para ignorarlo en profundidad.
A su vez la oposición, al que ningún relevamiento estadístico podría tabular una idea, despotricaba hasta ayer contra el INDEC que ahora defiende. Buscan en la inflación y en la inseguridad los arietes para flaquear a un gobierno cuyos índices macroeconómicos le sonríen, aunque haya entre un 31 y 39% de la población bajo la línea de pobreza.
LA DEUDA Y EL ÍNDICE DE INFLACIÓN
El mantenimiento de un dólar sobrevaluado que ha permitido en buena parte los notables índices de crecimiento (en el 2003, 8,8%, en el 2004, 9%, en el 2005, 9,2%, en el 2006, 8,5%) tiene sus costos. Para ello el Banco Central tiene que comprar dólares contra entrega de moneda nacional. Para sustraerla de la circulación y esterilizar el incremento del circulante emite Bonos que son incremento de deuda externa. Es decir que el incremento de reservas tiene en un porcentaje incremento de deuda.
A su vez cincuenta y cuatro mil millones de dólares de la deuda está ajustada por el CER, coeficiente de estabilización monetaria. Esto significa que cada un por ciento de incremento en el índice de inflación la deuda aumenta en quinientos cuarenta millones de dólares. Nadie quiere imaginar la nueva 1050 en que se convertiría la deuda del país en el supuesto que la inflación se disparara. Y una acotación para nada marginal. Hay una cierta ilusión que el problema de la deuda está superado. Apenas hay una distensión en el cronograma de pagos. No está muerta. Apenas agazapada y en crecimiento. Dispuesta a saltar sobre el cuello de la recuperación económica. La ausencia de las insoportables misiones del FMI alientan este espejismo.
La recuperación económica, el crecimiento, el superávit comercial y fiscal deben ser incentivos y no obstáculos para analizar la realidad. Las estadísticas, más allá de sus distorsiones actúan como un espejo.
Tal vez sea bueno recordar una parábola judía.
Se cuenta que una vez un hombre muy rico fue a pedirle un consejo a un rabino.
“El rabino tomó la mano, lo acercó a la ventana y le dijo "mira".
El rico miró por la ventana a la calle.
El rabino le preguntó: "¿qué ves?".
El hombre le respondió: "veo gente".
El rabino volvió a tomarlo de la mano y lo llevó ante un espejo y le dijo:- "¿qué ves ahora?".
El rico le respondió: -"Ahora me veo yo".
¿Entiendes? En la ventana hay vidrio y en el espejo hay vidrio. Pero el vidrio del espejo tiene un poco de plata. Y cuando hay un poco de plata uno deja de ver gente y comienza a verse solo a sí mismo".
O en la poesía de Borges: “Yo que sentí el horror de los espejos/ No sólo ante el cristal impenetrable/ Donde acaba y empieza, inhabitable,/un imposible espacio de reflejos/…… Dios ha creado las noches que se arman/De sueños y las formas del espejo/ Para que el hombre sienta que es reflejo/Y vanidad. Por eso nos alarman.
LA ECONOMÍA Y LA ASTROLOGÍA
¿Será cierto que el trabajo de los economistas consiste en hacer creíble los pronósticos de los astrólogos?
Canasta de consumo universal. Sobre las cifras así obtenidas se hacen sesudos análisis. A lo de Géminis les irá bien esta semana en el amor. El mantenimiento del dólar no tiene costo. Plutón está interpuesto entre el sol y la luna. Los pobres serán menos si encima se trampea al termómetro.
La estadística tiene parámetros técnicos y está basada en conocimientos como la Curva de Gauss, la mediana, la dispersión o la probabilidad matemática.
El INDEC es una institución seria con prestigio internacional que aplica las mismas metodologías de los países más importantes. Es considerada la más importante de América del Sur. Y tiene acuerdos de cooperación con Inglaterra, Francia, Italia, Canadá, Italia, y España
Y sin embargo hay un punto en que el Índice de Precios al Consumidor, sobre el cual se establece la inflación mensual, en su generalidad, roza o se superpone a la astrología.
Conformar una canasta de consumo para cuatro personas, prescindiendo del nivel de ingreso, y que a su vez tienen un índice de ponderación, no puede arrojar sino resultados larvados o alejados significativamente de la realidad.
Es evidente que si lo que se destina a alimentos y bebidas implican el 31% del gasto total de esa canasta, el mismo representará para una persona que gana $600,00 el 80% o más del consumo total. En cambio para aquel que obtenga ingresos de $15.000,00 tal vez los mismos conceptos representen un 25%.
Si la canasta que se usa de medida está basada en consumos de 1986/1987 y no en una más cercana como la ya establecida pero no implementada de gasto de hogares 1996/1997, es evidente que hay ítems más actuales que no se incluyen en su composición. Ni hablar de una que respete los consumos actuales del 2007, donde los aproximadamente veinte millones de celulares atraviesan todas las clases sociales.
Actualizando la metodología, dice Claudio Lozano, en Página 12 del 18de febrero del 2007, “la pobreza pasa del 31,4% al 39,6% y la indigencia sube del 11,2% al 14,4%.”
En números: los pobres pasan de 12.242.619 personas a 15.422.356. Los indigentes de 4.355.926 a 5.619. 049.
Es claro que una aproximación mucho más cercana a la realidad es conformar canastas por tramos de ingresos. Por ejemplo una que refleje la ponderación de los consumos para los que ganen hasta $ 500,00. Otra entre $500,00 y $1.000,00. Otra entre $1.000,00 y $ 1.500,00 y así siguiendo. Luego si se pudiera fragmentar la población económicamente activa determinando la cantidad de personas que integran cada escalón de ingresos se podría hacer una ponderación de cómo influye la inflación en cada sector.
Como bien dice Cledis Candelaresi en Página 12 del 10 de febrero del 2007: “La canasta de gastos es el instrumento básico para calcular el índice de precios al consumidor y la ponderación de cada rubro resulta clave para obtener un resultado justo. Pero según coinciden los técnicos abocados a estos temas, este cambia, a veces drásticamente, según el ingreso total del hogar, el lugar geográfico y, naturalmente, el momento histórico económico, factores que condicionan los hábitos de compra. Educación es un buen ejemplo de cómo puede cambiar el peso relativo de un rubro. Según la canasta oficial, representa el 4,2% del gasto de ese hogar promedio, que es sólo construcción estadística. …..hay más de un estudio privado que sube aquella incidencia hasta el 15% promedio para consumidores ABC1, que destinan una proporción mayor del presupuesto a la educación privada. Lo mismo ocurre con otros rubros……como la medicina privada y el turismo”
Tampoco existen canastas regionales. Se ajusta la del Gran Buenos Aires por precios regionales.
La canasta única promedio, termina siendo un termómetro defectuoso. A veces la dispersión que este método de análisis provoca, origina sensaciones como los vaticinios astrológicos.
LOS INTENTOS DE ALTERAR EL TERMÓMETRO
La información disponible permite suponer que en esta ocasión hubo algún intento de modificar en algún porcentaje las cifras reales determinadas con el metro habitual. En otras ocasiones, con diferentes ministros, entre otros Martínez de Hoz, Domingo Cavallo o Roberto Lavagna, se crearon índices alternativos. El siniestro ministro de la dictadura criminal ante el avance del precio de la carne solucionó el problema creando un índice descarnado. Excluyó la carne y “solucionó” estadísticamente” el problema. Domingo Cavallo con su irascible temperamento atribuía la resistencia que la realidad le imponía a sus atropellos, a los “errores” del INDEC. Cuestionó, entre otras cosas, los aumentos en el rubro servicios. Roberto Lavagna ante las dificultades de disminuir la cantidad de gente por debajo de la línea de pobreza, creo un índice paralelo ajustado a sus necesidades, tomando los precios más bajos del mercado. Por un “milagro estadístico” tres millones de pobres dejaron de serlo, aunque ellos nunca se enteraron. Era una forma de numerar lo que se desconocía para ignorarlo en profundidad.
A su vez la oposición, al que ningún relevamiento estadístico podría tabular una idea, despotricaba hasta ayer contra el INDEC que ahora defiende. Buscan en la inflación y en la inseguridad los arietes para flaquear a un gobierno cuyos índices macroeconómicos le sonríen, aunque haya entre un 31 y 39% de la población bajo la línea de pobreza.
LA DEUDA Y EL ÍNDICE DE INFLACIÓN
El mantenimiento de un dólar sobrevaluado que ha permitido en buena parte los notables índices de crecimiento (en el 2003, 8,8%, en el 2004, 9%, en el 2005, 9,2%, en el 2006, 8,5%) tiene sus costos. Para ello el Banco Central tiene que comprar dólares contra entrega de moneda nacional. Para sustraerla de la circulación y esterilizar el incremento del circulante emite Bonos que son incremento de deuda externa. Es decir que el incremento de reservas tiene en un porcentaje incremento de deuda.
A su vez cincuenta y cuatro mil millones de dólares de la deuda está ajustada por el CER, coeficiente de estabilización monetaria. Esto significa que cada un por ciento de incremento en el índice de inflación la deuda aumenta en quinientos cuarenta millones de dólares. Nadie quiere imaginar la nueva 1050 en que se convertiría la deuda del país en el supuesto que la inflación se disparara. Y una acotación para nada marginal. Hay una cierta ilusión que el problema de la deuda está superado. Apenas hay una distensión en el cronograma de pagos. No está muerta. Apenas agazapada y en crecimiento. Dispuesta a saltar sobre el cuello de la recuperación económica. La ausencia de las insoportables misiones del FMI alientan este espejismo.
La recuperación económica, el crecimiento, el superávit comercial y fiscal deben ser incentivos y no obstáculos para analizar la realidad. Las estadísticas, más allá de sus distorsiones actúan como un espejo.
Tal vez sea bueno recordar una parábola judía.
Se cuenta que una vez un hombre muy rico fue a pedirle un consejo a un rabino.
“El rabino tomó la mano, lo acercó a la ventana y le dijo "mira".
El rico miró por la ventana a la calle.
El rabino le preguntó: "¿qué ves?".
El hombre le respondió: "veo gente".
El rabino volvió a tomarlo de la mano y lo llevó ante un espejo y le dijo:- "¿qué ves ahora?".
El rico le respondió: -"Ahora me veo yo".
¿Entiendes? En la ventana hay vidrio y en el espejo hay vidrio. Pero el vidrio del espejo tiene un poco de plata. Y cuando hay un poco de plata uno deja de ver gente y comienza a verse solo a sí mismo".
O en la poesía de Borges: “Yo que sentí el horror de los espejos/ No sólo ante el cristal impenetrable/ Donde acaba y empieza, inhabitable,/un imposible espacio de reflejos/…… Dios ha creado las noches que se arman/De sueños y las formas del espejo/ Para que el hombre sienta que es reflejo/Y vanidad. Por eso nos alarman.
LA ECONOMÍA Y LA ASTROLOGÍA
¿Será cierto que el trabajo de los economistas consiste en hacer creíble los pronósticos de los astrólogos?
Canasta de consumo universal. Sobre las cifras así obtenidas se hacen sesudos análisis. A lo de Géminis les irá bien esta semana en el amor. El mantenimiento del dólar no tiene costo. Plutón está interpuesto entre el sol y la luna. Los pobres serán menos si encima se trampea al termómetro.
Los de Cáncer tendrán dificultades con sus compañeros en el trabajo. El problema de la deuda está superado. Los espejismos son fenómenos vinculados al índice de refracción de la luz. ¿ Y los oasis? (PUNTO CERO).
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