BUENOS AIRES, Marzo 11, (PUNTO CERO-Asteriscos TV). El cáncer de la próstata es el más común de los canceres en los hombres, representando casi la cuarta parte, es decir un 23%, de los nuevos tumores diagnosticados en varones. El riesgo de cáncer de próstata esta íntimamente ligado con la edad: muy pocos casos son diagnosticados en varones por debajo de los 50 años y más del 60 por ciento de los casos ocurren en hombres mayores de 70 años. El mayor número de casos es diagnosticado en aquellos entre 70 y 79 años. En los últimos 20 años ha habido un aumento en la detección del cáncer de próstata a través del uso del análisis de sangre del antígeno prostático específico y por la cirugía del agrandamiento benigno de la próstata.
Incidencia en la población de Argentina
La población argentina es de aproximadamente 38 millones de habitantes de los cuales el 40 por ciento tiene más de 60 años. Esto equivale a 3.800.000 hombres. Cada año serán diagnosticados aproximadamente 38.000 casos nuevos de cáncer de próstata en todo el país, de los cuales la mayoría serán localizados e implicando que podrían ser curados por el tratamiento seleccionado.
La mayoría presentaran la enfermedad confinada a la próstata: en el estadio T1, detectado por el PSA sin encontrar un nódulo palpable en la próstata, o estadio T2, con un nódulo palpable confinado a la glándula prostática. Los urólogos prefieren tratar el cáncer de próstata en pacientes con la enfermedad confinada al órgano porque el control a largo plazo y los efectos adversos son pocos y generalmente manejables.
Estos pacientes tienen una amplia gama de opciones que incluyen varios tipos de cirugía y de terapia radiante, un número de terapias hormonales y simplemente la observación.
El cáncer de próstata puede ser curado extrayendo la próstata y las vesículas seminales a través de un abordaje abierto, esto es la cirugía convencional, a través del abordaje laparoscópico.
En la cirugía convencional la extirpación total de la próstata se practica habitualmente a través de una incisión abdominal, por encima del pubis y excepcionalmente a través de una incisión perineal, por detrás de los testículos. El abordaje laparoscópico es aquel que se realiza con el robot Da Vinci, y se practica a través de pequeñas incisiones, usando la asistencia de una cámara de video que permite al equipo médico ver el campo quirúrgico dentro del paciente y accionar en el mismo.
Dentro de las terapias radiantes, el paciente puede optar por la radioterapia externa o la braquiterapia. La radioterapia externa se usa desde 1970. Este abordaje requiere la aplicación diaria de rayos durante 7 semanas. Los efectos adversos incluyen diarrea, cystitis, proctitis y síntomas iritativos que se resuelven 2 a 4 semanas después de finalizar el tratamiento.
La braquiterapia es un tratamiento oncológico en el cual el material radiactivo se pone en contacto con el tumor. Esta técnica involucra la colocación de semillas radioactivas en la glándula prostática bajo control de ecografía luego de haber planeado la distribución de las semillas con un sistema computarizado.
La incontinencia urinaria no es común en pacientes que reciben radioterapia externa o braquiterapia a menos que previamente hayan sido tratados con resección transuretral de próstata. Con ambos tratamientos la potencia sexual se conserva en 50 por ciento a 70 por ciento de los pacientes.Las complicaciones mas frecuentes cuando un paciente se somete a una cirugía de próstata convencional son: la impotencia sexual, la incontinencia de orina, el sangrado y el post-operatorio.
El 51 por ciento de los pacientes que se someten a una cirugía abierta tienen erecciones que le permiten el coito y solamente el 26 por ciento refieren que sus erecciones son normales. Adicionalmente, el 17 por ciento de los pacientes tratados con cirugía abierta tienen erecciones normales sin ningún tipo de medicación de estímulo. El efecto adverso más significativo a largo plazo de la cirugía convencional es la incontinencia de orina.
Esta condición es definida como la completa incapacidad de controlar el flujo urinario o la capacidad parcial de contener el chorro urinario caracterizado habitualmente por perdida de orina al toser o hacer esfuerzos que requiere el uso de paños protectores. La incidencia de incontinencia total después de una cirugía convencional es baja en pacientes menores de 70 años, oscilando entre el 31 por ciento y el 8 por ciento.
Por otro lado la pérdida de sangre durante la operación es 910 mililitros con la cirugía abierta y en el 67 por ciento de los pacientes se han requerido transfusiones de sangre. La internación dura 3,5 días con y los pacientes deben tener el catéter en la uretra durante 15 días.
HOLEP es la sigla que refiere al último y más avanzado tratamiento que existe en el mundo para tratar el agrandamiento benigno de la próstata y que ya se encuentra en Argentina. Significa Holmium Láser enucleation de la próstata. Por ello siempre que nos refiramos a HOLEP estaremos mencionando al Nuevo y revolucionario Láser de Holmium para la enucleación de la próstata.
Es decir un láser superior a los anteriormente conocidos por su capacidad de corte y coagulación que permite extraer el tejido crecido de la próstata intacto en su totalidad.
Esto posibilita realizar una biopsia sobre el material extraído, a diferencia de los otros tratamientos con láser (que extraen el tejido por partes o lo vaporizan) y de esta manera someterlo a un análisis para descartar o corroborar la presencia de cáncer.
Este, es un tratamiento definitivo para el adenoma de próstata. El resultado en el largo plazo es exitoso. Brinda alta durabilidad a posteriori del tratamiento. Puede tratar cualquier próstata independientemente de su tamaño, sea este pequeño o grande.
Solo se necesitan 24 horas de internación y el procedimiento toma de una a dos horas dependiendo del tamaño de la glándula. Los pacientes pueden volver a su actividad habitual en 48 hs y a los siete días ya pueden retomar su vida sexual con normalidad. Reduce la morbilidad y el síndrome irritativo. El riesgo de complicación quirúrgica es de apenas 1 por ciento. El descenso de volumen de tejido medido por ecografía después de la cirugía es del 80 por ciento.
Un estudio realizado por el Centro Europeo de Urología ha demostrado que un 92% de los pacientes operados, al cabo de seis años se encontraban satisfechos o muy satisfechos con los resultados y solo un 1,4% tuvo que recurrir a una reintervención.
Mientras que en pacientes tratados con la técnica de resección transuretral convencional la tasa de reoperación es de 3 al 8 por ciento a 6 años. Esta diferencia se logra gracias a una extracción más completa del adenoma obstructivo lograda por el HOLEP. Lo sitúa por encima de otras técnicas invasivas por sus resultados a largo plazo.
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