Se estima que en Argentina más de dos millones de personas presentan algún grado de enfermedad renal, sin embargo no lo saben porque una de las características más peligrosas de este mal es su silencio. Ocurre que durante años puede resultar asintomática y cuando comienza a dar noticias ya es un mal grave que requiere de diálisis o de un trasplante.
Según datos del Cucaiba en territorio bonaerense hay 10.200 pacientes en diálisis, de los cuales 2.100 se encuentran en lista de espera para trasplante renal. Sin embargo, los especialistas insisten en que un simple análisis de orina y sangre permiten detectar en forma temprana la enfermedad y evitar que avance hasta destruir la función renal.
Por eso, con motivo del Día Mundial del Riñón (que se celebra el 12 de este mes), el ministerio de Salud provincial y la Asociación Nefrológica de Buenos Aires dedicarán las jornada del 17 de marzo al testeo gratuito de esta enfermedad en el Hospital Simplemente Evita de La Matanza.
Ese día desde las 8 hasta las 11,30, se convocará a los interesados a concurrir al hospital, ubicado en calle Dr. Equina al 6300, en ayunas. Allí, un equipo de profesionales completará la ficha personal del consultante, le dará un frasco estéril para que tome una muestra de orina y se le controlará la presión arterial y la glucemia en sangre.
Luego, en caso de encontrar signos de insuficiencia renal “la persona será citada, asesorada y derivada al servicio de la especialidad médica más adecuada para su patología”, señaló Mónica Calvo, jefa de nefrología del Simplemente Evita y una de las impulsoras de la iniciativa.
La idea es generar conciencia para que la población se testee porque, de continuar la actual tendencia la Enfermedad Renal Crónica, la hipertensión arterial y la diabetes, enfermedades estrechamente vinculadas, se habrán cobrado 37 millones de vidas para 2015.
Según datos del Cucaiba en territorio bonaerense hay 10.200 pacientes en diálisis, de los cuales 2.100 se encuentran en lista de espera para trasplante renal. Sin embargo, los especialistas insisten en que un simple análisis de orina y sangre permiten detectar en forma temprana la enfermedad y evitar que avance hasta destruir la función renal.
Por eso, con motivo del Día Mundial del Riñón (que se celebra el 12 de este mes), el ministerio de Salud provincial y la Asociación Nefrológica de Buenos Aires dedicarán las jornada del 17 de marzo al testeo gratuito de esta enfermedad en el Hospital Simplemente Evita de La Matanza.
Ese día desde las 8 hasta las 11,30, se convocará a los interesados a concurrir al hospital, ubicado en calle Dr. Equina al 6300, en ayunas. Allí, un equipo de profesionales completará la ficha personal del consultante, le dará un frasco estéril para que tome una muestra de orina y se le controlará la presión arterial y la glucemia en sangre.
Luego, en caso de encontrar signos de insuficiencia renal “la persona será citada, asesorada y derivada al servicio de la especialidad médica más adecuada para su patología”, señaló Mónica Calvo, jefa de nefrología del Simplemente Evita y una de las impulsoras de la iniciativa.
La idea es generar conciencia para que la población se testee porque, de continuar la actual tendencia la Enfermedad Renal Crónica, la hipertensión arterial y la diabetes, enfermedades estrechamente vinculadas, se habrán cobrado 37 millones de vidas para 2015.
El purificador
La función primordial del riñón consiste en depurar al organismo de las toxinas a través de la orina. Pero además, se ocupa de la producción de enzimas y hormonas que participan activamente en el mantenimiento de la presión arterial y en la producción de glóbulos rojos.
“Sin embargo, el riñón es capaz de mantener el equilibrio del organismo aún cuando la enfermedad renal ya ha avanzado, por lo cual una persona puede estar atravesando una afección renal severa sin darse cuenta”, advirtió Calvo.
A partir de ahí pueden ocurrir dos cosas: que la enfermedad se diagnostique a tiempo de modo tal que, mediante tratamientos adecuados se pueda frenar el avance de la insuficiencia, o bien que pase inadvertida y progrese en forma inexorable hacia la fase terminal, “esto significa que el riñón claudique por completo y en forma definitiva en todas sus funciones”, detalló la especialista y agregó que en estos casos sólo es posible sostener las funciones renales mediante diálisis o trasplante.
La función primordial del riñón consiste en depurar al organismo de las toxinas a través de la orina. Pero además, se ocupa de la producción de enzimas y hormonas que participan activamente en el mantenimiento de la presión arterial y en la producción de glóbulos rojos.
“Sin embargo, el riñón es capaz de mantener el equilibrio del organismo aún cuando la enfermedad renal ya ha avanzado, por lo cual una persona puede estar atravesando una afección renal severa sin darse cuenta”, advirtió Calvo.
A partir de ahí pueden ocurrir dos cosas: que la enfermedad se diagnostique a tiempo de modo tal que, mediante tratamientos adecuados se pueda frenar el avance de la insuficiencia, o bien que pase inadvertida y progrese en forma inexorable hacia la fase terminal, “esto significa que el riñón claudique por completo y en forma definitiva en todas sus funciones”, detalló la especialista y agregó que en estos casos sólo es posible sostener las funciones renales mediante diálisis o trasplante.
Signos de alarma
Muchas enfermedades suelen ser el puntapié inicial para descubrir que, de fondo, existe insuficiencia renal. Entre ellas, las dos principales son la hipertensión arterial y la diabetes que, juntas, suelen derivar en males cardiovasculares.
“La presión arterial elevada, muchas veces subestimada por la población, puede ser el primer indicio de enfermedad renal debido a que se produce la acumulación de agua y sal y se altera la producción de una hormona, llamada renina, que regula la presión arterial”, explicó el ministro de Salud provincial Claudio Zin, cuya es especialidad médica es la nefrología.
Por otra parte, el exceso de glucemia en sangre, propio de la diabetes, altera la estructura de las arterias, incluso aquellas que irrigan a los riñones.
El aliciente es que resulta posible evitar llegar a la fase terminal de la enfermedad renal crónica merced a la prevención. “Lo que hay que hacer es consultar con el especialista, tomarse la presión arterial y efectuarse análisis de sangre y orina específicos en forma regular, sobre todo si se sufre de diabetes o hipertensión”, detalló Zin.
Muchas enfermedades suelen ser el puntapié inicial para descubrir que, de fondo, existe insuficiencia renal. Entre ellas, las dos principales son la hipertensión arterial y la diabetes que, juntas, suelen derivar en males cardiovasculares.
“La presión arterial elevada, muchas veces subestimada por la población, puede ser el primer indicio de enfermedad renal debido a que se produce la acumulación de agua y sal y se altera la producción de una hormona, llamada renina, que regula la presión arterial”, explicó el ministro de Salud provincial Claudio Zin, cuya es especialidad médica es la nefrología.
Por otra parte, el exceso de glucemia en sangre, propio de la diabetes, altera la estructura de las arterias, incluso aquellas que irrigan a los riñones.
El aliciente es que resulta posible evitar llegar a la fase terminal de la enfermedad renal crónica merced a la prevención. “Lo que hay que hacer es consultar con el especialista, tomarse la presión arterial y efectuarse análisis de sangre y orina específicos en forma regular, sobre todo si se sufre de diabetes o hipertensión”, detalló Zin.
Tratamientos
Cuando los controles se dejan de lado, el avance de la enfermedad renal es irreversible, y que los riñones no funciones es incompatible con la vida. Como paliativo, en la actualidad es posible recurrir a la terapia sustitutiva renal para que el afectado pueda seguir viviendo.
En estos casos es preciso recurrir a la diálisis o al trasplante renal. La primera se divide en hemodiálisis o diálisis peritoneal. “La hemodiálisis se realiza en instituciones con equipamiento adecuado y, por lo general, el paciente debe concurrir durante cuatro horas tres veces por semana al lugar para someterse a la depuración de la sangre”, explicó Calvo.
En tanto, la diálisis peritoneal se realiza en el domicilio del paciente a través de un catéter que se coloca en el abdomen y que hace las veces de filtro. Por último, el trasplante renal es la terapia que le permite al paciente salir de un programa de diálisis y superar buena parte de las limitaciones que le acarreó la patología renal.
Cómo prevenir que la enfermedad renal avance
Para evitar la necesidad de diálisis o trasplante, lo básico es controlarse con un nefrólogo en caso de sufrir hipertensión o diabetes, las dos principales causas de insuficiencia renal. Además es preciso:
- Equilibrar la dieta: reducir el consumo de sal, grasas, hidratos de carbono y proteínas
- Medicación: en caso de ser necesario cada especialista indicará hipoglucemiantes orales o insulinas y en caso de tener presión alta, antihipertensivos.
- Mantener un peso normal: está probado que la obesidad, por sí misma, acarrea daño renal.
- Realizar actividad física regular al menos tres veces por semana.
Actividad del Cucaiba en La Plata
El Centro Único Coordinador de Ablación e Implante de la Provincia de Buenos Aires (Cucaiba) y la Asociación de Diálisis provincial llevarán a cabo el 12 de marzo a las 12, Día Mundial del Riñon, una jornada de prevención de la enfermedad renal en la Plaza Moreno de La Plata.
Además de entregar información sobre signos de alarma y factores de riesgo, personal del Cucaiba tomará la presión arterial para evaluar si existe algún nivel de hipertensión.
Durante el año pasado se realizaron 337 trasplantes renales a pacientes de la provincia.
Cuando los controles se dejan de lado, el avance de la enfermedad renal es irreversible, y que los riñones no funciones es incompatible con la vida. Como paliativo, en la actualidad es posible recurrir a la terapia sustitutiva renal para que el afectado pueda seguir viviendo.
En estos casos es preciso recurrir a la diálisis o al trasplante renal. La primera se divide en hemodiálisis o diálisis peritoneal. “La hemodiálisis se realiza en instituciones con equipamiento adecuado y, por lo general, el paciente debe concurrir durante cuatro horas tres veces por semana al lugar para someterse a la depuración de la sangre”, explicó Calvo.
En tanto, la diálisis peritoneal se realiza en el domicilio del paciente a través de un catéter que se coloca en el abdomen y que hace las veces de filtro. Por último, el trasplante renal es la terapia que le permite al paciente salir de un programa de diálisis y superar buena parte de las limitaciones que le acarreó la patología renal.
Cómo prevenir que la enfermedad renal avance
Para evitar la necesidad de diálisis o trasplante, lo básico es controlarse con un nefrólogo en caso de sufrir hipertensión o diabetes, las dos principales causas de insuficiencia renal. Además es preciso:
- Equilibrar la dieta: reducir el consumo de sal, grasas, hidratos de carbono y proteínas
- Medicación: en caso de ser necesario cada especialista indicará hipoglucemiantes orales o insulinas y en caso de tener presión alta, antihipertensivos.
- Mantener un peso normal: está probado que la obesidad, por sí misma, acarrea daño renal.
- Realizar actividad física regular al menos tres veces por semana.
Actividad del Cucaiba en La Plata
El Centro Único Coordinador de Ablación e Implante de la Provincia de Buenos Aires (Cucaiba) y la Asociación de Diálisis provincial llevarán a cabo el 12 de marzo a las 12, Día Mundial del Riñon, una jornada de prevención de la enfermedad renal en la Plaza Moreno de La Plata.
Además de entregar información sobre signos de alarma y factores de riesgo, personal del Cucaiba tomará la presión arterial para evaluar si existe algún nivel de hipertensión.
Durante el año pasado se realizaron 337 trasplantes renales a pacientes de la provincia.
El hospital San Martín de La Plata, sede de la Unidad de Trasplante Renal del CRAI Sur, es el hospital que más trasplantes renales efectuó en todo el país.
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