(Infoban). Los ejes del discurso del intendente de Tigre muestran su visión de la política.
En primer lugar hay que señalar, por más que sea un dato proveniente de la subjetividad de alguien que ni vive en Tigre ni milita en el PJ, ni tampoco es amigo personal del jefe comunal, que cuando Massa entra al recinto, acompañado por los presidentes de los bloques, Arnedo del Pro, De la Vega del Bloque Federal, Cancelo del Ari y Nardi del oficialismo, se ve entrar a un líder.
Alguna militancia justicialista del conurbano sostiene que a Massa “no se le pone la piel de gallina cuando canta la marcha peronista”, y es cierto que su entorno de construcción política es mucho más plural que el de la ortodoxia pejotista, pero en un aspecto les gana a todos en el “peronómetro”: el concepto de comunidad organizada.
Massa no lo dice, pero sabe, o por lo menos intuye, que las reglas del capitalismo de mercado son insuficientes para garantizar la felicidad del conjunto del pueblo, y que es necesaria la fuerte participación del Estado para limar las desigualdades que el capitalismo naturalmente produce.
Por lo tanto su discurso se remite a datos que prueban la existencia de una política permanente de lo que él llama “Igualar para arriba”.
Entonces pone en un mismo plano distintos ejemplos del accionar municipal, desde que atendieron más de 7.000 consultas en el Hospital Oftalmológico, o que nacieron 2.800 nuevos tigrenses en el Materno-Infantil, como que se construyeron 1.200 viviendas en los tres barrios más carenciados de Tigre, como Cina Cina, Garrote y San Pablo, o que 1.200 personas están trabajando en las cooperativas del Plan Argentina Trabaja y que serán otro tanto dentro de poco.
Un dato central de esta concepción de la política quedó entre medio de una maraña de otros datos, la inversión social y sanitaria pasó entre 2007 y 2009 de 20 a 70 millones.
Cuando Perón se refería al concepto de “Comunidad organizada”, lo anteponía filosóficamente al de “Lucha de clases”, si un gobierno trabaja solamente para sus amigos y pretende representar exclusivamente a las clases sociales más poderosas, tarde o temprano se termina la paz social, y salvo algunos expertos pescadores en río revuelto, todos los demás perdemos.
Por el contrario, cuando las capas sociales más amplias pueden aseverar que están un poco mejor, que dieron un pasito hacia adelante hacia una mejor calidad de vida, porque les llegó la cloaca hasta la puerta, o porque le entregaron un par de anteojos a un hijo, o porque tiene un polideportivo que aleja a los chicos de los peligros de la calle, o porque se está capacitando en alguna especialidad laboral para encontrar o mejorar su laburo, se respira un aire de progreso contagioso.
Desde ya que Tigre es un distrito bendecido por la geografía, la historia, la cultura (tuvo un intendente casi vitalicio que el actual no se cansa de aplaudir), habría que verlo al pibe gobernando Moreno o, simplemente Escobar, que está pegado. Porque Tigre tiene una tasa de inversión privada gigantesca, y lo que no “chapa” de la actividad inmobiliaria lo hace del turismo, o de la industria, o del comercio; lo único que le falta es que encuentren petróleo o una mina de diamantes, pero es el distrito de matriz económica más diferenciada del conurbano, lo que le permite, sin ser de los que reciben mayor porcentaje de coparticipación, uno de los que tiene mayor presupuesto.
¿Qué queremos decir’ ¿A dónde queremos ir con este análisis desapasionado y que intenta buscar lógicas en la dinámica política?
Que a Sergio Massa el distrito le queda chico, y que hoy por hoy es el principal postulante al sillón de Dardo Rocha en el 2011, no solamente por su liderazgo, también porque el PJ local es el aparato político más sólido de la Primera Sección Electoral, solo comparable al PJ de Balestrini en La Matanza; Massa tiene un ejército afiatado de dirigentes y militantes preocupados por dar respuestas al vecino, encabezados por un Julio Zamora cada día más indispensable, pero con un montón de militantes con los que es agradable hablar porque son personas honestas.
Por supuesto que tiene déficits de construcción, como todos, a mi modo de ver le falta consolidar una posición de liderazgo en el conjunto de la sección y producir un fuerte desembarco en la Tercera, y no hablo de pegar carteles como Bruera, sino de los intercambios de experiencia como ocurrió con Breintenstein de Bahía Blanca. Pero me parece muy difícil, sobre todo después del lamentable episodio con el vicegobernador, que, sea quien sea el candidato a presidente del PJ, Massa no sea su candidato a gobernador, porque si en la provincia reprodujera aunque sea en parte la calidad de gestión que en Tigre, Buenos Aires podría volver a ser la locomotora del país y no un triste furgón de cola como somos ahora.
En primer lugar hay que señalar, por más que sea un dato proveniente de la subjetividad de alguien que ni vive en Tigre ni milita en el PJ, ni tampoco es amigo personal del jefe comunal, que cuando Massa entra al recinto, acompañado por los presidentes de los bloques, Arnedo del Pro, De la Vega del Bloque Federal, Cancelo del Ari y Nardi del oficialismo, se ve entrar a un líder.
Alguna militancia justicialista del conurbano sostiene que a Massa “no se le pone la piel de gallina cuando canta la marcha peronista”, y es cierto que su entorno de construcción política es mucho más plural que el de la ortodoxia pejotista, pero en un aspecto les gana a todos en el “peronómetro”: el concepto de comunidad organizada.
Massa no lo dice, pero sabe, o por lo menos intuye, que las reglas del capitalismo de mercado son insuficientes para garantizar la felicidad del conjunto del pueblo, y que es necesaria la fuerte participación del Estado para limar las desigualdades que el capitalismo naturalmente produce.
Por lo tanto su discurso se remite a datos que prueban la existencia de una política permanente de lo que él llama “Igualar para arriba”.
Entonces pone en un mismo plano distintos ejemplos del accionar municipal, desde que atendieron más de 7.000 consultas en el Hospital Oftalmológico, o que nacieron 2.800 nuevos tigrenses en el Materno-Infantil, como que se construyeron 1.200 viviendas en los tres barrios más carenciados de Tigre, como Cina Cina, Garrote y San Pablo, o que 1.200 personas están trabajando en las cooperativas del Plan Argentina Trabaja y que serán otro tanto dentro de poco.
Un dato central de esta concepción de la política quedó entre medio de una maraña de otros datos, la inversión social y sanitaria pasó entre 2007 y 2009 de 20 a 70 millones.
Cuando Perón se refería al concepto de “Comunidad organizada”, lo anteponía filosóficamente al de “Lucha de clases”, si un gobierno trabaja solamente para sus amigos y pretende representar exclusivamente a las clases sociales más poderosas, tarde o temprano se termina la paz social, y salvo algunos expertos pescadores en río revuelto, todos los demás perdemos.
Por el contrario, cuando las capas sociales más amplias pueden aseverar que están un poco mejor, que dieron un pasito hacia adelante hacia una mejor calidad de vida, porque les llegó la cloaca hasta la puerta, o porque le entregaron un par de anteojos a un hijo, o porque tiene un polideportivo que aleja a los chicos de los peligros de la calle, o porque se está capacitando en alguna especialidad laboral para encontrar o mejorar su laburo, se respira un aire de progreso contagioso.
Desde ya que Tigre es un distrito bendecido por la geografía, la historia, la cultura (tuvo un intendente casi vitalicio que el actual no se cansa de aplaudir), habría que verlo al pibe gobernando Moreno o, simplemente Escobar, que está pegado. Porque Tigre tiene una tasa de inversión privada gigantesca, y lo que no “chapa” de la actividad inmobiliaria lo hace del turismo, o de la industria, o del comercio; lo único que le falta es que encuentren petróleo o una mina de diamantes, pero es el distrito de matriz económica más diferenciada del conurbano, lo que le permite, sin ser de los que reciben mayor porcentaje de coparticipación, uno de los que tiene mayor presupuesto.
¿Qué queremos decir’ ¿A dónde queremos ir con este análisis desapasionado y que intenta buscar lógicas en la dinámica política?
Que a Sergio Massa el distrito le queda chico, y que hoy por hoy es el principal postulante al sillón de Dardo Rocha en el 2011, no solamente por su liderazgo, también porque el PJ local es el aparato político más sólido de la Primera Sección Electoral, solo comparable al PJ de Balestrini en La Matanza; Massa tiene un ejército afiatado de dirigentes y militantes preocupados por dar respuestas al vecino, encabezados por un Julio Zamora cada día más indispensable, pero con un montón de militantes con los que es agradable hablar porque son personas honestas.
Por supuesto que tiene déficits de construcción, como todos, a mi modo de ver le falta consolidar una posición de liderazgo en el conjunto de la sección y producir un fuerte desembarco en la Tercera, y no hablo de pegar carteles como Bruera, sino de los intercambios de experiencia como ocurrió con Breintenstein de Bahía Blanca. Pero me parece muy difícil, sobre todo después del lamentable episodio con el vicegobernador, que, sea quien sea el candidato a presidente del PJ, Massa no sea su candidato a gobernador, porque si en la provincia reprodujera aunque sea en parte la calidad de gestión que en Tigre, Buenos Aires podría volver a ser la locomotora del país y no un triste furgón de cola como somos ahora.
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