El titular de Swiss Medical Group desplegó un intenso lobbuy político y mediático para impedir que el miércoles se sancione la primera ley de regulación de medicina prepaga. Por carta, les advirtió a los 72 senadores que esa norma provocaría la quiebra del sistema. Se opone a la clausula que impide rechazar afiliados por sus enfermedades preexistentes. El ministro de Salud, Juan Manzur, pugna por quitarle a Guillermo Moreno el control de este negocio.
El dueño de la empresa de medicina prepaga Swiss Medical, Claudio Belocopitt , les advirtió a los senadores que ese sistema quebrará si el miércoles sancionan la ley que lo regula por primera, aprobada hace dos años en Diputados y a punto de perder estado parlamentario si no llega al recinto de la Cámara alta antes de marzo.
Los senadores de todos los bloques se comprometieron a tratarla este miércoles, pero antes el martes buscarán darle los últimos retoques en un plenario de comisiones que deberá soportar las presiones de los empresarios del sector, que lograron planchar el proyecto en los dos años que pasaron desde que fue aprobado en Diputados.
Por si fuera poco, se mezcló una interna entre el ministerio de Salud, Juan Manzur, y el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Es que el primero quiere quitarle al segundo la facultad de fijar los valores, uno de los cambios que les propuso a los senadores y que podrían devolver el proyecto a Diputados.
La misiva de Belocopitt fue publicada hoy por Página 12 cuando todavía no había sido leída por casi ningún senador, ya que esta semana no hubo sesión y la Cámara estuvo casi desértica.
“El proyecto de ley que pretende regular la actividad de nuestras organizaciones atenta directamente contra el sistema de salud argentino y pone en riesgo la misma existencia de las compañías de medicina privada. De aprobarse sin modificaciones dicha propuesta, asistiremos a la quiebra inmediata del sistema”, manifestó el empresario, que también es vicepresidente de la Cámara de Instituciones Médico Asistenciales (Ciamara).
Sin embargo, consultado por LPO, el senador radical José Cano, le quitó dramatismo al asunto al recordar que las empresas de medicina prepaga no tendrían porqué ser parte del sistema de salud. “La culpa es de las obras sociales sindicales, que derivan sus afiliados en esas empresas a cambio de un porcentaje y se desentienden de las prestaciones”, explicó.
El problema se agrava cuando las prepagas, empresas al fin, actúan con total discrecionalidad al momento de recibir afiliados y rechazan a quienes arrastran enfermedades con tratamientos costosos. Situaciones así permiten que trabajadores no tengan cobertura pese a que se les aplican regularmente sus descuentos.
“Es tanta la falta de regulación que el Gobierno ni siquiera sabe cuantas empresas de medicina prepaga hay y como operan”, graficó Cano.
De eso dio cuenta días pasados el titular de la Asociación de Consumidores Libres, Héctor Polino. “No puede ser que las empresas de medicina prepaga actúen a total discreción con sus asociados. Esta ley establece con claridad que la autoridad de aplicación es el Ministerio de Salud de la Nación”, protestó.
“Establece que no se podrán imponer períodos de espera. Al asociarse, el cliente debe comenzar con los beneficios al día siguiente. En tanto, plantea que la edad no puede ser motivo de discriminación para ser aceptado en estas empresas. Tampoco le pueden aumentar la cuota al usuario si éste tiene más de 65 años”, describió Polino.
Pero lo que más rechazan Belocopitt y sus colegas es el artículo 10 del proyecto, que les impide rechazar a afiliados por enfermedades preexistentes. Cano entiende que no es tan preocupante ya que, lo que los empresarios no dicen, es que ese mismo artículo también permite que soliciten un arancel diferencial para esos casos.
El texto no deja lugar a dudas sobre esa aclaración: “Las enfermedades preexistentes solamente pueden establecerse a partir de la declaración jurada del usuario y no pueden ser criterio del rechazo de admisión de los usuarios. La Autoridad de Aplicación puede autorizar valores de cuotas diferenciales para la admisión de usuarios que presenten enfermedades preexistentes, de acuerdo a lo que establezca la reglamentación”, dice.
Aunque evita confrontar con las prepagas, Cano, coincide con Polino en que las prepagan aprovechan la falta de una regulación para operar de manera discrecional. “Ni siquiera toma como concepto el grupo familiar. Como no están regulados, hacen lo que quieren”, afirmó.
A pedido de Manzur, uno de los cambios que tendría el proyecto sería excluir de la regulación a las obras sociales sindicales y cooperativas y mutuales, por considerar que ya están controladas por otras normas. Para Cano algunas obras sociales como Osde deberían ser incluidas por prestar además servicios de medicina prepaga.
Otro cambio propuesto por el ministro es la eliminación de la obligación de las prepagas de mantener el 50% de su capital en una "reserva técnica" que garantice las prestaciones. "El 100% del capital debería estar en función de atender a sus afiliados", corrigió.
Manzur vs. Moreno
Los senadores de todos los bloques se comprometieron a tratarla este miércoles, pero antes el martes buscarán darle los últimos retoques en un plenario de comisiones que deberá soportar las presiones de los empresarios del sector, que lograron planchar el proyecto en los dos años que pasaron desde que fue aprobado en Diputados.
Por si fuera poco, se mezcló una interna entre el ministerio de Salud, Juan Manzur, y el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Es que el primero quiere quitarle al segundo la facultad de fijar los valores, uno de los cambios que les propuso a los senadores y que podrían devolver el proyecto a Diputados.
La misiva de Belocopitt fue publicada hoy por Página 12 cuando todavía no había sido leída por casi ningún senador, ya que esta semana no hubo sesión y la Cámara estuvo casi desértica.
“El proyecto de ley que pretende regular la actividad de nuestras organizaciones atenta directamente contra el sistema de salud argentino y pone en riesgo la misma existencia de las compañías de medicina privada. De aprobarse sin modificaciones dicha propuesta, asistiremos a la quiebra inmediata del sistema”, manifestó el empresario, que también es vicepresidente de la Cámara de Instituciones Médico Asistenciales (Ciamara).
Sin embargo, consultado por LPO, el senador radical José Cano, le quitó dramatismo al asunto al recordar que las empresas de medicina prepaga no tendrían porqué ser parte del sistema de salud. “La culpa es de las obras sociales sindicales, que derivan sus afiliados en esas empresas a cambio de un porcentaje y se desentienden de las prestaciones”, explicó.
El problema se agrava cuando las prepagas, empresas al fin, actúan con total discrecionalidad al momento de recibir afiliados y rechazan a quienes arrastran enfermedades con tratamientos costosos. Situaciones así permiten que trabajadores no tengan cobertura pese a que se les aplican regularmente sus descuentos.
“Es tanta la falta de regulación que el Gobierno ni siquiera sabe cuantas empresas de medicina prepaga hay y como operan”, graficó Cano.
De eso dio cuenta días pasados el titular de la Asociación de Consumidores Libres, Héctor Polino. “No puede ser que las empresas de medicina prepaga actúen a total discreción con sus asociados. Esta ley establece con claridad que la autoridad de aplicación es el Ministerio de Salud de la Nación”, protestó.
“Establece que no se podrán imponer períodos de espera. Al asociarse, el cliente debe comenzar con los beneficios al día siguiente. En tanto, plantea que la edad no puede ser motivo de discriminación para ser aceptado en estas empresas. Tampoco le pueden aumentar la cuota al usuario si éste tiene más de 65 años”, describió Polino.
Pero lo que más rechazan Belocopitt y sus colegas es el artículo 10 del proyecto, que les impide rechazar a afiliados por enfermedades preexistentes. Cano entiende que no es tan preocupante ya que, lo que los empresarios no dicen, es que ese mismo artículo también permite que soliciten un arancel diferencial para esos casos.
El texto no deja lugar a dudas sobre esa aclaración: “Las enfermedades preexistentes solamente pueden establecerse a partir de la declaración jurada del usuario y no pueden ser criterio del rechazo de admisión de los usuarios. La Autoridad de Aplicación puede autorizar valores de cuotas diferenciales para la admisión de usuarios que presenten enfermedades preexistentes, de acuerdo a lo que establezca la reglamentación”, dice.
Aunque evita confrontar con las prepagas, Cano, coincide con Polino en que las prepagan aprovechan la falta de una regulación para operar de manera discrecional. “Ni siquiera toma como concepto el grupo familiar. Como no están regulados, hacen lo que quieren”, afirmó.
A pedido de Manzur, uno de los cambios que tendría el proyecto sería excluir de la regulación a las obras sociales sindicales y cooperativas y mutuales, por considerar que ya están controladas por otras normas. Para Cano algunas obras sociales como Osde deberían ser incluidas por prestar además servicios de medicina prepaga.
Otro cambio propuesto por el ministro es la eliminación de la obligación de las prepagas de mantener el 50% de su capital en una "reserva técnica" que garantice las prestaciones. "El 100% del capital debería estar en función de atender a sus afiliados", corrigió.
Manzur vs. Moreno
El ministro de Salud Juan Manzur aceleró el tratamiento del proyecto, pero sorprendió a oficialistas y opositores al proponer una serie de cambios que no fueron bien tomados por los senadores oficialistas.
El primero y principal es que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, pierda la facultad de fijar los valores de las cuotas de las empresas de medicina prepaga, que tuvo el beneplácito del radicalismo. Hubo reacciones dispares en el peronismo federal, la tercera minoría del recinto.
“Lo increíble es que esos mismos senadores que ahora defienden el texto original no lo trataron en dos años”, se sorprende Manzur. Es que si bien los dueños de las prepagas se rajan las vestiduras diciendo que hace falta una ley, el lobby que vienen haciendo podría quitarle estado parlamentario al proyecto, lo que ocurrirá si no se trata antes de marzo.
"El Ministerio de Salud tiene que ser el órgano normativo y rector de la salud en el país, por eso tiene que ser la autoridad de aplicación", afirmó Manzur en su última visita ante las comisiones de Salud y Deportes, de Legislación General y de Justicia y Asuntos Penales, todas presididas por legisladores de la oposición.
Manzur rechazó así que en materia de consumo y de defensa de la competencia la autoridad de aplicación sea la Secretaría de Comercio Interior, como establece el proyecto de Diputados. “No sabemos porqué pero Moreno con las prepagas siempre negoció bien. Y nunca tuvo problemas”, recordó Cano.
¿Y si no hay sesión?
El primero y principal es que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, pierda la facultad de fijar los valores de las cuotas de las empresas de medicina prepaga, que tuvo el beneplácito del radicalismo. Hubo reacciones dispares en el peronismo federal, la tercera minoría del recinto.
“Lo increíble es que esos mismos senadores que ahora defienden el texto original no lo trataron en dos años”, se sorprende Manzur. Es que si bien los dueños de las prepagas se rajan las vestiduras diciendo que hace falta una ley, el lobby que vienen haciendo podría quitarle estado parlamentario al proyecto, lo que ocurrirá si no se trata antes de marzo.
"El Ministerio de Salud tiene que ser el órgano normativo y rector de la salud en el país, por eso tiene que ser la autoridad de aplicación", afirmó Manzur en su última visita ante las comisiones de Salud y Deportes, de Legislación General y de Justicia y Asuntos Penales, todas presididas por legisladores de la oposición.
Manzur rechazó así que en materia de consumo y de defensa de la competencia la autoridad de aplicación sea la Secretaría de Comercio Interior, como establece el proyecto de Diputados. “No sabemos porqué pero Moreno con las prepagas siempre negoció bien. Y nunca tuvo problemas”, recordó Cano.
¿Y si no hay sesión?
El 3 de noviembre el Senado se reunió para homenajear a Néstor Kirchner y, por mayoría, acordó sesionar el miércoles siguiente para tratar el proyecto para limitar los superpoderes y el 24 para debatir el que regula medicina prepaga.
La sesión del 10 se frustró porque el kirchnerismo se negaba a tratar el tema acordado sólo siete días antes. Ninguno de los oficialistas ni sus aliados ocuparon sus bancas y la sesión no se inició por falta de quórum. “No me extrañaría que ahora busquen una excusa y tampoco bajen”, especuló Cano.
Como si lo hubiera escuchado, el jefe del bloque kirchnerista, Miguel Pichetto, advirtió que no descarta esa opción: "El miércoles tenemos reunión de Labor Parlamentaria y ahí veremos cuál es la pretensión de la oposición respecto de la agenda de temas", aclaró.
Y aclaró “que para toda agenda que implique iniciativas que lesionen al Gobierno y afecten nuestras políticas, es responsabilidad de ellos conseguir el quórum que, me parece, no tienen". No aclaró si la regulación de medicina prepaga lesiona al gobierno, una duda que tiene toda la oposición. (La Política OnLine).
La sesión del 10 se frustró porque el kirchnerismo se negaba a tratar el tema acordado sólo siete días antes. Ninguno de los oficialistas ni sus aliados ocuparon sus bancas y la sesión no se inició por falta de quórum. “No me extrañaría que ahora busquen una excusa y tampoco bajen”, especuló Cano.
Como si lo hubiera escuchado, el jefe del bloque kirchnerista, Miguel Pichetto, advirtió que no descarta esa opción: "El miércoles tenemos reunión de Labor Parlamentaria y ahí veremos cuál es la pretensión de la oposición respecto de la agenda de temas", aclaró.
Y aclaró “que para toda agenda que implique iniciativas que lesionen al Gobierno y afecten nuestras políticas, es responsabilidad de ellos conseguir el quórum que, me parece, no tienen". No aclaró si la regulación de medicina prepaga lesiona al gobierno, una duda que tiene toda la oposición. (La Política OnLine).
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