El cuñado del intendente de Tigre, Sebastián “Patito” Galmarini encabeza junto a Felipe Solá y Joaquín de la Torre el ala más “renovadora” del Frente Renovador. Resisten la presencia de históricos dirigentes del peronismo como Juan Amondarain, Juan Garivoto y Dámaso Larraburu. El conflicto más duro se produce en La Plata donde empujan a Carlos Melzi. El rumor de un acuerdo con Pablo Bruera.
Como todo espacio peronista que se precie, el naciente Frente Renovador de Sergio Massa ya empieza a tener sus tribus internas. En ese caso se trata de una mentirosa división “generacional”, ya que en rigor refleja más los estilos políticos y hasta personales, que sus años.
Así el grupo más “renovador” del Frente Renovador lo lideran –en ese orden- Sebastián “Patito” Galmarini, el influyente cuñado de Massa; el intendente de San Miguel Joaquín de la Torre y Felipe Solá.
Mientras que en la vereda de enfrente se ubican el ex senador José Amondarain con cuatro períodos de legislador en la espalda; el marplatense Juan Garivoto legislador por más de dos décadas y el hombre fuerte de Bahía Blanca, Dámaso Larraburu, entre otras viajs glorias del peronismo bonaerense.
Esta tensión larvada quedó expuesta en la agitada noche del cierre del sábado, donde se multiplicaron los folcklóricos empujones, puteadas y amenazas que se suelen dar en ese momento crítico en los que se define poder por los próximos años. Pero como la ley de primarias tiene una falla evidente, que obliga a presentar las candidaturas sólo ante la justa electoral del Frente y recién una semana después ante la Justicia, el cierre continuó a nivel de candidaturas provinciales hasta esta medianoche, con listas que aparecen y desaparecen y candidatos que suben y bajan de las nóminas.
Fue por esa fisura, que la pelea del massismo en La Plata creció hasta llegar a un punto límite este viernes. Es que en ese distrito la interna de Amondarain y el “Patito” Galmarini alcanzó el cuerpo a cuerpo. Esto se vio en la noche del sábado cuando el ex senador irrumpió a los gritos en el despacho de Massa en el Tigre, para abortar lo que entendía iba a ser un cierre muy desfavorable a sus intereses (en rigor, no lo dijo con esas palabras sino con expresiones mas escatológicas).
Es que “Patito” Galmarini presionaba en esas horas claves para que Carlos Melzi -su pollo de la agrupación “Perón Vive” que creo su padre Fernando Galmarini- encabece la lista de diputados provinciales por la Octava Sección Electoral (La Plata) o al menos vaya en segundo lugar.
Amondarain jugó fuerte y logró ubicarse en segundo lugar, detrás de Jorge Sarghini. El sector “renovador” aprovechó entonces y con una decisión que sigue arrastrando polémica: Felipe Solá metió a su mujer María Helena Chaves como tercera, pasando por arriba de todos los dirigentes y sectores que venían militando hace años en el massismo platense.
Las disputas se trasladaron entonces al cuarto lugar, donde Amondarain volvió a imponerse y consiguió que entrara en la lista Marcelo “Chubito” Leguizamón, jefe de Gabinete de Asesores en el Ministerio de Seguridad y hombre de otra leyenda del peronismo bonaerense, el ex jefe de bloque, Raúl Pérez, que hace dos semanas nomás lanzó su candidatura de la mano del sciolista Alberto Pérez y por esas cosas de la política, terminó en el cierre massista.
La sombra de Bruera
Ante este desenlace, se resolvió “compensar” a Melzi como número 20 en la lista de diputados nacionales. Ahora la pregunta del millón es: ¿Porqué tanto esfuerzo por un dirigente que en la ciudad de las diagonales adjudican un peso electoral cercano a cero?
La respuesta que dan los dirigentes peronistas de esa ciudad, como quien comenta lo obvio, es que detrás de Melzi quien estuvo y estaría, no es otro que el intendente Pablo Bruera. “El acuerdo de Sergio con Pablo es Melzi”, agregan suficientes. Así como señalan que detrás de Sarguini, Amondarían y Raúl Pérez, está la sombra de Julio Alack, un viejo amigo de todos ellos. De hecho, la hija de su viejo colaborador Carlos Martínez, integra la boleta.
Más allá de la solidez de esa especulación, anoche se produjo otro movimiento que agregó tensión al massimo platense: Melzi renunció a su candidatura en la lista de diputados nacionales, en una movida que sorprendió a varios ya que si bien el puesto 20 hoy parece lejano, si Massa hace una buena elección podría meter de mínima unos 12 diputados, muchos de los cuales –incluido él mismo y Darío Giustozzi-, en el 2015 partirían a nuevos destinos. Es decir, se trata de una boleta que hay que mirar en dos tiempos y la segunda mitad podría terminar siendo la primera después de la presidencial.
El rumor que se maneja como un secreto de Estado en el massismo, es que Melzi presentó una lista de diputados provinciales por la Octava Sección encabezada por él mismo, para competir con la boleta de Sarghini y Amondarain, quien preside la junta electoral del Frente Renovador.
Si esto se confirma, la interna de La Plata promete ser para alquilar balcones y acaso sea el primer round público de la incipiente pelea entre los “renovadores” y los “dinosaurios” que acompañan a la nueva estrella del peronismo. (La Política OnLine).
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