LUJAN, Mayo 11, (PUNTO CERO-El Civismo) La protesta contra el “tren bala” iba a unir Once con Mercedes, pero la empresa TBA no habilitó la formación aduciendo desperfectos técnicos.
Los organizadores de la propuesta, en cambio, denunciaron que se trató de una maniobra política de los gobiernos nacional y provincial.
En Luján, donde estaba pautada una de las paradas del recorrido, se realizó una asamblea.
Pasadas las 18 del jueves, cuando un grupo importante de personas esperaba en uno de los andenes de la Estación de Trenes de esta ciudad, el rumor comenzó a expandirse y las caras de decepción se multiplicaron. Como ya están acostumbrados quienes utilizan la línea del ex ferrocarril Sarmiento, una vez más el tren había sido cancelado, sólo que esta vez se trataba de una ocasión especial. La gente reunida aguardaba la llegada del denominado “Tren de la reconstrucción”, una propuesta impulsada por diferentes sectores para protestar y rechazar el proyecto del “tren bala” que defiende el gobierno nacional.
Según lo establecido, la formación uniría las estaciones de Once y Mercedes e iba a contar con la presencia de diferentes dirigentes sindicales, políticos y sociales. En ese recorrido, estaban pautadas dos paradas: una en Haedo y otra en Luján.
La actividad comenzó, como estaba establecido, con un acto en Once encabezado por Fernando “Pino” Solanas, Eduardo Macaluse, Claudio Lozano y Vilma Ripoll. Fue en ese lugar donde los asistentes recibieron la notificación de la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA) de la cancelación del tren por “desperfectos técnicos”.
Los manifestantes decidieron entonces abordar un tren de línea y llegar hasta Haedo, donde realizaron un acto.
ASAMBLEA
En Luján, distintas agrupaciones políticas y sociales aguardaban la llegada del “Tren de la reconstrucción”. También se habían hecho presentes representantes de ciudades vecinas como General Rodríguez y Pilar. Con la cancelación confirmada, se decidió llevar a cabo una pequeña asamblea.
Arnoldo Troncoso, trabajador ferroviario y dirigente de Izquierda Socialista, expresó que si bien “la empresa TBA dijo que la cancelación fue por motivos técnicos, la evaluación que nosotros hacemos es que se suspendió por motivos políticos. La manifestación en Once fue muy importante y molestó al gobierno”.
“Queremos denunciar que la cancelación del tren es por motivos políticos y lo cancela el gobierno de la provincia de Buenos Aires y el gobierno de la Nación. A nuestros compañeros del cuerpo de delegados desde hoy temprano los han venido presionando para que no saquen el tren. Nosotros no hemos dado el brazo a torcer y esto termina con la cancelación del tren”, dijo Troncoso.
El trabajador ferroviario explicó que la actividad había surgido a fines de febrero por iniciativa de los cuerpos de delegados de las líneas Mitre y Sarmiento, en el marco del tratamiento de la Ley de Reestructuración Ferroviaria. Esa normativa establece la creación de dos empresas que dependen del Ministerio de Planificación Federal, una dedicada a la operación de los trenes y la restante a la ejecución de las obras. De esta manera las firmas concesionarias de los servicios ferroviarios estarán liberadas de realizar inversiones, aunque seguirán recibiendo subsidios estatales.
A esa situación se sumó el anuncio del gobierno nacional de la llegada del “tren bala”, que tendrá un costo estimado de 4.000 millones de dólares y cubrirá un recorrido de mil kilómetros.
“El Tren por la reconstrucción ferroviaria salió con la consigna no al tren bala, sí a un tren para todos, porque consideramos que con el dinero que se va a invertir en el tren bala, se podrían habilitar alrededor de 8 mil kilómetros de vías, poner en funcionamiento 200 máquinas locomotoras y dar trabajo a una cantidad muy importante de trabajadores.
Al momento de la privatización el ferrocarril contaba con 90 mil trabajadores ferroviarios, y hoy apenas hay 15 mil”, agregó Troncoso.
Entre las críticas al proyecto del “tren bala” se encuentra el alto costo que tendrá el boleto, característica que lo convierte en un medio de transporte “elitista”. También se menciona que el país no cuenta con el desarrollo tecnológico necesario para el correcto mantenimiento de ese servicio, lo que obligará a depender de aportes extranjeros.
Por otra parte, quienes se oponen al “tren bala” denuncian que con menos dinero se podrían reactivar más kilómetros de vías, no sólo para el transporte de pasajeros sino también de mercaderías. En este sentido, Troncoso recordó que “la poca mercadería que hoy circula por los trenes de carga sirven de logística para tres o cuatro grupos empresarios”. “Los trenes están al servicio de esas multinacionales y no al servicio del pueblo”, dijo.
Los organizadores de la propuesta, en cambio, denunciaron que se trató de una maniobra política de los gobiernos nacional y provincial.
En Luján, donde estaba pautada una de las paradas del recorrido, se realizó una asamblea.
Pasadas las 18 del jueves, cuando un grupo importante de personas esperaba en uno de los andenes de la Estación de Trenes de esta ciudad, el rumor comenzó a expandirse y las caras de decepción se multiplicaron. Como ya están acostumbrados quienes utilizan la línea del ex ferrocarril Sarmiento, una vez más el tren había sido cancelado, sólo que esta vez se trataba de una ocasión especial. La gente reunida aguardaba la llegada del denominado “Tren de la reconstrucción”, una propuesta impulsada por diferentes sectores para protestar y rechazar el proyecto del “tren bala” que defiende el gobierno nacional.
Según lo establecido, la formación uniría las estaciones de Once y Mercedes e iba a contar con la presencia de diferentes dirigentes sindicales, políticos y sociales. En ese recorrido, estaban pautadas dos paradas: una en Haedo y otra en Luján.
La actividad comenzó, como estaba establecido, con un acto en Once encabezado por Fernando “Pino” Solanas, Eduardo Macaluse, Claudio Lozano y Vilma Ripoll. Fue en ese lugar donde los asistentes recibieron la notificación de la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA) de la cancelación del tren por “desperfectos técnicos”.
Los manifestantes decidieron entonces abordar un tren de línea y llegar hasta Haedo, donde realizaron un acto.
ASAMBLEA
En Luján, distintas agrupaciones políticas y sociales aguardaban la llegada del “Tren de la reconstrucción”. También se habían hecho presentes representantes de ciudades vecinas como General Rodríguez y Pilar. Con la cancelación confirmada, se decidió llevar a cabo una pequeña asamblea.
Arnoldo Troncoso, trabajador ferroviario y dirigente de Izquierda Socialista, expresó que si bien “la empresa TBA dijo que la cancelación fue por motivos técnicos, la evaluación que nosotros hacemos es que se suspendió por motivos políticos. La manifestación en Once fue muy importante y molestó al gobierno”.
“Queremos denunciar que la cancelación del tren es por motivos políticos y lo cancela el gobierno de la provincia de Buenos Aires y el gobierno de la Nación. A nuestros compañeros del cuerpo de delegados desde hoy temprano los han venido presionando para que no saquen el tren. Nosotros no hemos dado el brazo a torcer y esto termina con la cancelación del tren”, dijo Troncoso.
El trabajador ferroviario explicó que la actividad había surgido a fines de febrero por iniciativa de los cuerpos de delegados de las líneas Mitre y Sarmiento, en el marco del tratamiento de la Ley de Reestructuración Ferroviaria. Esa normativa establece la creación de dos empresas que dependen del Ministerio de Planificación Federal, una dedicada a la operación de los trenes y la restante a la ejecución de las obras. De esta manera las firmas concesionarias de los servicios ferroviarios estarán liberadas de realizar inversiones, aunque seguirán recibiendo subsidios estatales.
A esa situación se sumó el anuncio del gobierno nacional de la llegada del “tren bala”, que tendrá un costo estimado de 4.000 millones de dólares y cubrirá un recorrido de mil kilómetros.
“El Tren por la reconstrucción ferroviaria salió con la consigna no al tren bala, sí a un tren para todos, porque consideramos que con el dinero que se va a invertir en el tren bala, se podrían habilitar alrededor de 8 mil kilómetros de vías, poner en funcionamiento 200 máquinas locomotoras y dar trabajo a una cantidad muy importante de trabajadores.
Al momento de la privatización el ferrocarril contaba con 90 mil trabajadores ferroviarios, y hoy apenas hay 15 mil”, agregó Troncoso.
Entre las críticas al proyecto del “tren bala” se encuentra el alto costo que tendrá el boleto, característica que lo convierte en un medio de transporte “elitista”. También se menciona que el país no cuenta con el desarrollo tecnológico necesario para el correcto mantenimiento de ese servicio, lo que obligará a depender de aportes extranjeros.
Por otra parte, quienes se oponen al “tren bala” denuncian que con menos dinero se podrían reactivar más kilómetros de vías, no sólo para el transporte de pasajeros sino también de mercaderías. En este sentido, Troncoso recordó que “la poca mercadería que hoy circula por los trenes de carga sirven de logística para tres o cuatro grupos empresarios”. “Los trenes están al servicio de esas multinacionales y no al servicio del pueblo”, dijo.
Como cierre de su intervención, Troncoso opinó que el tren bala “es un atentado contra los intereses de la Nación en general”. (PUNTO CERO-El Civismo).
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