(EL Diario de Morón). La efervescencia electoral decrece y los peronistas de La Matanza empiezan a intercambiar gestos para fumar la pipa de la paz. Oficialistas y disidentes bajan el tono de enfrentamiento para enviarse señales de acercamiento en su terruño.
El indicio más significativo lo arrojó días atrás el propio Alberto Balestrini. El vicegobernador participó del primer plenario del Partido Justicialista local tras las elecciones del 28 de junio y admitió que “los que somos conducción nos hemos equivocado y sería de necios no reconocerlo”. Asimismo, el jefe de PJ bonaerense propició el diálogo “con todo el mundo”, pero se ocupó de remarcar que el acuerdo debe ser “fundamentalmente con peronistas”.
Los dichos de Balestrini en el ámbito del PJ matancero coincidieron con sus declaraciones de ánimo conciliador con Felipe Solá, que por ahora –y no se sabe por cuanto tiempo– sigue alineado con Francisco de Narváez: “De Felipe no puedo decir absolutamente nada. Es un compañero peronista y, si decide que es conveniente volver, será recibido”, dijo.
Las palabras de reconocimiento partidario también fueron direccionadas a buscar consenso en el ámbito local. Balestrini se refirió al diputado Julio Ledesma, gremialista matancero enrolado desde 2007 en el macrismo: “Es un compañero peronista, más allá de que esté trabajando para otro partido. Nadie puede decir que no lo sea”, señaló el ex intendente.
Las palabras del vice de Daniel Scioli parecen tener un contexto palpable. Esta semana trascendió que en una cumbre de dirigentes peronistas se resolvió convocar a elecciones de autoridades partidarias, a pesar que Balestrini fue electo al frente del PJ bonaerense hace menos de un año, pero cuando Kirchner aún tomaba las decisiones partidarias. En ese encuentro también se habría analizado cómo integrar a sectores peronistas que tuvieron que acompañar al colorado De Narváez.
En el oficialismo de La Matanza saben que tras el 28 de junio se abrió un nuevo escenario y es por eso que no se descarta que existan conversaciones hacia una apertura partidaria. “Balestrini puede ser uno de los que le allane el camino a Solá para volver, nosotros sabemos que es momento de sumar y no seguir sacando gente del partido”, dijo a El diario un miembro del Concejo del Partido Justicialista local.
Del otro lado también se pronuncian en ese sentido. Juan Carlos Piriz, dirigente matancero que conserva una parte de la vieja estructura pierrista en el distrito y que ahora consiguió una diputación provincial con Unión-Pro, ya vaticinó que en 2.011 participarán de la interna del PJ local de la mano de Solá, quien ya dio a conocer sus aspiraciones presidenciales y acentúa sus diferencias con Macri y De Narváez.
En los últimos días Piriz salió a remarcar que “pese a la interna (el Pro en La Matanza compitió con tres listas), los cuatro concejales electos podrían integrar un bloque único en el Concejo Deliberante”, ya que “se están llevando a cabo permanentemente reuniones para tratar de consensuar algunas diferencias existentes”.
Las negociaciones que lleva adelante Piriz en esta dirección suman mayor peso si se tiene en cuenta su aparente actitud dialoguista: “No vamos a hacer una oposición loca, vamos a colaborar, pero estaremos marcando permanentemente nuestra posición”. Toda una declaración de principios.
Piriz no escatimó gestos para con el balestrinismo. El ex miembro del directorio del Mercado Central salió a terciar en la pelea desatada por la indefinición de la banca 12 en el Concejo Deliberante, en la que se constatará voto a voto si el oficialimo logra obtener seis bancas o si el sabbatelismo se queda finalmente con un escaño. “Los números que tenemos nos dan que el oficialismo se queda con seis bancas y la lista de Sabbatella no alcanza el piso de votos para ingresar un concejal”, dijo.
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