La ministra de Industria, Débora Giorgi, consideró que la metalurgia es el "corazón" de la industria argentina, y destacó que el sector registró un récord de inversión de 10,4 por ciento del producto bruto en bienes de capital.
Al inaugurar el Congreso Metalúrgico organizado en Parque Norte por la Asociación de Industriales Metalúrgicos (ADIMRA), la funcionaria resaltó que desde el 2003 hasta la actualidad el sector en su conjunto "multiplicó dos veces y media" su nivel de producción.
Mencionó también que la metalurgia exporta por 7.500 millones de dólares anuales, y representa el 32 por ciento del PIB industrial.
Sostuvo que uno de los principales desafíos de la metalurgia es bajar el déficit comercial que afecta al sector, no obstante exhortó a "verlo como una copa medio llena" y aseguró que "hay un amplio espectro para seguir sustituyendo importaciones".
En su discurso, la ministra elogió la definición amplia de la metalurgia que abarca además a la siderurgia, los bienes de capital, máquinas y equipos mecánicos, autopartes y producción para la construcción.
Cuantificó al sector al indicar que aglutina a 250 mil trabajadores en 14 mil pequeñas y medianas empresas, la mayoría de capital nacional, que determinan un valor de producción de 34 mil millones de pesos.
La ministra consideró que con el inicio de la administración kichnerista en 2003, la política económica se orientó, salvo casos puntuales como los ferrocarriles o las industrias petrolera y aeronáutica, entre otras, a la reindustrialización nacional.
"En las empresas tenemos el doble del producto bruto industrial que teníamos en el 2003, y la industria en general creó 1.200.000 puestos de trabajo", señaló.
Señaló también que en 2010 el sector metalúrgico registró un récord de inversión sobre el producto bruto en bienes de capital de 10,4 por ciento, cifra que no se daba desde los años `40 y que se logró por la "articulación de las políticas público-privadas".
Sostuvo que la potencialidad de crecimiento de la Argentina se basa en un "mercado pujante" que debe producir más cantidad de bienes, con valor agregado, para atender al consumo postergado.
Entre los desafíos a vencer citó "la competitividad del sudeste asiático y la crisis de los países desarrollados", e instó a defender la no primarización de las exportaciones argentinas.
Citó al Plan Estratégico Industrial que lleva a cabo la actual administración y sus nueve foros realizados, cuyas conclusiones indican que el sector industrial en su conjunto multiplicó dos veces y media su producción desde el 2003 a la actualidad.
Previamente habló el titular de ADIMRA, Juan Carlos Lascurain, quien destacó el "compromiso" de la ministra Giorgi con el sector industrial y con los metalúrgicos, y recordó que mientras que en la década de los `90 los industriales junto con los trabajadores luchaban para defender los puestos de trabajo, hoy elaboran ideas de manera conjunta para lograr la mayor productividad del rubro.
Por su parte, el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao defendió el modelo económico basado en el conocimiento que apunta a unos "objetivos sociales y a la mejora en la distribución del ingreso”.
Barañao destacó el “crecimiento exponencial de los recursos destinados a investigación y desarrollo", y precisó que el presupuesto en esa materia "se multiplicó por cinco desde 2003”.
“Hemos fortalecido todo el sistema científico y tomamos medidas tendientes a acoplar este motor al aparato productivo”, porque “para que el conocimiento se transforme en bienes y servicios se necesitan las empresas”.
Al inaugurar el Congreso Metalúrgico organizado en Parque Norte por la Asociación de Industriales Metalúrgicos (ADIMRA), la funcionaria resaltó que desde el 2003 hasta la actualidad el sector en su conjunto "multiplicó dos veces y media" su nivel de producción.
Mencionó también que la metalurgia exporta por 7.500 millones de dólares anuales, y representa el 32 por ciento del PIB industrial.
Sostuvo que uno de los principales desafíos de la metalurgia es bajar el déficit comercial que afecta al sector, no obstante exhortó a "verlo como una copa medio llena" y aseguró que "hay un amplio espectro para seguir sustituyendo importaciones".
En su discurso, la ministra elogió la definición amplia de la metalurgia que abarca además a la siderurgia, los bienes de capital, máquinas y equipos mecánicos, autopartes y producción para la construcción.
Cuantificó al sector al indicar que aglutina a 250 mil trabajadores en 14 mil pequeñas y medianas empresas, la mayoría de capital nacional, que determinan un valor de producción de 34 mil millones de pesos.
La ministra consideró que con el inicio de la administración kichnerista en 2003, la política económica se orientó, salvo casos puntuales como los ferrocarriles o las industrias petrolera y aeronáutica, entre otras, a la reindustrialización nacional.
"En las empresas tenemos el doble del producto bruto industrial que teníamos en el 2003, y la industria en general creó 1.200.000 puestos de trabajo", señaló.
Señaló también que en 2010 el sector metalúrgico registró un récord de inversión sobre el producto bruto en bienes de capital de 10,4 por ciento, cifra que no se daba desde los años `40 y que se logró por la "articulación de las políticas público-privadas".
Sostuvo que la potencialidad de crecimiento de la Argentina se basa en un "mercado pujante" que debe producir más cantidad de bienes, con valor agregado, para atender al consumo postergado.
Entre los desafíos a vencer citó "la competitividad del sudeste asiático y la crisis de los países desarrollados", e instó a defender la no primarización de las exportaciones argentinas.
Citó al Plan Estratégico Industrial que lleva a cabo la actual administración y sus nueve foros realizados, cuyas conclusiones indican que el sector industrial en su conjunto multiplicó dos veces y media su producción desde el 2003 a la actualidad.
Previamente habló el titular de ADIMRA, Juan Carlos Lascurain, quien destacó el "compromiso" de la ministra Giorgi con el sector industrial y con los metalúrgicos, y recordó que mientras que en la década de los `90 los industriales junto con los trabajadores luchaban para defender los puestos de trabajo, hoy elaboran ideas de manera conjunta para lograr la mayor productividad del rubro.
Por su parte, el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao defendió el modelo económico basado en el conocimiento que apunta a unos "objetivos sociales y a la mejora en la distribución del ingreso”.
Barañao destacó el “crecimiento exponencial de los recursos destinados a investigación y desarrollo", y precisó que el presupuesto en esa materia "se multiplicó por cinco desde 2003”.
“Hemos fortalecido todo el sistema científico y tomamos medidas tendientes a acoplar este motor al aparato productivo”, porque “para que el conocimiento se transforme en bienes y servicios se necesitan las empresas”.
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