El juez federal de Dolores y docente universitario Alejo Ramos Padilla presentó en Mar del Plata su libro “Crímenes de lesa humanidad en Argentina. De la cultura de la impunidad a la inexorabilidad del juicio y castigo” que cuenta con prólogo del destituido juez español Baltazar Garzón.
Luego de la anulación de las leyes de obediencia debida y punto final, Ramos Padilla desempeñó un importante rol como abogado querellante en juicios por crímenes de la dictadura como el que terminó en condena para el represor Miguel Etchecolatz. En declaraciones a FM de la Azotea emitidas en Informativo FARCO, el juez federal aseguró que con el avance los juicios se “está generando un poder judicial más comprometido”.
Luego de una trayectoria vinculada a la defensa de los derechos humanos, Ramos Padilla juró en octubre de 2011 como juez federal de Dolores. En relación al contenido de su libro expresó que “no hay impedimentos en la Argentina ahora de tipo legales, no hay normas en el país que impidan el juzgamiento de los crímenes de lesa humanidad”. Sin embargo afirmó que “lo que es cierto es que el poder judicial no está acostumbrado a llevar causas de estas características. El poder judicial en general está preparado para atrapar al ladrón de gallinas, al pequeño delincuente, pero resulta ineficiente e ineficaz para los grandes delitos”.
De todos modos Ramos Padilla destacó que con los juicios por delitos de lesa humanidad, esa tradición “poco a poco está cambiando” ya que “el contacto que se está produciendo entre las víctimas y los jueces está generando un poder judicial más comprometido". El juez aclaró que "no digo que estemos a la altura de las circunstancias, no digo que se puedan absorber todas las demandas pero digo que hay muchos hombres, muy valiosos dentro del poder judicial que están cambiando poco a poco este poder judicial tan lento, tan burocrático, tan alejado de los problemas de la gente y eso es bueno”.
Luego de la anulación de las leyes de obediencia debida y punto final, Ramos Padilla desempeñó un importante rol como abogado querellante en juicios por crímenes de la dictadura como el que terminó en condena para el represor Miguel Etchecolatz. En declaraciones a FM de la Azotea emitidas en Informativo FARCO, el juez federal aseguró que con el avance los juicios se “está generando un poder judicial más comprometido”.
Luego de una trayectoria vinculada a la defensa de los derechos humanos, Ramos Padilla juró en octubre de 2011 como juez federal de Dolores. En relación al contenido de su libro expresó que “no hay impedimentos en la Argentina ahora de tipo legales, no hay normas en el país que impidan el juzgamiento de los crímenes de lesa humanidad”. Sin embargo afirmó que “lo que es cierto es que el poder judicial no está acostumbrado a llevar causas de estas características. El poder judicial en general está preparado para atrapar al ladrón de gallinas, al pequeño delincuente, pero resulta ineficiente e ineficaz para los grandes delitos”.
De todos modos Ramos Padilla destacó que con los juicios por delitos de lesa humanidad, esa tradición “poco a poco está cambiando” ya que “el contacto que se está produciendo entre las víctimas y los jueces está generando un poder judicial más comprometido". El juez aclaró que "no digo que estemos a la altura de las circunstancias, no digo que se puedan absorber todas las demandas pero digo que hay muchos hombres, muy valiosos dentro del poder judicial que están cambiando poco a poco este poder judicial tan lento, tan burocrático, tan alejado de los problemas de la gente y eso es bueno”.
Juan Manuel Quintanilla
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