La Comisión por la Memoria de la provincia de Buenos Aires (CPM) le pidió a la Corte Suprema de Justicia de la Nación que declare que las torturas que recibieron soldados argentinos en Malvinas son delitos de lesa humanidad y por lo tanto no prescriben.
Se trata de los castigos que aplicaban los jefes militares contra los soldados como estaqueamientos, simulacros de fusilamientos y torturas de todo tipo. La presentación de la CPM acompaña la que realizó el Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas de La Plata (CECIM) para que el máximo tribunal revoque el fallo de la Cámara de Casación Penal que declaró que esos delitos son comunes y ya prescribieron.
En declaraciones emitidas en Informativo FARCO, el ex fiscal Hugo Cañón, copresidente de la CPM, opinó que “hay una continuidad entre el plan que se aplicó dentro del territorio nacional con lo que se aplicó en Malvinas”.
Por su parte Ernesto Alonso del CECIM contó a Radio Estación Sur que muchos soldados llegaban a “estar atados de pies y manos en el piso un tiempo considerable, bajo la lluvia, bajo bombardeo enemigo” como uno de los modos de castigo.
La presentación de la Comisión por la Memoria se realizó bajo la figura de Amicus Curiae, que prevé que alguien que no es parte directa en un caso judicial pueda presentarse voluntariamente ante un tribunal para hacer un aporte. De este modo los directivos de la CPM Adolfo Pérez Esquivel, Hugo Cañón, Alejandro Mosquera y Laura Conte, se presentaron ante la Corte con el patrocinio de los abogados Roberto Cipriano García y Juan Manuel Combi.
El ex fiscal federal Hugo Cañón explicó que “se instaló desde la dictadura militar un discurso de relegitimación de la propia dictadura a través de la invasión de Malvinas y ese discurso se instaló a través de generar la idea de que fueron héroes de Malvinas aquellos que en definitiva tenían que ver con el plan sistemático de exterminio dentro de la Argentina”.
Cañón señaló que “por ejemplo se ha levantado la figura del capitán (Pedro) Giachino como un héroe de Malvinas cuando en realidad fue un torturador de la ESMA, así reconocido, y además recibió cursos por parte de Estados Unidos y se ofreció voluntariamente para los grupos de tareas. Él, como (Antonio) Pernías y como otros torturadores que ya fueron juzgados y condenados permiten demostrar que hay una continuidad entre el plan que se aplicó dentro del territorio nacional con lo que se aplicó en Malvinas. Y la oficialidad de las fuerzas armadas en general actuó con la misma metodología con estaqueamientos, con torturas, con simulacros de fusilamiento, con hambruna y esto no puede ser negado”.
Por su parte el secretario de Relaciones Institucionales del CECIM, Ernesto Alonso, relató que a los soldados que fueron llevados a Malvinas “el hecho de ser judío les implicaba un doble castigo como por ejemplo los estaqueamientos, estar atados de pies y manos en el piso un tiempo considerable, bajo la lluvia, bajo bombardeo enemigo, desabrigados".
Además mencionó "los famosos pozos de agua de castigo, donde los hacían meter a los soldados en agua congelada, la utilización de teléfonos de campaña, para picanear, para utilizar la corriente como tortura, las muertes por hambre, por inanición pero por castigo”.
Natalia Ragusa, radio Estación Sur de La Plata.
Se trata de los castigos que aplicaban los jefes militares contra los soldados como estaqueamientos, simulacros de fusilamientos y torturas de todo tipo. La presentación de la CPM acompaña la que realizó el Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas de La Plata (CECIM) para que el máximo tribunal revoque el fallo de la Cámara de Casación Penal que declaró que esos delitos son comunes y ya prescribieron.
En declaraciones emitidas en Informativo FARCO, el ex fiscal Hugo Cañón, copresidente de la CPM, opinó que “hay una continuidad entre el plan que se aplicó dentro del territorio nacional con lo que se aplicó en Malvinas”.
Por su parte Ernesto Alonso del CECIM contó a Radio Estación Sur que muchos soldados llegaban a “estar atados de pies y manos en el piso un tiempo considerable, bajo la lluvia, bajo bombardeo enemigo” como uno de los modos de castigo.
La presentación de la Comisión por la Memoria se realizó bajo la figura de Amicus Curiae, que prevé que alguien que no es parte directa en un caso judicial pueda presentarse voluntariamente ante un tribunal para hacer un aporte. De este modo los directivos de la CPM Adolfo Pérez Esquivel, Hugo Cañón, Alejandro Mosquera y Laura Conte, se presentaron ante la Corte con el patrocinio de los abogados Roberto Cipriano García y Juan Manuel Combi.
El ex fiscal federal Hugo Cañón explicó que “se instaló desde la dictadura militar un discurso de relegitimación de la propia dictadura a través de la invasión de Malvinas y ese discurso se instaló a través de generar la idea de que fueron héroes de Malvinas aquellos que en definitiva tenían que ver con el plan sistemático de exterminio dentro de la Argentina”.
Cañón señaló que “por ejemplo se ha levantado la figura del capitán (Pedro) Giachino como un héroe de Malvinas cuando en realidad fue un torturador de la ESMA, así reconocido, y además recibió cursos por parte de Estados Unidos y se ofreció voluntariamente para los grupos de tareas. Él, como (Antonio) Pernías y como otros torturadores que ya fueron juzgados y condenados permiten demostrar que hay una continuidad entre el plan que se aplicó dentro del territorio nacional con lo que se aplicó en Malvinas. Y la oficialidad de las fuerzas armadas en general actuó con la misma metodología con estaqueamientos, con torturas, con simulacros de fusilamiento, con hambruna y esto no puede ser negado”.
Por su parte el secretario de Relaciones Institucionales del CECIM, Ernesto Alonso, relató que a los soldados que fueron llevados a Malvinas “el hecho de ser judío les implicaba un doble castigo como por ejemplo los estaqueamientos, estar atados de pies y manos en el piso un tiempo considerable, bajo la lluvia, bajo bombardeo enemigo, desabrigados".
Además mencionó "los famosos pozos de agua de castigo, donde los hacían meter a los soldados en agua congelada, la utilización de teléfonos de campaña, para picanear, para utilizar la corriente como tortura, las muertes por hambre, por inanición pero por castigo”.
Natalia Ragusa, radio Estación Sur de La Plata.
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