BUENOS AIRES, Julio 11, (PUNTO CERO-Comunas del País) El diputado demócrata progresista, Rafael Martínez Raymonda, hace un análisis sobre la actual política argentina. Cree que se necesitan candidatos respaldados por la estructura de un partido político y no figuras rutilante. Considera que ante la luz de los últimos resultados electorales, el Presidente se ve debilitado y vulnerado. ¿Se considera un hombre histórico de la política?
Tanto que yo he unido en la política al periodismo. Empecé periodismo a los once años con una lata de aquellas que se imprimía con tinta copiativa. Hacíamos una revista que se llamaba
Después tuve una revista que la publicamos tres años, en la época de Onganía, del 67 al 71, llamada Tiempo Nuevo. Nombre que después usó un periodista radial, pero era nuestro, lo que pasa que no lo patentamos. Hicimos 33 números en esa época, cuando no había nada. Después hice televisión más de veinte años. Tres, en canal 3 de Rosario, 8 en Nuevedario y 14 años con el Hombre Libre, que lo estoy haciendo hasta hoy.
A los 14 años, en el comité de mi pueblo. Además milité en política universitaria en los años 46 y 47, en el partido universitario, democrático y reformista, en
Primero fui convencional constituyente en Santa Fe para reformar la constitución de la provincia en el año 62´. Luego fui electo diputado nacional en el 63´ y reelecto en el 65´. Más tarde se interrumpe el mandato con Onganía en el 66´. Ya en la era democrática fui diputado nacional en el 83´ y 89´ hasta el 93´. Volví en le período que va entre 2002 al 2004 y ahora este. En el ínterin estuve dos años en Yaciretá con el gobierno de De
Si, por estos seis meses.
Nada, no pienso en nada. Hoy estamos en esto. ¿Usted tiene idea de cómo va a ser la oposición?, yo tampoco. Nadie lo sabe.
Bueno, el partido está en alianza con Compromiso para el Cambio, desde el año 2003. En realidad no hice actividad directamente. Estuvo todo muy cargado sobre los protagonistas, principales. Pero utilicé mi programa como medio de difusión y vino casi toda la lista. Mi programa está saliendo por Metro todos los miércoles 21.30, en vivo.
Tenía muy en claro que Macri iba a tener estos resultados. En mi caso viví una cosa muy parecida al triunfo de Macri. En 1973 formamos con Francisco Manrique
Le dije: “Mauricio, lo más parecido a lo tuyo fuimos nosotros, con la diferencia que vos tuviste una ciudad que con un millón te alcanza para ganar”.
Hay una cosa muy clara. El presidente era una fortaleza inexpugnable y en un día perdió en dos extremos de
Si el presidente afloja la autonomía de la ciudad y convive civilizadamente con un Jefe de Gobierno de otro partido opositor, va a hacer lo que corresponde en
Bueno como contrapartida a lo que dije, está la falencia de la oposición que no logra dar con una actitud aparentemente concreta y homogénea. Está atomizada. Entonces, si el Presidente pasa el 40 por ciento en el país, quedó consagrado porque nuestra Constitución tiene una rarísima forma de Ballottage. Este es el único país del mundo donde la mitad más uno de cien es cuarenta y cinco. Y si no alcanza, es cuarenta con más diez de diferencia. Ahora si tiene 39,99 de los votos, tiene que ir a ballottage, aunque el que siga tenga el cuatro por ciento del electorado.
Pero, lo que era imprevisible antes de las elecciones del domingo 17, hoy permite hacer conjeturas, sin avanzar más allá.
Yo no creo que el político sea distinto, lo que pasa es que hay menos políticos. Los que se han despedazado son los partidos políticos. En el momento que
El Gobierno ha llegado hasta aquí gracias a una burbuja económica.
Si el presidente no hubiera tenido el bajón de los precios, la falta de confiabilidad en el INDEC, los cortes de energía, la burbuja seguiría volando por los cielos. Si a esto se le suman las últimas derrotas electorales da como resultado que el presidente pasó a ser vulnerable, ya no es intocable. Usando una expresión que no es muy elegante diríamos que le han empezado a crecer los enanos.
Siempre digo que no hay nada más perverso que un gobierno populista, hegemónico y con superávit fiscal. Los de arriba están en contra, pero como les va bien no dicen nada. Y a los de abajo, más vale que no salgan de la pobreza, así los siguen subsidiando y nos los pierden. Acá teníamos más de dos millones de personas con planes. Ahora se han ido reduciendo, por suerte ha habido trabajo, pero mientras tanto ha habido dos o tres millones de votos cautivos. Hay jefes piqueteros que tienen entre 12 mil y 20 mil planes en sus manos Prácticamente un ejército militante. “Si no venís a la marcha, no hay plan”. Se ha sustituido el sistema representativo por las avalanchas. Si el gobierno tiene superávit fiscal y le sobra la plata, va fenómeno, pero cuando no tiene para dar se cae la estantería.
La juventud se interesa menos por la cosa política. Ha perdido atractivo porque en primer lugar hubo discontinuidad. Hay que pensar que
No veo a ninguno. Ninguno ha logrado concitar. Es necesario que se reconstituyan los partidos políticos, porque son el único instrumento de la representación. Cómo bien lo indica es una parte del todo, pero tiene además una amplia estructura, donde existe el escalonamiento de las posiciones. Ir de candidato a concejal suplente, después a diputado provincial y después a diputado nacional. Es decir, cuando el hombre supera los cuarenta años está maduro para estar en la conducción. Pero si el partido político no existe y aparecen solo figuras rutilantes, por muy honorables que sean, son como los relámpagos, que cuando se apaga la luz se quedan sin adeptos.
No me gusta que no haya partidos políticos. López Murphy, Lilita Carrió, Lavagna, Sobisch, salen, salen. En cambio Macri hizo una escuela, hizo cuatro años, fundó al partido y ahora logra el éxito.
Si, pero por una elección que fue precisamente por uno solo. ¿Con que aparato? Con el de los partidos políticos que lo apoyamos, porque nosotros lo apoyamos y sacó más de tres millones de votos. ¿Pero qué quedó después? Nada, porque no tenía partido. Y cuando hay que poner 40 mil o 50 mil mesas a lo largo de
Recordemos la “borocotización”. Cuando no hay un partido que lo contenga, se lo llevan, se lo pasan. Cuando a un socialista le ofrecieron una secretaría, fue a su partido, el partido le dijo que no y aunque tuviera ganas no aceptó. Porque hay una militancia de años. Pero cuando se buscan personajes, éstos se van cuando las cosas terminan. Se necesitan partidos políticos. Es el único instrumento que da continuidad. Allí los candidatos surgen de internas y no como ahora que surgen de un dedo que los nombra.
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