(Asteriscos Tv). Desde hace tres años, en que fue creada la Secretaría de Acción Comunitaria de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU), impulsa a los estudiantes a convertirse en futuros tomadores de tierras.
Para que cumplan estos objetivos “con éxito”, los insta a trabajar en un proyecto que se concretará en un manual que verá la luz en octubre próximo.
Estudiantes de distintas carreras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), alentados por algunos docentes, decidieron materializar las experiencias adquiridas en las villas y asentamientos de la Ciudad y el Conurbano, e incorporarlas como bagaje académico durante sus años de estudios. La base del “Pequeño manual de tomador/a de tierras” está destinada tanto a los habitantes de los asentamientos como también a organizaciones sociales que se ocupan de la problemática.
Para su edición, cuentan con 15.000 pesos que subvencionó el Ministerio de Educación de la Nación y que les permitirá publicar aproximadamente 3 mil ejemplares en blanco y negro. El periódico Tierras Para Vivir presenta el número tres del Pequeño Manual del tomador/a de tierras, en el cual reproduce parte del Manual de Procedimientos destinado a ser “una herramienta para aquellas personas que están comenzando a asentarse en un terreno y para quienes ya están asentados y quieren mejorar su barrio”.
Los consejos producen escozor y tristeza, porque si éste es el nivel académico de nuestras universidades nacionales... La primera revelación, de sentido común, dice: “Para planificar nuestro barrio, lo ideal es hacer un plano antes que la gente se asiente. Pero también es conveniente hacerlo para los ya consolidados”. (sic).
Otros consejos, literalmente transcriptos.
Respecto de las cuadras, es importante que “definamos la ubicación de los lotes y la forma de las cuadras de nuestro barrio. De esta manera evitamos la pérdida de terrenos que podríamos usar para viviendas, en pasillos. Planificar la circulación nos hará sentir cómodos en el barrio. La forma y las medidas de las cuadras estarán relacionadas en lo posible con las formas y las medidas de las cuadras de alrededor”.
Lo que sigue no tiene desperdicio.
“Ahora, para medir el terreno; puede ser con el cuenta kilómetros de una moto; con una soga, en casos de extensiones cortas o cada 5 a 10 metros en los predios grandes hacer un nudo y, de internet, bajar el programa gratuito de Google-Earth para ver las tierras disponibles”.
¿Estos informes preanuncian el nivel de conocimiento de los futuros profesionales del arte de construir?
Muy grave en varios sentidos. La tierra es un bien escaso y caro en todo el mundo, pero nada justifica adiestrar para conseguirla de cualquier manera.
¿O cómo se alienta desde ámbitos académicos que las tomas son la única posibilidad? ¿Esto forma parte del aprendizaje básico de los futuros arquitectos? E
s urgente investigar el tema, sobre todo por los propios interesados del sector. ¿Tendrán más subvenciones?
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